Iván Martín, criado en el Torre Pacheco, es una pieza fundamental en el Girona líder

El liderato que asombra en Europa ha llenado de alabanzas a jugadores como Dovbyk, Savio, Aleix García o Yangel Herrera, pero pasa de largo por futbolistas como el centrocampista multiusos Iván Martín, titular en doce de los trece partidos y autor de tres goles. «Ese papel de estar más en la sombra y que no se hable tanto de mí no me desagrada. Al final lo importante es contar para el míster y jugar todos los partidos», dijo Iván Martín hace cuatro días en el 'Diari de Girona'.

Iván Martín, que nació en Bilbao porque su padre, guardia civil, estuvo un tiempo destinado en la capital vizcaína, es un jugador que está en el radar del Athletic. EL CORREO reveló el pasado verano que Ibaigane sondeó al Villarreal, propietario en aquel momento del futbolista, sobre las opciones de ficharle, aunque finalmente fue el Girona, donde había jugado cedido, quien lo contrató.

«Sergio Moya (entonces en el Villarreal y hoy en el Mallorca) me comentó que hubo opciones de que fuera al Athletic en su momento, cuando estaba en la cantera del Villarreal. Se oía que era un jugador que les interesaba», explica Juan Andrés 'Lucho' Herrera, coordinador de la Escuela de Fútbol Torre Pacheco y uno de los entrenadores más importantes que ha tenido Iván Martín en su carrera. Fueron años en los que, según las fuentes consultadas, su agente se dirigió en un par de ocasiones al Athletic, pero no se dieron pasos para intentar su fichaje.

'Lucho' Herrera le empezó a entrenar en los alevines del Torre Pacheco y explica sus primeros pasos en el fútbol. «Nació en Bilbao porque su padre, que era guardia civil, estaba destinado allí». Su progenitor era madrileño y su madre burgalesa. «Cuando su padre llegó destinado aquí, a Torre Pacheco, enseguida el niño vino al club. Tenía seis años», recuerda el presidente del club pachequero, Gregorio García.

En Torre Pacheco ya solo queda un hermano de Iván Martín. El resto de la familia se marchó. «Aquí empezó a destacar en benjamines. En su segundo año en la categoría ya le pusimos a jugar con los alevines. Era un zurdo cerrado que podía jugar en todas las posiciones», recuerda 'Lucho' Herrera. El Torre Pacheco es hoy en día uno de los clubes de fútbol base más potentes de toda la Región de Murcia. «Este año tenemos 530 jugadores. Hemos tenido que poner el cartel de que no admitimos más», se felicita su presidente.

El club pachequero trabaja desde 2010 para el Villarreal, del que es convenido y cuyo escudo lucen los jugadores de la cantera. Esto hace que muchos padres opten por llevar a sus hijos al Torre Pacheco, antes que al FC Cartagena o al Real Murcia. Esta relación abrió a Iván Martín la puerta del club castellonense, que comenzó a reclutarle para torneos. Pero el Villarreal no lo veía claro. Herrera insistió en que lo ficharan. El Almería vio las dudas amarillas y se metió por medio para captarlo. «Sergio Moya me dijo 'si alguien se tiene que poner la medalla de Iván eres tú, porque no todos veíamos que iba a llegar al fútbol profesional'», cuenta.

En categoría infantil firmó por el Villarreal, a cuya residencia se fue a vivir. «Lo pasó muy mal. Llamaba a su padre los primeros meses para que fuera a por él y lo trajera de vuelta a Torre Pacheco», recuerda Herrera. Estaba tan unido a su pueblo que en sus primeros años jugaba con el nombre de Pacheco en la espalda.

Una vez asentado, comenzó a crecer en el club de Castellón. «Era un jugador que llamaba la atención, entre otras cosas porque calzaba un 46 de pie», dice el presidente de la EF Torre Pacheco. La selección española le llamó. Jugó nueve partidos con la sub-16, doce con la sub-17, dos con la sub-18 y otros dos con la sub-19. Tras jugar en Segunda B con el Villarreal B comenzaron las cesiones para testarle. Brilló en el Mirandés (33 partidos y 4 goles) en la 2020-21, en su debut en Segunda.

Eso le sirvió saltar el siguiente curso a Primera. Fue al Alavés, en donde le esperaba en el banquillo Javi Calleja, con el que había jugado en el club amarillo. Pero las cosas no le salieron. Apenas disputó seis partidos y a finales de enero, un mes después de la llegada de José Luis Mendilibar al banquillo vitoriano, abandonó el club con destino al Girona, que estaba en Segunda.

En la primera campaña se lesionó el día en el que su equipo logró el ascenso en Tenerife, pero Míchel insiste en que se quede a su lado en Primera como cedido por el Villarreal. Fue baja por su fractura de peroné y suplente en los seis primeros partidos, pero a partir de la jornada 13 cogió vuelo y fue titular en 20 partidos.

Hoy es un comodín para Míchel, que lo emplea como extremo derecho, mediocentro o mediopunta. El Girona pagó 2 millones de euros por él en verano al Villarreal, pero el club de la familia Roig no le pierde de vista. Se reservó una opción de recompra y un porcentaje de un futuro traspaso. Iván Martín es feliz en la ciudad catalana. «No puedo jugar cualquier tipo de fútbol. O está la pelota por el suelo y combinamos entre todos o no juego», se sinceró esta semana. El «gran desconocido» está en su mejor momento, con el Athletic fijándose en él. El niño que nunca se olvidó de Torre Pacheco es hoy la revelación de la Liga