El Jimbee revive su peor pesadilla

De momento los meloneros tienen que levantarse de un duro jarro de agua fría. El enésimo de una Copa de España que para el fútbol sala cartagenero, en sus muy diversas denominaciones, siempre sale rana. La de anoche era la undécima participación en este torneo, que cada mes de marzo desde 1990 reúne a los ocho mejores equipos del país en una competición reducida a solo tres días de máxima tensión que permite poquísimos errores. Ahora al Jimbee, como entonces al Polaris, al Plásticos Romero o bajo cualquier otro nombre, se atraganta: solo en dos ocasiones, en 2004 y 2021, se superó la primera eliminatoria de cuartos de final. Y en nueve tocó despedirse a las primeras de cambio.

En 2024 el Jimbee hizo las maletas en su propia casa y anoche en Murcia, sede de una Copa de España que igualmente permitió el desplazamiento de casi mil cartageneros. Ni ese morbo de levantar un título en el hogar del máximo rival fue suficiente para cambiar la tendencia del fútbol sala cartagenero con esta competición tan aciaga. Esta participación de 2025 será en especial de mal recuerdo por la crueldad de revivir la pesadilla con el Peñíscola.

El cuadro dirigido por Santi Valladares es el destacado líder de la liga regular y en febrero dejó al Jimbee sin el billete para la fase final de la Copa del Rey, que se disputará en mayo en el Palacio de los Deportes de Cartagena. La diferencia entre aquella y esta eliminatoria es que el Jimbee la compitió mejor esta vez, y probablemente cuando muy pocos lo esperaban. El Peñíscola ya ganaba 2-0 en seis minutos de verdadero monólogo, alto volumen de ocasiones y los primeros remangues para Chemi. El mazarronero no pudo hacer nada por evitar los tantos de Diego Sancho y Luciano Gauna, tardío Mouhoudine en la cobertura y tapado por un enjambre de piernas, respectivamente.

El Jimbee se levantó. Reaccionó y empató con todo merecimiento por mediación de Juanqui en propia puerta y Mellado. El partido fue realmente igualado hasta el final, con ocasiones para ambos y bastantes para que el Jimbee le pudiera dar la vuelta a la tortilla. Waltinho golpeó al larguero, incluso. Pero en los penaltis fallaron Motta y Cortés, una licencia prohibida en citas de esta altura (4-2).