Esther López: «El reto es difícil pero muy ilusionante»

Esther López (San Sebastián, 45 años) es una eminencia en el voleibol femenino. No solo en España, sino en Europa. Solo hay que revisar su palmarés: diez Ligas, ocho Copas de la Reina, seis Supercopas y una Copa de Europa, además de, en su etapa como jugadora, haber sido nombrada dos veces mejor líbero y otra como la receptora más eficaz de todo el continente. Una estrella de este deporte que coge las riendas del Algar Surmenor para «consolidar al equipo en la máxima categoría», dice la nueva entrenadora del Algar Surmenor a LA VERDAD.

Cuando vestía de corto sumó más de cien internacionalidades con la elástica de la selección española. Ahora, desde el banquillo, busca hacer más fuerte un proyecto «que mezcla veteranía y jugadoras muy jóvenes, con las que haciendo un buen trabajo se puede sacar mucho rendimiento para conseguir un equipo que vaya hacia arriba».

Tras la marcha de André Collin, técnico que el año pasado logró la permanencia en Superliga femenina, López asume el cargo «cargada de ilusión», aunque siendo consciente de la dificultad que conlleva. «Vengo de un equipo ganador [el año pasado, en su estreno en los banquillos, logró la Supercopa y la Copa de la Reina con el May Deco de Logroño, club recientemente desaparecido]. «Yo quiero ganar siempre, no me gusta perder ni a las canicas, pero soy consciente de la situación. Nos toca trabajar, echarle ilusión y sacar cada día un poco más de las jugadoras», comenta la donostiarra, que se define como una persona «ambiciosa, competitiva, exigente, amante de la disciplina, autocrítica» y a la que también le gusta la comunicación y el trato cercano.

Y eso es lo que va a encontrar en El Algar, un club «familiar» que lucha por encontrar su sitio entre los mejores equipos de España. Y para ello, cuenta con una afición fiel, algo que destaca López. «Es un pabellón incómodo para el rival. Yo lo he vivido en primera persona. Aunque gané, lo pasé mal porque el público aprieta mucho». La entrenadora garantiza «implicación máxima» y añade que está dispuesta, incluso, «a poner vallas si me lo piden, no se me caen los anillos». De hecho, estos días aún sigue en Logroño, pero adelantará su llegada a la diputación cartagenera para echar una mano con las bases.

Esther López será la única mujer que entrene a un equipo en la élite del voleibol femenino, un mundo que, contrario a lo que se pueda pensar, acostumbra más a tener hombres en los banquillos. «Me siento afortunada y agradecida porque me han dado la oportunidad de continuar estando ahí. Quería seguir creciendo y viviendo esta experiencia», señala.

Una apuesta que lleva a soñar al Algar Surmenor con poder construir una base firme que sirva para, en un futuro, situar a esta población cartagenera de 8.000 habitantes como una referencia del voleibol nacional.