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Alejandro Valverde desmontó ayer el dicho popular de que nadie es profeta en su tierra al ser recibido en Murcia tras proclamarse campeón del mundo de ciclismo en ruta el pasado domingo en Austria. Centenares de ciclistas, de diferentes puntos de la Región y de todas las edades, acompañaron al corredor de Las Lumbreras en un caluroso recorrido por la Gran Vía en el que 'el Bala' cambió el maillot arcoíris por un Ford Mustang GT descapotable, como si de una estrella de Hollywood se tratase. Acompañado de sus cuatro hijos -Iván, Alejandro, Pablo y Natalia- y de su mujer, que no dudó ni un momento a la hora de ponerse al volante, el flamante campeón del mundo recorrió la distancia que separa el Palacio de San Esteban del Ayuntamiento de Murcia a un ritmo mucho más lento de lo previsto, ya que durante el trayecto no dejó de recibir muestras de cariño de personas que se le abalanzaban para darle la enhorabuena y hacerse un selfi con él.
Antes de recibir el baño de masas de sus vecinos en la principal arteria de la ciudad, Valverde fue recibido a primera hora de la tarde por el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, en el Palacio de San Esteban. «Alejandro ha demostrado una vez más que es un ejemplo de compromiso, trabajo, respeto, esfuerzo y capacidad de superación», destacó el jefe del Ejecutivo autónomo, quien lo calificó como «el mejor deportista que ha tenido esta Región». Tampoco escatimó en elogios el alcalde de Murcia, José Ballesta, durante la posterior recepción institucional que tuvo lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Murcia, que arrancó con la proyección en un plasma de «la mayor gesta que ha conseguido un deportista murciano en toda la historia», reflejada en el esprint de 300 metros que dio al ciclista la medalla por la que llevaba luchando toda su carrera y que había acariciado en seis ocasiones, ya que hasta la fecha atesoraba dos platas y cuatro bronces del Campeonato del Mundo.
El primer edil se refirió al ciclista como «Alejandro Magno, el grande». Haciendo gala de la humildad que le caracteriza, Valverde dijo que es «Alejandro, el murciano», palabras que gustaron mucho a los asistentes al acto, entre quienes destacaban los padres y el abuelo de Valverde, visiblemente emocionados. «Son muchos años intentando conseguir esta victoria y ha llegado en el momento perfecto de mi vida deportiva y personal. Si hubiera conseguido este título siendo más joven, no le hubiera dado la importancia que realmente tiene».
Al ser preguntado por su futuro, el ciclista aseguró que seguirá compitiendo «por lo menos, hasta 2020; luego ya veremos». Ballesta, que entregó al de Las Lumbreras una placa conmemorativa de toda la corporación municipal, anunció que va a proponer al Pleno del Ayuntamiento que el deportista, que el pasado mayo fue nombrado Hijo Predilecto de Murcia, «tenga una gran avenida en la ciudad con su nombre». Abrumado por tantas muestras de afecto, el ciclista agradeció el cariño recibido. «Aquí me siento muy querido por todos. La Región merecía tener un campeón del mundo de ciclismo y para mí es un honor y un orgullo serlo».
Ajena a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, la pequeña Natalia no le quitaba ojo al protagonista del día: su 'papi'. Aún no sabe que el mismo día que ella cumplía cuatro años, su padre alcanzaba su sueño deportivo. «Todavía es muy pequeña para ser consciente de todo lo que ha vivido», dijo su madre, quien ya prepara una doble celebración en familia: «Será también muy bonita».
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