La Ruta, un regreso con honores y récords

Dos años han pasado desde la última vez que la Ruta de las Fortalezas, la carrera más especial que se realiza en la Región de Murcia, daba su pistoletazo de salida. En el año 2020, a solo cinco días de que se decretase el estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus, enfermedad que se resiste a abandonarnos, el Ejército y el Ayuntamiento de Cartagena, organizadores del evento, tomaron la difícil decisión de aplazar la prueba.

La espera se ha hecho larga. Mucho. Pero por fin el sábado, más de 4.700 personas se lanzaron a las calles, senderos y montañas de la ciudad portuaria para conquistar las cinco colinas y las ocho baterías de costa que atraviesa el recorrido.

La Escuela de Infantería de Marina General Albacete y Fuster, situada en la subida a Tentegorra, volvía a ser el epicentro de un evento que arrancó a las ocho y cinco de la mañana en el puerto de Cartagena. Por delante, los atletas tenían que cubrir los 50 kilómetros que conformaban un trazado cuatro mil metros más corto que en ediciones anteriores. Esta vez, los participantes no tendrían que bajar desde El Calvario para volver a subir el monte San Julián; la cresta que une ambas fortalezas fue el nuevo tramo que dibujó la organización para agilizar el evento. Y eso propició que los primeros clasificados destrozaran el cronómetro.

Si habitualmente el tiempo para completar la prueba era de algo más de cuatro horas, en esta ocasión, el unionense Sisco Díaz Pozo, ganador masculino de los 50 kilómetros, pulverizó la marca. En tres horas, cuarenta y dos minutos y treinta y cuatro segundos 'Sisco' terminó, convirtiéndose en el mejor tiempo de las once veces que se ha celebrado la carrera. Tras él, llegaron Adil Moussaoui (3:43:50) y José Antonio Agüera (3:45:54), vencedor en el 2019.

Por su parte, Laura Nicolás, la primera fémina que cruzó la meta, acabó en cuatro horas, veintisiete minutos y once segundos, treinta y tres minutos menos de lo que consiguió Lorena Duchi en 2019. La molinense, que participaba por primera vez en la Ruta de las Fortalezas, grabó su nombre en el muro de la fama, como ya hiciera en la media maratón de Cartagena, su especialidad hasta la fecha. Isabel Sandoval (4:45:44) fue la segunda mientras que Lorena Duchi (4:48:19) ocupó el tercer escalón del podio.

En cuanto al trazado Promo, de 14 kilómetros y medio, fue Carlos Gallego (1 hora, 4 minutos y 30 segundos) el que se subió más alto y Julia Usataya la mujer más veloz (1 hora, 33 minutos y 10 segundos). Pedro Manuel Paredes (1:06:09) y Mar Paredes (1:37:36) ganaron en la prueba juvenil.

«Me he visto muy bien. Durante los primeros kilómetros, los cuatro que hemos terminado primeros hemos estado juntos. Por momentos uno se escapaba, luego se recuperaba esa distancia... En definitiva, nos íbamos controlando. Ha sido en el monte Atalaya cuando ya he podido abrir un hueco. Después, he tenido que administrar la ventaja hasta la meta. Ha sido muy sufrido el final porque se me ha hecho muy pesado», confesó Díaz Pozo a LA VERDAD una vez que cortó la cinta de ganador.

El de La Unión aseguró que había hecho unos números asombrosos debido a que «se le ha recortado al recorrido bastante como para bajar los tiempos» y afirmó sentirse tremendamente emocionado «en los metros finales» porque «en otras ocasiones se me ha escapado». Por ejemplo, en la última edición, donde fue segundo.

Tenía Díaz Pozo ganas de sacarse esa espina que llevaba clavada. Unas veces por problemas musculares y otras porque las fuerzas no le dieron para escalar más posiciones, el que fuera líder de la clasificación en 2015 en la prueba del ultratail, de 111 kilómetros, se sienta ahora en el trono del medio centenar de kilómetros por primera vez.

Laura Nicolás, en su caso, también estrenó asiento. Y lo hizo con expectación. No por el tiempo, ya que le sacó 18 minutos a sus inmediatas perseguidoras, sino porque ella estaba inscrita en la categoría de parejas mixtas y desde la organización le aseguraron que obtendría ese reconocimiento pero no el individual. De cualquier modo, fue la mujer más rápida.

«Al principio me he visto muy bien, bastante cómoda con el ritmo que se estaba marcando. Pero sí que es verdad que ya, cuando iba llegando, a partir del kilómetro 42 o así, las piernas me empezaban a picar y la sensación era que la meta estaba muy lejos», inició la deportista.

«Me encanta la carrera. La organización es genial y el trazado muy divertido. Es la primera vez que corro una distancia tan larga; hasta ahora nunca había pasado de los 21 kilómetros y no tenía ni idea de cómo me iba a ir. A decir verdad, no he preparado específicamente la Ruta de las Fortalezas. Tenía otros objetivos este año. Me apunté a esta prueba para despedirme de la montaña y mira», relató Nicolás, a la que no se le borró la sonrisa ni un segundo.

Satisfacción también en las Fuerzas Armadas, que ponen siempre toda la carne en el asador para que todo transcurra de la mejor manera. Cerca de mil efectivos se encargan de ello. «Han sido tres meses los que hemos estado organizado este evento. Estamos muy contentos porque no ha habido incidentes significativos. Alguna caída, torceduras... Lo normal», explicó el teniente-coronel Miguel Gallardo, director técnico de la carrera.

El tiempo, además, respetó tras una semana de lluvias. Y los familiares pudieron acudir a la meta para animar a los suyos. La pandemia ha dado algo de oxígeno y quien quisiera podía acudir a la Escuela de Infantería a darle aliento a los deportistas. «No cabe duda que esta celebración, con solo los corredores llegando, mascarillas y distanciamiento queda deslucida. Se convierte solo en un reto deportivo individual y ese no es el objetivo de esta carrera. Aquí el fin es unir a la Escuela de Infantería de Marina y la ciudad de Cartagena. Y lo hemos conseguido», festejó el mando militar. Puede estar orgulloso. La Ruta volvía a ser una fiesta del deporte.

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