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En julio de 2011, en una de aquellas noches veraniegas que el Festival Belluga refrescaba, la Compañía Antonio Najarro creada en 2002 sorprendía con aquel 'Jazzing Flamenco' en el que un vocabulario personal, moderno e innovador combinaba aspectos modernos con los tradicionales despertando nuevas sensaciones. Estas ideas las continuaría durante los ocho años siguientes al frente del Ballet Nacional de España, alternando coreografías propias con las compartidas sin olvidarse de retomar tesoros del repertorio de la danza española, demostrando inteligentemente su capacidad de respetar un no muy lejano pasado con innovaciones positivas del presente.

El dominar todos los estilos de danza, implicación por el vestuario, recursos de músicas creadas para nuevas obras, interés por relacionar danza, moda y deporte, y gestionar la difusión audiovisual es un bagaje tan amplio que finalizada su etapa del BNE, retomando valientemente su compañía privada, cuenta con un público conocedor de la calidad de sus propuestas. Si en su anterior visita a este mismo Auditorio en marzo de 2021 con 'Alento' fueron ocho piezas danzadas y dos temas musicales las muestras de su estilo –brazos, movimientos, gestualidad expresiva y dar vuelo a faldas y mantones–, ahora en su nueva creación, 'Querencia', la inspiración de volver al pasado nos da en once cuadros una exposición sobresaliente de los estilos de danza española establecidos en su día por Mariemma, Escuela Bolera, bailes regionales, flamenco y danza estilizada debidamente analizados en su 'Tratado de danza española'.

Como introducción, subida de telón, al oscuro sigue una suave iluminación para hacer visibles figuras estáticas en escena como muestra de trajes de cada estilo. A partir de ese momento, durante una hora y quince minutos pasan los bailes en un orden bien establecido que no corta las diferencias de cada forma de danza sino que las empalma. La escenografía de fondo, negro dominante, columnas, puerta de entrada y salida muy efectista. El cambio de luz posterior viene bien para dar la necesaria luminosidad en determinadas piezas. Otro elemento acertado es la capa española que en una farruca concede con su vuelo una elegancia exquisita igual que la bata de cola no es solo un vestido, es otro cuerpo con vida propia.

La sucesión de bailes con acertada técnica va calentando al público con aplausos cada vez más intensos, demostración de la complicidad lograda por la entregada actuación del elenco. A todo esto hay que sumar el acierto de encargar la composición musical para orquesta sinfónica al pianista Moisés Sánchez, clave fundamental para que los movimientos de las coreografías estén en consonancia con los de la partitura. Como resultado, Antonio Najarro transmite su idea de la energía de la vida hecha danza en una sublime 'Querencia'.

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laverdad Sublime 'Querencia'