![Steve Jobs, el visionario fabulador](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/05/04/99203023-U1901036759635pPD--1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Jobs, el fabulador. Hay cantidad de datos reales y testimonios que desmienten los mitos de Apple, como ese de que nació en un garaje. El otro Steve de la manzanita, Wozniak, aseguró que nunca diseñaron nada en un garaje, ni prototipos ni nada parecido. 'El ... garaje éramos nosotros'.
Jobs, el visionario. Si llevamos un dispositivo móvil que nos soluciona la vida es porque antes Jobs creyó que lo íbamos a necesitar. Al igual que la idea de ordenador personal, algo inexistente hasta mediados de los 70.
En el tándem de los primeros años de Apple está el genio de la informática, Wozniak, y el genio del marketing, soñador y un poco negrero, Jobs. Sería injusto perpetuar las mentiras del fabulador cuando tanta gente se ha matado a trabajar para conseguir la visión práctica, perfecta, elegante y maravillosa de los artefactos que Jobs tenía en su cabeza. El Steve ingeniero creó el teclado que conectó a un viejo televisor y el otro Steve entendió el salto cuántico que se escondía detrás de ese invento casero. Ese es su gran mérito; Además de la perseverancia, la cabezonería y ese paisaje fuera de la caja que supo ver, incluso a muy largo plazo.
Wozniak y Jobs eran vecinos, en Los Gatos (Mountain View) iban juntos a Cupertino High School y allí asistieron a charlas de Hewlett-Packard. Las preguntas de Jobs impresionaron tanto a William Hewlett que le concedió una beca de trabajo veraniega. También pasó por Atari y Wozniak hizo un trabajo que él vendió. Jobs se embolsó 5000 dólares. Le dio a Woz 350.
Los padres biológicos de Jobs no se consideraban maduros para asumir su paternidad y lo dieron en adopción. Una primera familia lo rechazó. La segunda, los Jobs, se lo quedaron. Steve aprendió de su padre adoptivo el amor por lo manual, la mecánica, el trabajo casi artesano. Aunque eran una familia modesta contaban con ese fondo para que el niño fuese al 'college', algo que pusieron como requisito Joanne y Abdulfatá a la futura familia adoptante.
Jobs no creía en la universidad. Aceptó sólo si le admitían en Reed College, la más cara de su entorno. Era su forma pasivo-agresiva de protestar. Allí conoció a la madre de su hija y se apuntó a las clases de caligrafía de Robert Palladino. Esta es la base de su interés por los tipos de letra en los primeros Mac, algo que los diferenciaba de otros PC.
Steve pagó unos meses y el resto asistió como oyente. Dormía en la cantina de la universidad, en las habitaciones de sus compañeros, comía gratis con los Hare Krihsna y casi siempre iba descalzo. Como buen Piscis, se interesó por la espiritualidad. Y marchó a la India donde estuvo 7 meses. Descubrió el poder del pensamiento intuitivo. Eso, y unas dosis de LSD, le sacaron de la norma para siempre.
La relación con Chrissan es mucho más importante de lo que muchos estudios biográficos revelan. Su relación intermitente duró cerca de 20 años. Ambos estuvieron en la comuna 'All for one farm'. De hecho, lo de la manzana no tiene que ver tanto con el sello de los Beatles, ni con Alan Turing, sino con estas vivencias donde la gran familia sólo comía fruta. Sobre todo, manzanas. Allá se fue Chrissan para dar a luz a Lisa, que Jobs conoció un año después porque alguien se empeñó. Él no tenía mucho interés. También le costó reconocer su paternidad. Su actitud fue bastante miserable. Le pasaba una manutención de 450 dólares cuando ya era millonario. Le dejó de hablar porque no impidió que su madre vendiese la casa que él había comprado para ambas. Un compañero de trabajo de Apple pagó el primer semestre de Lisa en Harvard. Jobs se enteró con el curso en marcha.
Steve ganó su primer millón con 23 años, imaginó el ratón, el Ipod, la tablet, el Iphone y el concepto de ordenador para uso personal y doméstico.
Hoy, pocas empresas contratarían a un joven Steve, que se lavaba poco, que contestaba a sus jefes y que era «difícil pero valioso». Por supuesto, Jobs nunca se pondría la camiseta de una gran empresa salvo de la suya propia.
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