![Concha Velasco: «Siempre he dicho que soy católica, socialista y española»](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/201901/31/media/cortadas/NF0K4RM1-kps-U70471489058wII-624x385@La%20Verdad.jpg)
![Concha Velasco: «Siempre he dicho que soy católica, socialista y española»](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/201901/31/media/cortadas/NF0K4RM1-kps-U70471489058wII-624x385@La%20Verdad.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Hay tres palabras cuyo significado horroriza a Concha Velasco (Valladolid, 1939): sobrevivir, sacrificio y resignación. «Yo las quitaría del diccionario», reconoce la actriz -excelente, irrepetible, imbatible-. Cuenta lo siguiente: «'Estoy sobreviviendo', me dijo el otro día una amiga, y yo exclamé: '¡Qué horror!'. Qué horrible palabra cuyo significado no deberíamos permitir. Hay que vivir, no que sobrevivir». Esta noche, en el Villa de Molina, y el sábado y el domingo en el Romea de Murcia, representará 'El funeral', la obra escrita y dirigida por su hijo, Manuel M. Velasco, en la que interpreta al fantasma de la fallecida Lucrecia Conti, «la actriz más importante del cine, el teatro y la televisión de España».
-Que no es 'Hamlet' ni tampoco hemos pretendido que lo sea, eso lo tenemos muy claro Manuel y yo. Este 'Funeral' hay que verlo para entender por qué es tan divertido y yo me lo paso tan bien haciendo la función. Me encanta el humor de Manuel, me río muchísimo con él, y estoy encantada. Precisamente, durante el tiempo en el que interpretaba 'Reina Juana', que era un texto tremendo, muy doloroso y que me dejaba exhausta cada noche, muy feliz pero exhausta perdida, le pedí a mi hijo que me escribiese una función con la que pudiese divertirme. Necesitaba reírme. Y eso hizo.
-[Risas] Le iba a decir 'Virgencita, que me quede como estoy', pero la verdad es que me gustaría tener un poquito más de tiempo para mí, un poquito menos de trabajo y algo más de salud. En 2018 me ha pasado de todo, y no precisamente para tirar cohetes de alegría. Pero ya sabe usted que yo resurjo de las cenizas una y otra vez, y cuando ya parece que va a ser la última vez, que se acabó Concha Velasco, de nuevo me pongo en pie.
-Más tranquila, sí. Pasé una neumonía, me cambié de casa por decimoquinta vez en mi vida...; me he llevado muchos disgustos, esa es la verdad...; y no sé si habrá sido por la edad, por la cortisona [risas] o porque yo soy excesiva para todo, pero he sufrido lo que se llama un bajonazo. Pero que ya se me ha pasado, ¡eh!
Obra 'El funeral'. Autor y director: Manuel M. Velasco. Intérpretes: Concha Velasco, Jordi Rebellón, Irene Soler, Irene Gamell, Emmanuel Medina. En Molina: Teatro Villa de Molina, hoy, a las 21.00 horas. En Murcia: Teatro Romea; sábado, a las 21.00 horas; domingo, a las 19.00 horas.
-Ay, hijo, por lo demás tengo 79 años. Rosa, una señora que me viste en el teatro y que lleva conmigo muchísimos años, cuando le digo «por Dios, Rosa, ¡qué trabajo me cuesta levantarme!, ¿qué me ha pasado?», me replica muy seria ella: «Que tiene 79 años, eso es lo que le ha pasado». Y gracias a que he llegado a cumplirlos, porque hace cuatro años estuve a punto de no contarlo, muy grave, en coma, y con un tratamiento muy fuerte que me ha afectado muchísimo, como es natural a mi edad. Y le digo una cosa, ni se le ocurra preguntarme cuándo me voy a retirar. Pero, vamos a ver, ¿por qué me voy a retirar? ¿Acaso es que salgo yo al escenario a hacer de chica ye-yé? Pues no, pues ya está. Retirarme no, ya le digo, pero trabajar un poquito menos para ver más a mi nieto, pues sí que estaría bien. Eso es lo único que llevo mal ahora, que mi nieto ha cumplido 10 años y no puedo estar con él todo lo que me gustaría. Esta mañana [la de ayer miércoles] le he tenido que decir que otra vez salgo de gira...; ¿y sabe qué me ha dicho él? «Abuela, en Semana Santa nos vamos los dos a hacer un crucero» [risas].
A mi nueva casa ya me he acostumbrado, y estoy encantada. La que tenía antes la he vendido voluntariamente para pagar a Hacienda, aunque no me iban a embargar ni nada de eso. Yo tenía una deuda que arrastraba desde hace mucho, y decidimos [en familia] que lo mejor era no tener esa angustia encima. Pero, vamos a ver, el haber vendido mi casa y el haberle pagado a Hacienda no quiere decir que me haya tocado la Lotería. Tengo que seguir trabajando. Esta casita nueva es más pequeña, pero es muy mona. Y he de decirle que siempre encuentro a gente muy buena que me ayuda, y eso es una suerte. Hay personas que no son de tu familia y que te quieren mucho.
-Intento no hacerlo. Por ejemplo, yo borro de mi cabeza las casas en las que he vivido, como también borro a las personas que odio; las borro hasta que se convierten en transparentes. La casa a la que me he venido está enfrente de la anterior; pues bueno, ya ni la veo cuando salgo a la calle. Pero sí que tengo una relación preciosa con el conserje de aquella casa, con Nicolás. Le dije que tenía que pasar la Navidad en la nueva casa y que me tenía que ayudar, y así fue, con una gran generosidad. El día de Nochebuena, al primero que yo llamé fue a Nicolás, y ¿quién se cree que fue el primero que vino a verme el día de Año Nuevo? ¡Pues sí, Nicolás!
-Sí. No me voy a volver del revés porque tenga 79 años. A las personas que odio, las odio profundamente; y a las que amo, las amo con pasión. Yo no quiero mirar atrás con rencor, eso lo intento, pero esta mañana he oído decir a Pilar Bardem, a la que adoro, que ella perdona a todos los que le han hecho daño, y tengo que llamarla para decirle que no estoy de acuerdo con ella. Yo no, yo trato de que parezca que sí lo hago, pero no.
-La de rezar cada noche antes de dormirme un Padre Nuestro. Es que, aunque con matices, sigo siendo la misma de siempre.
-El del miedo, yo nunca lo he tenido, nunca he tenido miedo y ahora lo tengo; debe ser porque soy mayor. Siempre he dicho que soy católica, que soy socialista y que soy española, pero ahora no se puede decir eso porque siempre hay alguien que lo interpreta mal y que se molesta muchísimo. Yo, en lo fundamental no he cambiado. Bueno, ya no hablo de política, no quiero hablar de política porque me tienen todos muy decepcionada, aunque, por otro lado, me acuerdo mucho de lo que decía Platón: «El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres».
-Eso sí que es una bendición. En 'El funeral', como soy un fantasma, atravieso el patio de butacas para subir al escenario. Bueno, ya sabemos que un fantasma no puede mirar al suelo, ni cojear ni nada de eso. Así es que a mí no se me nota nada cómo tengo el cuerpo [risas], pero en cuanto hago mutis por el foro me tienen que poner una silla porque no puedo ni andar. Yo es que me caigo mucho, me caigo una barbaridad; y luego me toca llevarlo con buen humor o, por lo menos, intentarlo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.