Salzillo viaja a Mallorca junto a las obras inacabadas de Brueghel y Velázquez

Sirvió de modelo hace más de dos siglos para tallar la imagen de San Juan del monasterio de Hermanas Clarisas de Santa Verónica, en la pedanía murciana de Algezares, y hoy es objeto de contemplación junto a obras de Brueghel, Velázquez o Rodin. Modelado en barro, el 'Evangelista' es uno de los cerca de cincuenta bocetos que del genial imaginero murciano Francisco Salzillo conserva el museo que lleva su nombre, y desde hoy, su imagen forma parte de la exposición 'Non Finito. El arte de lo inacabado' que, hasta el próximo 15 de agosto, se podrá disfrutar en el espacio Caixa Forum de Palma de Mallorca.

Se trata de una gran muestra itinerante organizada por la Fundación La Caixa y el Museo Nacional de Escultura de Valladolid que cuenta con obras de importantes creadores internacionales, entre las que se encuentra la pieza del escultor murciano, hasta hace varias semanas expuesta en su museo, de donde estará ausente al menos un año, ya que la muestra viajará después de su estancia en Palma de Mallorca a Valladolid y Zaragoza.

Será una ausencia «prolongada» para una pieza que, con su cesión temporal, ha dejado un hueco en la colección, pero que, con su viaje, «va a contribuir a seguir promoviendo y promulgando el trabajo del escultor murciano», cree la directora del Museo Salzillo de Murcia, María Teresa Marín, sobre todo en «un año de especial importancia» en el que, recuerda, se conmemora el 80 aniversario de la orden de creación de este espacio museístico.

'Non Finito. El arte de lo inacabado' se plantea como un recorrido por la creación «imperfecta, interrumpida, abandonada por accidente o intención, o concebida como fragmentos» de grandes autores del arte, según se recoge en sus líneas introductorias. En el caso de la pieza de Salzillo, se concibió como guía de una obra mayor.

En ella, San Juan es representado, explican desde el museo murciano, sentado sobre una voluta, con un libro apoyado en su rodilla izquierda: «Al boceto le falta el brazo izquierdo donde sostendría una pluma y conserva una expresiva cabeza que mira hacia el cielo en busca de inspiración». «Su aspecto de obra no acabada y abocetada –añaden– adquiere gran modernidad en el presente, por su espontaneidad, pues a pesar de ser un instrumento del taller en el proceso de creación de una obra en madera policromada, encierra en sí el valor intelectual de la primera idea del escultor, con un resultado magistral, a pesar de su estado de 'non finito'».

Junto a la obra de Salzillo, se podrán contemplar todo tipo de piezas: desde bocetos a pinturas, acuarelas, relieves, fotografías, manuscritos literarios, escritos, estudios, partituras, películas, documentales y grabados. Y entre ellos, obras de Brueghel, Velázquez, Bach, Goltzius, Palissy, Turner, Rodin, Medando Rosso, Smithson, Gargallo, Marey, Brassai, A. Ferrant, E. Lootz, Arnulf Rainer, Oteiza, Motherwell, Ryman, Sugimoto, Aballí, Mondrian, Buster, Keaton y Gursky, entre otros.

Compuesta por obras procedentes de grandes colecciones particulares y de museos de carácter nacional e internacional, la muestra cuenta con el comisariado de María Bolaños, directora del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, hasta donde en septiembre viajarán las piezas. En la capital castellanoleonesa la exposición se podrá contemplar hasta enero de 2022, y de allí se trasladará a Zaragoza, donde se mantendrá expuesta de febrero a mayo del año próximo.