Radiante 'Zapatera' o la libertad de la mujer
CRÍTICA DE DANZA ·
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La tremenda realidad en la que estamos inmersos por culpa de la propia ignorancia supina e ineptitud humana ha transformado el hecho de acudir a ... un teatro en un reto por parte de los artistas y del público. Pero las artes escénicas son una fuente de energía necesaria como alimento del alma frente a las adversidades. Si Soledad Bravo decía: «Pueblo que nunca canta, no se olvida del dolor», pues aquí y ahora: «Pueblo que baila, su mal espanta». Y así, con esperanza y alegría la Compañía Murciana de Danza nos hizo disfrutar con el entusiasmo de todos los bailarines y músicos, protegidos con sus mascarillas, en una radiante 'Zapatera prodigiosa' que desde su gustoso estreno en abril de 2019 en el Auditorio Víctor Villegas ha evolucionado con cambios positivos que confieren sensación de novedad a la obra. En la adaptación al baile flamenco de la 'pantacomedia', mezcla de pantomima y comedia, de Federico García Lorca, los protagonistas: Alba Nicolás, como zapatera, y Miguel Ángel Serrano, zapatero, están espléndidos tanto en su baile como en la dramaturgia, apreciando una clara madurez de técnica y dominio de todas las escenas. El acompañamiento en vivo de la música y grupo de Faustino Fernández estuvo perfectamente amoldado a los excelentes bailarines, solistas y cuerpo de baile. La coreografía toca los palos flamencos justificados, incorporando movimientos de danza que acentúan la emoción, odio, rebeldía, o amor en los pasos a dos, con la misma envergadura que escritores o poetas. Pero lo interesante del baile de esta Zapatera, a partir del texto de García Lorca inspirado en la granadina Agustina González López, es que de su cuerpo emana una radiante inteligencia aportando al mundo el mensaje, pensamiento y aspiraciones de miles de mujeres. En la denuncia de la opresión de la mujer, el enfrentamiento con las beatas y vecinas del pueblo y el impuesto dominio machista, el baile de todas las escenas consigue una fluidez y transparencia logrando que no se esté pendiente de pasos brazos o estructuras propias. El lenguaje de todos los movimientos del cuerpo es el resultado de la armonía entre cuerpo y alma. La zapatera baila como una mujer en la plenitud de su ser. Baila libertad de la mujer. Y el aplauso para todos, artistas, público y teatro, por no abandonar a las artes escénicas.
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