Roberto Verino: «¿Cómo puede costar menos comprar un vestido que lavarlo?»

Roberto Verino se encontró ayer, en su visita a Murcia, un cielo azul y despejado. Él, feliz y agradecido. «En Murcia sois entusiastas de la vida y me contagiáis. Le podéis sacar mucho partido al día a día». En el disfrute de las pequeñas cosas y el placer en lo sencillo encuentra el prestigioso diseñador gallego la inspiración para sus colecciones.

'Belleza serena' es el título de su última colección, que ayer presentó en Murcia ante prensa –con quienes compartió también un almuerzo en el Real Casino de Murcia– e 'influencers', en la tienda de la firma en el paseo Alfonso X el Sabio. Una colección con la que celebra el 40 aniversario de su marca. No obstante, ya han pasado seis décadas, «un suspiro», desde que el diseñador decidiera dedicarse a la moda y viajar a París, viviendo de cerca el auge del 'prêt-à-porter'. «Poder implantar esas ideas en mi pueblo fue muy ilusionante», indica el creador, que dio los primeros pasos con su firma en un momento de cambio, «tras la dictadura», donde «las mujeres comenzaron a ser libres y a tomar presencia en diversos ámbitos».

Nada ha frenado al maestro de la moda, que continúa ilusionado y creyendo en el futuro. «Tengo un espíritu combativo muy joven. Un gran maestro me dijo que nos teníamos que sentir orgullosos de haber nacido en Verín (Orense), la tierra del guerrillero más importante, Viriato. ¿Tirar la toalla? Jamás». Roberto Verino se llama en realidad Manuel Roberto Mariño pero adaptó el nombre de su apellido, homenajeando así a su municipio.

Con su firma, Roberto Verino pretende «ayudar» a una clientela «con necesidades variadas», para hacerle la vida más fácil. «Hay que cumplir con las responsabilidades profesionales y la moda debe de ser el reflejo de tu forma de vida. Es necesario que la gente se sienta bien consigo misma», afirma. «Se debe saber mirar alrededor, preocuparte por conocerte, crear la mejor autoestima y un estado de ánimo en condiciones pero, por encima de todo, debes quererte», asegura el gallego.

Entre aquellas piezas que nunca deberían de faltar en el armario, Verino destaca «la blazer, para llevarla como traje o sola, con falda, pantalón o vestido; el trench, que hace efecto cebolla, ideal para los cambios de temperatura; el pantalón, un pieza indiscutible; y la aportación de una prenda como una blusa que te permita cambiar de estilo, del trabajo a un evento».

«La moda ha pasado por muchas vicisitudes», sostiene el diseñador. «Se entiende que todo vale. Hubo una época de moda unisex, también se quiere que el hombre elija prendas asociadas a la mujer y yo no tengo nada en contra de ello pero no se está inventando nada. Solo hay que viajar por la historia para ver, por ejemplo, cómo vestían los hombres en la Revolución Francesa».

Con lo que no contaban en tiempos de Napoleón es con el 'fast fashion', la tendencia a comprar ropa barata y de consumo rápido que se amontona en los armarios o en los vertederos. «La moda rápida ha sido un problema para la sostenibilidad del planeta. Para elaborar un vestido de cinco euros se ha derrochado muchísima energía y, obviamente, no se le ha pagado a los trabajadores. ¿Cómo puede haber vestidos que cuesten menos comprarlos que llevarlos al tinte? Me parece triste» reflexiona Roberto Verino. «Como consumidores, generamos una demanda que a la larga va en contra de nuestros intereses, pues las prendas buenas y duraderas resultan al final más económicas, te visten más y te las vas a poder poner de formas muy distintas, incluso en temporadas venideras». Es lo que el diseñador define como la creación del «armario emocional» donde encontrar «prendas que te recuerdan a momentos felices de tu vida».

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