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El cartagenero Pedro López Aurrekoetxea (1983) no desaprovechó el confinamiento. Las horas en casa le sirvieron para desarrollar un hobby: la escritura. En 'Los ... olvidados de Fortuna', su primer libro, introdujo al lector en la Segunda Guerra Púnica viviendo este acontecimiento histórico desde la perspectiva de los soldados. «Fue una historia que empezó un poco como por accidente, fue un pasatiempo de pandemia. Pero, conforme el proyecto empezó a crecer, decidí que había material de sobra para hacer una trilogía». De momento, este historiador que desde hace diez años trabaja como arqueólogo en Bélgica acaba de publicar la segunda parte, 'Los favoritos de Belona' –lanzado mediante una campaña de micromecenazgo en Libros.com–. Hoy a las 12.30 horas en el Museo del Teatro Romano de Cartagena, se presenta el libro en un acto en el que el autor estará acompañado por el grupo de divulgación histórica Ad Absurdum. Además, López firmará ejemplares en la Feria del Libro de Cartagena de 17 a 19 horas.
–¿Qué va a encontrar el lector en 'Los favoritos de Belona'?
–El libro, el segundo de la trilogía, ocupa la parte central de la Segunda Guerra Púnica. Si la primera parte se centra en las famosas batallas del principio, donde Aníbal derrotó a los romanos en Italia, esta parte cuenta cuando los romanos empiezan a darle un poco la vuelta a la tortilla. El relato se traslada de Italia a Hispania. El libro termina con la Batalla de Baecula, cuando todo se inclina del lado romano.
–¿Por qué decide centrarse en la intrahistoria de los pequeños personajes?
–Por formación soy licenciado en Historia, pero especializado en Arqueología e Historia Antigua. La historia de los grandes personajes como Julio César es muy interesante, pero están muy trillados y al final eso se vuelve muy aburrido. A mí como arqueólogo me parecen mucho más interesantes las historias pequeñas de las vidas y las rutinas de la gente. Además, como novelista, también es mucho más divertido recurrir al personaje pequeño porque eso te da mucha más libertad. Del personaje histórico solamente puedes poner lo que se sabe que hizo y si te inventas algo te la estás jugando. Pero si el personaje no existe le puedes hacer lo que tú quieras. Lo puedo matar, lo puedo convertir en héroe o en villano, me da igual. Me da libertad para narrar la historia como yo quiero.
–¿Cuáles son las curiosidades que menos se conocen de esta época en cuanto a las armas que se usaban en la batalla y los utensilios cotidianos?
–Hay una cierta tendencia a imaginarse a los legionarios romanos, por ejemplo, como legionarios de Astérix y Obélix o como en las películas con su armadura brillante, cuando los legionarios eran gente con equipos muy humildes y cada legionario se pagaba su equipo.
–Es característico el humor negro en su novela. ¿Qué le atrae de esa forma de hacer reír?
–Yo soy un niño de los 80, me he criado leyendo novelas de acción. No quería tampoco convertir mis novelas en una película de Tarantino. A veces recurro al humor negro. Me gusta tirar de ironía para aliviar la tensión de los momentos más dramáticos porque tampoco es cuestión de tener a la lector en un suspiro todo el rato. De vez en cuando alguien hace una broma un poco macabra... cosas así, pero siempre intentando que ni se convierta en una comedia ni sea un drama.
–¿Qué supone para usted presentar 'Los favoritos de Belona' y firmar ejemplares en la Feria del Libro de su ciudad?
–Ha venido un poco por casualidad, pero me lo ofrecieron y aunque estuviese trabajando en Bélgica y fuese más difícil venir sabía que esto no me lo podía perder.
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