Second: «No vale solo con vivir, ¡hay que sentir, jugársela, arriesgarse!»

–¿Qué va encontrar el público en estos conciertos?

–Sean Frutos: Vamos a realizar un concierto con mucha energía. Hemos preparado un espectáculo que se basa en el rojo, en el fuego y la pasión que representa ese color. Además, el teatro ya está vestido así, con lo cual, todo conjuga. Al mismo tiempo que proponemos esta emoción, también queremos que el público nos dé esta energía a nosotros, que juntos estemos jugando todo el tiempo una especie de partido de tenis.

–Jorge Guirao: El rojo está presente en todo el disco y así está planteada la escenografía, basada en tonos cálidos. Esta intención y el juego con color ayudará a que sea un concierto muy sentido.

–Sean, sobre el escenario les acompañará su padre y su hermana.

–S. F.: Mi hermana [Maryan Frutos, KUVE] ya ha colaborado con nosotros alguna vez, pero es la primera vez que invito a mi padre a subir. Mi padre, Ángel, tocaba en un grupo en los años sesenta llamado Flash, al igual que el padre de Fran y de Jorge [Guirao], que tocaba en Ases. En aquellos tiempos eran rivales y ahora se aguantan, bueno, se siguen insultando, pero ya es algo más 'light' [bromea]. Tenía muchas ganas de que subiera con nosotros a cantar y esta era la oportunidad. Aquí, en casa y en el Teatro Romea, donde él también ha actuado hace más de cincuenta años. Lo contaba durante el ensayo, que él estaba en este escenario durante el combativo Mayo del 68 y se han alineado los astros para poder realizar esta colaboración en esta primavera.

–Después de la pandemia, ¿cómo viven la vuelta a los escenarios, ya con aparente normalidad?

–J. G.: Con muchas ganas. Han sido unos años muy complicados porque casi no hemos podido girar y se nos quedó a medias la gira anterior. Estamos contentísimos e ilusionados.

–S. F.: Además, los poquitos conciertos que pudimos hacer fueron en acústico y, por fin, volvemos con toda la banda. Nuestra naturaleza es de eléctrico y echábamos de menos esa fuerza que se suma con todas las guitarras eléctricas, batería y bajo.

–En el concierto tocarán los temas que ya han visto la luz de 'Flores imposibles'. ¿Darán a conocer otras de las nuevas composiciones?

–J. G.: Sí. Además de estos adelantos, a todos aquellos que han comprado la entrada les hemos dado un par de temas en exclusiva para que los puedan escuchar, a través de un enlace, una semana antes de cada concierto. Una primicia antes de que salga el disco, en septiembre.

–S. F.: ¡Tienen siete días para aprendérselos!

–¿Cómo definen su último álbum?

–S.F.: Lo hemos preconcebido como elegante y contenido. No hemos querido desbocarnos. Con los productores, Manuel [Cabezalí] y Víctor [Cabezuelo] hemos trabajado mucho en no llevar la epicidad hacia el extremo al que nosotros estamos acostumbrados. Yo he cantado más grave que nunca, más sosegado. Fran sí se ha explayado más, lo hemos dejado mandar con la batería y hemos conseguido un sonido diferente con el bajo.

–J. G.: Un sonido más descargado de arreglos, más directo. Siempre buscando que toda la atención se dirija hacia los detalles elegantes y la voz.

–¿Qué mensaje pretenden transmitir con las letras?

–S.F.: Cuando empiezas a componer canciones ni siquiera lo sabes. Hemos pasado una etapa difícil y dura para todos y estas canciones han emergido como esas flores imposibles, esa fuerza de la belleza que surge del terreno hostil y árido. Queremos que sean un punto, un halo de esperanza que sirva para que veamos las cosas mejor en el futuro. Aunque ahora estemos en un momento global complicado, de nuevo, mantenemos esa esperanza de que seguiremos vivos y, sobre todo, seguiremos sintiendo. No vale solo con vivir, ¡hay que sentir! ¡Hay que jugársela, arriesgarse, apostar! No sabemos lo que nos puede ocurrir y no vale pasar de lado. Hay una canción en el nuevo álbum que se llama 'Muévete y siente' que habla de eso.

–¿Van a echar de menos los festivales este verano?

–J. G.: Un poco, pero esta es una gira que teníamos muy pensada desde hace tiempo. Estamos haciendo lo que teníamos en mente.

–S. F.: Cada vez que vas como público a un concierto quieres estar tocando pero este tipo de recintos son perfectos para lo que queríamos transmitir. Además de la belleza inherente a un teatro, este formato nos permite mantener contacto visual con todos los espectadores y se nota la conexión. Queríamos presentar así las nuevas canciones. Más adelante haremos festivales.

–¿Qué les ha dicho el público tras este inicio de gira?

–J. G.: El 'feedback' ha sido muy positivo. El público está valorando este formato, la nuevas canciones y la escenografía. Pensaban que los conciertos iban a ser más tranquilos y se están asombrando positivamente. Están encantados.

–S. F.: A mí me flipa que después de tantos años haya gente en las redes sociales que diga que nos ha visto muchas veces y que estos conciertos son los mejores de nuestra carrera. Estábamos intentando superarnos y este tipo de mensajes nos dan la razón. Estamos contentos porque hemos trabajado muchísimo en este directo.

–Con una discografía tan amplia, ¿hay algún tema que ya no les apetezca tocar en directo?

–S. F.: Siempre hay alguno al que le coges manía y otros de los que te sientes más orgulloso, pero cuando llega el turno de los más representativos de la banda, como 'Rincón [exquisito]' o 'Nivel [inexperto]' siempre me alegro de tocarlos.

–¿Qué les queda por hacer?

–S. F.: Hicimos un directo en eléctrico en 2011 y nos encantaría hacer un 'unplugged' como los que hacía Nirvana. Esa sería una buena forma de repasar los últimos álbumes en directo.