Tominokers: «Nuestros ensayos son para nosotros como nuestros psicólogos»

Estos Tominokers no son precisamente extraterrestres con intenciones malignas de ningún tipo. «Miedo solo damos cuando nos lo piden», dejan claro. Son de aquí, de la Región de Murcia, y su objetivo no es otro que agitar los escenarios para «emocionar» a su público con las canciones que llevan componiendo desde hace años. Aquel concurso al que llegaron 'in extremis' hace casi 20 años –Onda Nave– lo acabaron ganando y supuso el inicio de una trayectoria que se ha mantenido hasta hoy, aunque «la formación ha sufrido algunos cambios en estos años», apunta José Luis Muelas, el único componente que permanece desde el nacimiento de la banda. El resto de los Tominokers actuales son el pintor Juanjo Martínez Cánovas (teclados y sintetizadores), Daniel Espeita (bajo y coros) y Santi Kolomby (batería), que este sábado actúan en La Yesería a partir de las 20.30 horas –junto a Thee Psychoskys– dentro del ciclo Microsonidos, y con todas las entradas agotadas. La siguiente oportunidad para verlos en directo se presenta el sábado 21 de junio en la sala Revólver.

En ambos conciertos se podrán escuchar algunos temas nuevos de los que conformarán el próximo disco que la banda está pergeñando a fuego lento, todos ellos en la línea de la propuesta que Tominokers lleva desplegando desde su fundación. «Por amor al arte» prácticamente y con los únicos fondos que salen de sus propios bolsillos, con una gestión totalmente independiente.

–Es decir, auténticos 'indies'.

–Sí, claro. Es verdad que mucha gente está equivocada con el concepto 'indie', que viene de los grupos que lo hacen todo de forma independiente. Que, más que un género de música, es una forma de hacer las cosas y de actuar.

Con influencias de juventud que van desde el mod hasta el metal pasando por el rock más potente y melódico y la electrónica, la mezcla de los gustos de los integrantes de la banda da como resultado final un cóctel explosivo tan original como potente a la par que sorprendente.

–¿Qué etiqueta podría colocarse al estilo de Tominokers?

–Nunca nos han gustado las etiquetas. Al final se trata de hacer lo que te sale, lo que quieres. Y hacerlo lo mejor posible para que alguien se sienta identificado y pueda llegar a emocionarse. Pero, si juntas lo independiente con el rock, podríamos encajar en el indie-rock, aunque ahí se incluyen muchas cosas que no tienen nada que ver con nosotros. Luego también tenemos tintes heavys, pero sin llegar a serlo.

Lo que sí son todos los integrantes de Tominokers son currantes, padres de familia para los que la música funciona como una auténtica válvula de escape de la rutina diaria. Lejos de ponerse metas ambiciosas a corto o largo plazo, el grupo solo se plantea «seguir tocando». Ir «poco a poco, sin prisa, y no fabricar castillos en la mente». Todos ellos tienen «movidas y jaleos» que solo les permiten juntarse «una vez a la semana para ensayar», lo que supone un logro de campeonato. Ensayos que son «como nuestros psicólogos», definen. Una 'terapia' con mucho ritmo que al final ha permitido sacar «diez temas en los dos últimos años». Y que el ritmo no pare.