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Guarda como oro en paño esta imagen Estrella Morente, cantaora, nacida en Granada en 1980: «Estando en la cuna, mi padre ya me acercaba hierbabuena ... y jazmín para que me llegasen sus olores». Su padre, ya saben, es el añorado Enrique Morente, palabras mayores. Y este es el día en el que la artista, que mañana actuará en Murcia –22:00 horas–, en el marco de la programación de Las Noches del Malecón, sigue procurando rodearse de hierbabuena y jazmín. Está feliz por volver a cantar en una ciudad de la que tanto ella, como su marido, el torero malagueño Javier Conde, guardan «tantos buenos recuerdos» y «tanto cariño recibido».
«Creo que estamos en un momento marcado por la necesidad de dar, de compartir; estamos todos tan necesitados, que en vez de pensar en mí, en cómo me encuentro yo –que, como todo el mundo, he pasado por momentos tristes y angustiosos–, me he propuesto pensar en los demás», cuenta Morente. «Pienso en el concierto de Murcia», dice, «y me pregunto, ¿tendrá el público ganas de venir a disfrutar del concierto, ¿se apostará por la cultura, por el arte...?». «Yo lo que espero», precisa, «es que la gente esté dispuesta a recibir esa necesidad de entrega que yo tengo, al igual que la tienen mis músicos y los músicos en general».
Está claro: «Lo que hemos vivido ha sido fortísimo, aunque ahora pueda parecer que el confinamiento queda ya muy lejos y ahora solo se hable de contagios, que es la mayor preocupación que tenemos, no solo en España. Hemos vivido muchos momentos de soledad, de temor, de no saber que iba a pasar. ¿Se acuerda cuando salíamos todos a aplaudir a los balcones? El mundo se paró, y nos tocó a todos vivir esta situación tan preocupante, tan inesperada, con tantísimos muertos y tantísimo dolor como está provocando...».
–¿Usted qué cree?
–Que la gente que va a sobrevivir, y que mejor va a hacerlo, es la que se ponga al servicio de los demás. Yo me he propuesto esa meta: ponerme al servicio de los demás. Y sé que lo mejor que puedo ofrecer es mi cante. Voy a Murcia con muchísimas ganas y con nuestro flamenco siempre por delante. Puedo cantar copla, son cubano, una ranchera –como 'La noche de mi amor', de Chavela Vargas–, un fado..., pero siempre estarán ahí el flamenco y la mirada hacia los clásicos, que es una muy buena forma de mirar al futuro de cara.
–¿Qué la sostuvo en los peores momentos?
–El arte es lo que nos sostiene, por encima de cualquier pastillita o de lo que sea. A mí, durante el confinamiento, lo que me ha salvado de todo, de estar muy angustiada, ha sido el arte, la cultura. Creo que nos pasó a todos: recurrimos a la literatura, a la música, a las buenas películas, a la pintura. A mí me dio tiempo hasta a terminar mi primer poemario, que de momento no está a la venta porque hemos hecho una edición muy limitada.
En concierto: Estrella Morente.
Dónde: En Murcia (Las Noches del Malecón).
Cuándo: Mañana (jueves), a las 22.00 horas.
Estrella Morente ha publicado en Beatus Ille & Cía su poemario titulado 'Mis poemas y un cante', un guiño a su primer disco, de 2001, bautizado 'Mi cante y un poema'. Un poemario, con dibujos de su madre, la bailaora Aurora Carbonell, que se acompaña de un CD con la grabación de una soleá. En su casa siempre han tenido un sitio destacado los poetas, a los que su padre cantó con bravura y enorme respeto: Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Lorca, Miguel Hernández, Alberti, Cavafis...
«En España tenemos a muchos escritores muy importantes, empezando por Cervantes, y muchas veces no lo valoramos, no somos conscientes de nuestro talento», lamenta. «Es cuestión de ignorancia, y es una pena», indica. «Hay gente en España con muy mala sombra, como la hay en todos lados, pero en general vivimos en un país con mucho talento, también en la ciencia, y con muchísima gente muy válida».
–¿Qué no le gustaría?
–Caer en el pesimismo, porque el pesimismo no trae nada bueno. Es verdad que todos tenemos problemas, y que esta pandemia está alterando nuestras vidas, pero creo que debemos ser pacientes y, como le decía, estar disponibles para los demás porque, insisto, creo que eso va a ser también saludable para mantener la cabeza en su sitio y nos va a ayudar. La vida no se ha hecho para los cobardes, qué cierto es. Y se vive mejor con esa idea de disfrutar y de hacer disfrutar a los demás.
–¿Qué le preocupa?
–Una barbaridad: ver a veces tanta agresividad. Soy nieta de una abuela centenaria, maravillosa, a la que adoro, mi abuela Rosario; y soy madre de dos niños adolescentes, mi Estrella y mi Curro, que tienen 16 y 18 años, ¡imagínese la responsabilidad que siento! Mis niños son muy buenos, no han tenido nunca ningún problema, pero está la sociedad tan agresiva, tan negativa, y las oportunidades son tan escasas para las criaturas...; el diálogo, la paciencia y el amor son tres herramientas muy importantes para utilizarlas tanto con los más jóvenes como entre nosotros mismos.
–¿Qué descubrió?
–Cada día me gusta más la naturaleza, y también cada día me gusta más la mañana. Siendo flamenca, y escribiendo, y gustándome pintar, y la cerámica... He sido mucho de aprovechar la noche en mi casa; una vez que se acostaba todo el mundo, yo me quedaba por ahí deambulando, incluso me ponía de pronto a hacer de comer. Pero, ahora, me gusta más madrugar, y ¡el orden! Eso es lo que tiene ir haciéndose mayor y ser madre: de pronto tienes que ser tú, a la que han cuidado tantísimo, la que tiene que cuidar a los hijos, a los padres, a los abuelos...; es entonces cuando dices: 'Pues sí, tiene razón el poeta [Jaime Gil de Biedma], que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde».
Estrella Morente recita algunos de sus versos. Qué placer escucharla: «Mi cante es como las piedras, / mi corazón como el aire, / nacen de la raíz de la tierra, / se erosionan y se parten, a veces en piezas grandes, y otras mucho más pequeñas, pequeñas, pequeñas...». Y estos otros: «Para olvidarme de los pajarracos / me voy a la Alhambra a escuchar a los pájaros».
Sonríe la artista cuando se le cita el 'interés' que ha despertado la relación de su hermano, Kiki Morente, con la periodista Sara Carbonero. «Nosotros siempre nos hemos dedicado a hacer música y somos una familia muy discreta», dice discretamente. «A ver: son jóvenes, libres y no hacen daño a nadie; se han enamorado... Lo importante para mí –añade– es que mi hermano sea feliz, que disfrute de la vida, que es muy corta».
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