![Rufus T. Firefly, durante su actuación de este domingo.](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202110/11/media/cortadas/1rufus%20(10)-koVC-U150800464663a7F-1248x770@La%20Verdad.jpg)
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El otoño del amor
Warm Up Days ·
La tercera jornada del Warm Up Days eleva a Rufus T. Firefly al infinito y nos regala dos espléndidos conciertos firmados por Sidonie y La M.O.D.ASecciones
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La tercera jornada del Warm Up Days eleva a Rufus T. Firefly al infinito y nos regala dos espléndidos conciertos firmados por Sidonie y La M.O.D.ALa ley del descanso dominical existe para ser desafiada, enfrentada y, en el más optimista de los casos, vencida. En un contexto como el del ... Warm Up Days, el domingo tiene clara su hoja de ruta. Anular la morriña para citarse con el desenfreno mediterráneo. Ignorar las llamadas de la melancolía para visitar una taberna donde las gargantas se refrescan con esperanza y combustible. Liberarse de las cadenas del otoño disfrazado de carcelero inexperto para latir con una epifanía psicodélica. Girar al compás de un caleidoscopio azul donde solamente se observan cimas melódicas. Y por último, encontrar una nueva tabla de salvación previa al enésimo diluvio universal. El domingo como fugitivo de la imposición. No se admiten excusas ni resacas, aquí hemos venido a reincidir en el culto al disfrute. Y qué fácil lo puso esta tercera jornada.
Artistas: Trashi/Rufus T. Firefly/Sidonie/La Moda/La Casa Azul
Dónde y cuándo: La Fica, domingo 10 de octubre.
Calificación: Bueno/Excelente/Sobresaliente/Notable/Bueno
Siguiendo un orden cronológico, Trashi logró algo tan complicado como transformar las cuatro de la tarde en horario idóneo para dejarse caer sobre el colchón de un estimulante bedroom pop. Un admirable logro obtenido por esta jovencísima banda murciana cuyo repertorio, tan breve como disfrutable, irradia una sensibilidad especial cuando apuesta por su lado más melódico ('Dime que sí' o una 'Quiero dormir contigo' que contó con la colaboración de Natalia Lacunza) y contagia adrenalina cuando pisa el acelerador de las guitarras. Si se trataba de calcular el peso exacto de la promesa, Trashi ofrecieron argumentos musicales para seguir manteniendo encendida la llama de su mañana.
Un futuro (mejor) del que parecen venidos Rufus T. Firefly, quienes ofrecieron el concierto más compacto, fascinante e hipnótico del domingo. Su discurso artístico salta del escenario y penetra directamente entre las vértebras de la emoción, difuminando la bruma de la temible complejidad psicodélica hasta dar con el núcleo de la melodía imperecedera. Canciones tan excelentes como 'Nebulosa Jade', 'Río Wolf' o 'Un breve e insignificante momento en la breve e insignificante historia de la humanidad' no solamente cautivan en su esencia laberíntica, sino que se adhieren a la memoria como felices ejercicios de tarareo inconsciente. Todo ello construido sobre los hombros de instrumentos que dialogan desde la alianza y la generosidad, con mención especial para Julia Martin-Maestro y su batería de otro universo, la belleza de unas armonías cristalinas y el ímpetu rock que, en mayor o menor medida, vibra constantemente bajo el armazón de su repertorio. Con todo, la mejor noticia que nos dejó su magistral y elegantísimo concierto fue la sensación de que todavía les queda espacio para rozar su techo, como quedó demostrado con 'Lafayette', la preciosa 'Torre de marfil' o el impresionante soul espacial de 'Polvo de diamantes', tres de los temas que formarán parte de su esperadísimo regreso discográfico. Nos quedan las uñas justas para hacer más corta la espera.
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Aunque, puestos a ignorar el vaivén de las agujas del reloj, pocas formas más ideales de hacerlo que un concierto de Sidonie. Y es que, durante su directo, la banda barcelonesa consigue que solo importe la realización colectiva de un romántico y salvaje viaje hacia el mismísimo núcleo de La Melodía. Un mágico y misterioso tour que ofrece paradas tan fabulosas como 'Maravilloso', 'Un día de mierda' o el liberador desenlace con 'Carreteras infinitas' y 'Estáis aquí', piezas de orfebrería pop convertidas en imprescindibles dentro de un repertorio al que se han sumado joyas de su aclamado, con justicia, 'El regreso de Abba', como 'Mi vida es la música' o el tema homónimo. No importa las veces que hayas acudido a su llamada, ni siquiera los problemas técnicos que nos obligaron a sustituir a Marc Ros al frente de la frenética 'El incendio', celebrar la música de (y con) Sidonie en vivo es siempre una experiencia que hace que la nostalgia sepa a sal y la rutina suene a fiesta de septiembre en mitad de la costa. La felicidad en directo.
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También tiene mucho de ceremonial la propuesta de La M.O.D.A, banda que transita los serpenteantes caminos de la épica con la sombra del exceso observando tras cada ventana. Desde su estética hasta su actitud, pasando por una canciones hinchadas de estribillos en busca del coro definitivo, el grupo burgalés planteó su concierto bajo las mismas coordenadas de sus discos. Es decir, cantemos juntos, aunque sea desafinado y explotando de rabia, aunque dejemos huellas de eco invisible a nuestro paso y mañana todo vuelva a ser igual. La heroicidad cotidiana como eje principal de un directo donde destacaron temas tan contundentes como 'Vasos vacíos', la siempre efectiva 'Héroes del sábado', 'Los lobos', 'Hay un fuego' y, especialmente, un 'Himno nacional' de nudo en la garganta. Una actuación que generó en muchas ocasiones la sensación de alcanzar el firmamento. Con el corazón en la mano y en el puño.
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Y así llegamos al delirio entre cómplices y rostros desconocidos. Al guateque sin fin. Al confeti de nochevieja otoñal, octubre eurovisivo y champagne en vaso de plástico. A la coctelera de inspiración que no para de zarandearse dentro de La Casa Azul, o lo que es lo mismo, en el interior de Guille Milkyway, uno de los grandes genios de la historia de nuestro pop. En definitiva, a la fiesta universal. Desde la apertura con 'El momento' hasta el espectacular tridente final formado por 'Podría ser peor', 'La revolución sexual' y su conmovedor guiño a la añorada Raffaella Carrà y 'Nunca nadie pudo volar', se fueron sucediendo un arsenal de inmensas canciones como 'Cerca de Shibuya', 'Esta noche solo cantan para mí', 'Superguay', 'No más Myolastan' o 'Sucumbir' hasta conformar un notable concierto en el que solamente desentonaron unas 'Yo también' y 'Como un fan' algo anticlimáticas en su naturaleza acústica. Un pequeño bajón dentro de una jornada que, en cualquier caso, hizo honor a su condición de domingo festivo en este reinventado otoño del amor.
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