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Marta A. Aznar
Domingo, 6 de abril 2025
Si le preguntan por el título de su disco, dirá que viene del jilguero, un ave conocida por su melodioso canto, pero no tardará en concretar que 'recardelino' es, con todas las letras, «un localismo de Magallón». Normalmente utilizado para referirse a alguien con buena voz o a niños «alegres y dicharacheros», fue el apodo por el que lo llamaba su abuela y con el que Juanjo Bona no dudó en bautizar su primer álbum.
El exconcursante de la pasada edición de Operación Triunfo lanzó en marzo 'Recardelino', un recorrido por las etapas de su vida en las que la tradición jotera y la nostalgia por sus raíces están presentes desde la primera nota. Es el «elemento diferenciador» con el que el cantante rinde homenaje a Magallón, el pueblo aragonés que le vio crecer y que se ha convertido en el protagonista de su gira 'Tan mayor y tan niño', cuya novena parada fue este sábado el Teatro Circo de Murcia.
«Dentro del programa evolucioné un montón como persona pero musicalmente todavía no me había encontrado», reflexionó el artista sobre su paso por la Academia, horas antes del concierto en el Circo. Pero, a pesar de definirse como una persona que siempre ha defendido su origen y su carácter rural, al principio le costó «aceptar y entender» que también eso sería la clave para componer su estilo: «Es en lo que se ha convertido mi música», reconoció orgulloso.
Como explicó, su trabajo musical durante el disco guarda una relación estrecha con las experiencias y recuerdos que el joven mantiene de su infancia en el pueblo aragonés: «Este universo infantil y nostálgico del pasado está muy presente, hay muchas canciones en las que están mis recuerdos, sobre todo en las primeras», recalcó. 'Moncayo' es una de ellas y, por ello, se convirtió también en la primera canción de la noche.
El tema que recibe el nombre del pico aragonés más característico de la zona de Magallón llegó sin presentaciones previas y se marchó rociando el escenario, y a su artista, con una lluvia de rosas y claveles, porque, tal y como dicta el cierre de la canción, «en el Moncayo hay una flor».
Así, dejó paso a 'Virgen de Magallón', que recoge la historia local sobre la huída de la virgen a un pueblo vecino tras cometerse un crimen frente a su altar, una leyenda popular magallonera que vuelve a reflejar cómo el artista bebe de la tradición para crear su música. Pero eso no hace que Bona se denomine a sí mismo como un artista folclórico «ni ahora ni en el futuro»: «Sinceramente, no sé qué va a salir ahora que he vuelto al estudio, pero sí que es verdad que la jota es la base de todo», comentó también antes del espectáculo. «Y, aunque haya canciones que hablen del hoy, veo con la mirada del niño de Magallón que luego salió del pueblo», concluyó.
La idea de seguir siendo niños es también la esencia de 'Villano', la tercera canción del concierto y una de las favoritas del artista por el significado que alberga, siendo una oda a las versiones de uno mismo que, en ocasiones, son difíciles de comprender, pero a las que acabas queriendo «como a un amigo de toda la vida». Un abrazo del que el público también quiso formar parte, al final del tema 'Golondrinas', a través de cientos de pancartas con la frase 'Ese zagal estaría orgulloso de este momento'.
Tras 'La plaza y el río', las reflexiones narradas en voz en 'off', que también introdujeron al artista antes de subir al escenario, pausaron por un breve instante el noveno espectáculo de una gira que se ha convertido en un sueño hecho realidad para Bona: «A veces no me doy cuenta de lo rápido que está pasando, pero imagino que es lo que pasa con las cosas buenas. La acogida es brutal, de momento todos 'sold out', aunque no me quiero acostumbrar, porque obviamente no es algo común, pero tengo que estar absolutamente agradecido», llegó a confesar.
La versión de Bona de 'La nave del olvido', de Dino Ramos, fue el guiño a Operación Triunfo de la noche. Un tema con el que en la Academia, admitió sobre el escenario, aprendió a transmitir sus emociones con lo que cantaba, lo que supuso un antes y un después en su desarrollo musical.
Al nostálgico momento, lleno de recuerdos para los seguidores del programa, le siguió la orden de ponerse en pie con 'Me sabe mal', el tema más movido del disco, que cesó con la llegada de 'Nuestra forma de hablar' para iluminar el espacio con una avalancha de luces blancas al ritmo de la balada.
Una grata sorpresa se llevaron los murcianos con el homenaje que el cantante quiso rendir a la ciudad que le recibía este sábado. Así, con unas rondaderas protagonizadas por la Virgen de la Fuensanta y la huerta del Segura, el artista exclamó en alto: «¡Viva la gastronomía de esta ciudad!». Pero, sin duda, esta no fue la sorpresa más aclamada del concierto de Bona en Murcia.
'El destello' no es sólo un tema de Juanjo Bona, sino también de Martin Urrutia. La relación de ambos durante la pasada edición de Operación Triunfo estuvo marcada por la naturalidad, reflejando en directo el inicio de un romance que ha perdurado en el tiempo. Por ello, que Urrutia saliese al escenario durante la canción que ambos sacaron juntos tras su paso por la Academia casi hizo retumbar las paredes del edificio. El Teatro Circo pudo acoger entonces un momento inigualable que no había tenido lugar con anterioridad durante la gira de Bona, pero que acabó sucediendo en Murcia. Y es que, «¿por qué no en Murcia?», reclamó el artista tras la actuación, criticando los prejuicios que suelen tener algunos territorios españoles como la Región.
La última canción de su primer disco se convirtió también en la elegida para cerrar, supuestamente, la noche, y a 'Últimamente' se unieron las voces del público en unos coros improvisados dirigidos por el propio artista, quien no dejó de guiar el espectáculo con humor y mucha cercanía. Pero, tras lo que parecía una despedida, Bona entró de nuevo en escena para traer de vuelta, de la forma más pura, la tradición de su tierra.
'La Magallonera' es la jota por excelencia de Magallón que ahora conocen de memoria los seguidores del artista. Gracias a su fiel pregonero, la canción popular traspasó las paredes de la Academia de Operación Triunfo, sin embargo, fue el único tema capaz de dejar al público en completo silencio. «Empecé cantando jotas a los ocho o nueve años; llevo cantándolas toda la vida», había contado Bona a LA VERDAD previamente, por lo que no es de extrañar que el canto tradicional provocase más de una lágrima entre unos asistentes que habían acompañado al cantante durante toda la noche.
Todo terminó definitivamente con el aplauso y la ovación tras 'Mis tías', el segundo 'single' del artista, elegido para poner punto y final al concierto del Teatro Circo este sábado y la primera canción con la que Juanjo Bona reconoció haber encontrado su estilo. Un estilo con el que, afirmó, quiere incluir el folclore en su música «de una forma en la que la gente lo pueda entender», rescatando vocabulario, indumentaria y tradiciones distintas para dar a conocer lo que considera parte de su identidad: la jota. «De una forma u otra, voy a seguir por este camino, homenajeando siempre lo mío», finalizó.
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