![Las huellas de Wilco](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202206/26/media/cortadas/1449129594-kfWE-U170543637065PdC-1248x770@La%20Verdad.jpg)
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Ya sea en el ruido o en el silencio. En el suave tacto de una guitarra acústica o en la explosión eléctrica. En el sonido inconfundible del rock americano más característico o en el aroma del mejor pop. En la intimidad de un susurro country folk o en el cántico unido de los himnos atormentados de tormentas colectivas. En el pasado glorioso de una carrera que alcanzó su clímax absoluto con 'Being there', 'Summerteeth', 'Yankee Hotel Foxtrot' y 'A ghost is born' o en la delicadeza de 'Sky blue sky'. En la disfrutable imperfección de 'The whole love', 'Ode to joy' y 'Wilco (The album)' o en la vuelta a la raíz de porche, tabaco mascado y brindis en el granero del magnífico 'Cruel country'. Dan igual la procedencia de las postales, cualquier lugar parece Shangri-La si habitan en sus tierras las huellas de Wilco. Y la Plaza de Toros de Murcia, lejos de ser una excepción, se convirtió en la noche del pasado sábado en una excelsa demostración práctica de esta teoría.
Cuándo Sábado, Plaza de Toros (Murcia)
Calificación Matrícula de honor
Con la feliz recuperación de ese guitarrista venido de otro mundo llamado Nels Cline tras su ausencia en los primeros conciertos de esta gira española debido a su positivo en Covid como la primera gran noticia de la velada, la banda liderada por Jeff Tweedy, uno de los compositores esenciales de las últimas décadas, ofreció un concierto de sonido pluscuamperfecto y repertorio soñado. Un total de 25 temas en dos horas justas donde la formación de Chicago se asentó en el infinito desde el arrollador inicio con 'A shot in the arm' y una conmovedora 'Story to tell', pieza estrella del citado 'Cruel country' de formas austeras que, sin embargo, logró cautivar al público hasta prender una mecha que ya no se apagaría durante el resto de la noche. Para certificar este admirable logro, Wilco desplegó sobre el escenario su característica química e impresionante destreza para dialogar a nivel instrumental con una fascinante precisión, desencajando mandíbulas con instantes de puro impacto musical y emocional como los protagonizados por 'Handshake Drugs', una brutal 'Via Chicago', ese vibrante recuerdo a su debut, 'A.M.', con 'Box full of letters' o unas magníficas 'Tired of taking it out on you' y 'Bird without a tail / Base of my skull' con las que subrayaron la grandeza de sus pasos más recientes.
Un presente que, por supuesto, estuvo acompañado por diversas paradas en el glorioso ayer del grupo, especialmente en lo que respecta a su obra maestra definitiva: 'Yankee Hotel Foxtrot', trabajo inconmensurable que anda celebrando en este 2022 su vigésimo cumpleaños. Una cifra lo suficientemente significativa y especial como para justificar (y festejar) la alta cantidad de canciones de aquel monumental trabajo que se dieron cita en el concierto, desde la hipnótica melancolía de 'I am trying to break your heart' y 'Poor places' hasta la belleza inmortal de la celebradísima 'Jesus, Etc.', pasando por la delicia melódia de 'War on war', la inmensa 'Poor places' o unas 'I'm the man who loves you' y 'Heavy metal drummer' cantadas en plena comunión entre banda y público.
Imposible destacar una por encima de otra, puesto que todas sonaron a la altura exacta de su condición de clásicos resistentes al paso de las décadas. Una vigencia y capacidad para la fascinación general que comparten otros temas como las preciosas 'Hummingbird', 'California stars' o 'Tired of taking it out on you', las encantadoras 'If i ever was a child' y 'You and I' o, sobre todo, una 'Impossible Germany' donde pudimos comprobar que la leyenda que rodea al solo de Nels Cline en directo está plenamente justificada. Lo que hizo con su guitarra y la manera en la que lo hizo, una mezcla de posesión y elegancia exquisita, supuso algo cercano al éxtasis. En resumen, un conjunto de canciones adheridas a la matrícula de honor que redondearon un concierto que transcurrió con la fluidez y belleza de un mar que alcanza la orilla en el prólogo de la mañana hasta lanzarse al vértigo y sudor propios del desenfreno del rock and roll en un desenlace memorable. Y es que, para el último golpe, el bajista John Stirratt, la batería de Glenn Kotche, Mikael Jorgensen y sus teclados y el fabuloso multiinstrumentista Pat Sansone, con el Maestro Cline y el Jefe Tweedy a la cabeza, decidieron pisar el acelerador al máximo con unas trepidantes 'Monday' y 'Outtasite (outta mind)', broche de oro para un clarísimo candidato a concierto del año en la Región donde los miembros de Wilco, al fin, dejaron sus imborrables huellas en la ciudad. Ojalá les sirvan para regresar más pronto que tarde. Les estaremos esperando.
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