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El abrumador éxito mundial de 'My life is going on', la canción de la serie de Netflix 'La casa de papel', ha disparado su popularidad. Pero Cecilia Krull (Madrid, 1986) es bastante más que la voz tras la canción de los 300 millones de reproducciones ... en todo el planeta. Hija de músicos, criada al arrullo del piano y habitual de los estudios de grabación desde sus primeros escarceos en producciones de Disney siendo apenas una niña, esta cantante versátil y compositora crecida entre texturas de jazz ya puso banda sonora en 2010 al filme 'Tres metros sobre el cielo', de Fernando González Molina. Pero fue su fructífera alianza con Manel Santisteban la que produjo el milagro de 'My life is going on' en 2017. Otras canciones para series como 'El accidente' o 'Vis a vis', además de sencillos como el estupendo 'Hard' o el oscuro 'Losing my mind', redondean una todavía incipiente carrera a título propio que pronto se concretará en su álbum de debut y que dibuja un futuro de esplendor. La conversación telefónica se produce mientras viaja en coche. O está contenta o no se puede ser más simpática. O ambas cosas. «Si me enrollo mucho, me cortas; que yo me pongo a hablar y te tiro ahí el carrete», saluda. Cecilia Krull actuará mañana sábado en el ciclo 'Murcia ON' (Plaza de toros, 22 horas, entrada libre con invitación descargable en iboleleproducciones.es).
–Toda su vida está ligada a la música. ¿Qué recuerdos guarda de aquellos primeros años?
–La verdad es que me he criado con un piano en casa, con el sonido de mi padre tocando, fíjate que lo que no tengo casi son recuerdos no ligados a la música. Empecé muy pequeñita, con siete años, prácticamente salía del colegio y me iba al estudio de grabación a participar en producciones, hacer coros y demás; unos recuerdos muy bonitos.
–¿Ya soñaba con ser cantante profesional de mayor?
–Siempre, siempre. Ya de pequeña me sentía cantante, pero no por el hecho de trabajar o ser profesional sino casi sin darme cuenta, era como ser morena o tener los ojos verdes, pues yo soy cantante. Era una mico y ya decía que era cantante [ríe].
–Antes los músicos solían definir mucho su estilo. Eras un músico de jazz, de pop, de rap... Hoy todo es mucho más abierto, su caso es un buen ejemplo.
–Sí, yo siempre me he considerado una cantante versátil, una cantante a la que le gusta cantar canciones. Eso engloba muchos estilos. Es verdad que hay ciertos estilos que si no tienes un estudio profundo es mejor no abordarlos, no sé, por ejemplo el fado, pues hay que tenerle un respeto a la tradición, estudiarla mucho y formarse. Pero sí que me gustan muchos géneros musicales distintos, tanto para interpretar como a la hora de disfrutar. No me gusta encasillarme, aunque mi cuna es el jazz.
–Su relación con Manel Santisteban supongo que fue un punto de inflexión en su carrera. ¿Hasta qué punto lo valora, qué le ha aportado?
–Para mí Manel es como un ángel caído del cielo. Es mi padrino musical, por lo menos en cuanto a bandas sonoras de series, de películas, he ido siempre de su mano. Y en mi vida personal también, porque lo considero casi como un segundo padre. Él ya me conocía de la profesión, de bolos en Madrid y tal, y me vino a ver al Café Central y ahí me propuso hacer unas pruebas. Y lo que empezó siendo una prueba se ha convertido en diez años de relación profesional, de hacer unas canciones muy bonitas que además han tenido éxito, y en una amistad muy linda.
–'Mi life is going on', su mayor hit, habla sobre tener más dudas que certezas. Supongo que todos nos hemos sentido así en alguna etapa de nuestra vida. ¿También Cecilia Krull?
–Sí, claro. En todas mis letras, aunque en este caso está inspirada en el personaje de Tokio, también hay una parte de mi vida personal, de mi propia experiencia, de mis sentimientos y de las sensaciones que percibo. Entonces, sí, me he sentido perdida en muchas ocasiones y tiene un punto también de ambigüedad que me gusta. De hecho cuando escribí la letra estaba pasando un proceso similar, aunque más orientado hacia el amor, por suerte a mí no me perseguía la policía [vuelve a reír].
–Supongo que era consciente de que tenía una buena canción, pero de ahí a convertirse en el fenómeno que ha sido...
–En realidad no esperábamos... nada. Yo sabía que iba a volver a trabajar con Álex Pina ('El embarcadero', 'Vis a vis'), que es un crack, que la serie iba a molar mucho desde que vi el piloto. Por supuesto confiaba en el proyecto pero nadie esperaba lo que ha supuesto 'La casa de papel', además a nivel mundial.
–Observo que es bastante activa en redes sociales. ¿Qué tal lleva a los 'haters'?
–Pues sinceramente, creo que no tengo ninguno, lo cual no sé si es bueno o malo. Para mí las redes sociales han supuesto una revolución, yo me enteré del éxito de 'My life is going on' a través de las redes, cuando vi que la gente hacía 'covers' de la canción desde todas partes del mundo: Brasil, Portugal, Turquía, Francia, Argentina... Ahí es cuando yo empecé a darme cuenta de su alcance, así que estoy muy agradecida, de hecho, soy activa y contesto prácticamente a todo el mundo. Si con 15 años hubiera podido hacer un 'cover' de Lenny Kravitz y me hubiera contestado, me hubiera muerto. He estado en el otro lado y qué menos que apreciarlo, valorarlo y agradecerlo.
–¿Habrá album de Cecilia Krull o esto va ya de canciones?
–Sí, tengo intención de hacer el álbum completo. Con toda esta historia del coronavirus se ha paralizado un poquitín, pero después del verano retomo y mi idea es lanzar el disco entero, rematado con nuevas composiciones.
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