![Los festivaleros saludan a la cámara, este viernes, durante la primera jornada del Warm Up 2023.](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/04/29/1464957295-kX2F-U200178020225aeF-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Cinco años es una cifra que, en un primer acercamiento, puede parecer insuficiente a la hora de encontrar excusas y motivos para llevar a cabo su celebración. Sin embargo, teniendo en cuenta el lugar del que venimos desde la crisis sanitaria que agitó el mundo ... en el ya lejano y aciago 2020, se entiende que el equipo detrás del Warm Up decidiera aprovechar la ocasión para festejar por todo lo alto el quinto aniversario del festival. Después de todo, se trata de subrayar el poder del reencuentro y la sacudida de familiaridad que uno siente cuando empieza a caminar por el recinto de La Fica, identificando rostros conocidos, acercándose a las primeras filas, calculando los tiempos que quedan para recorrer las distancias entre los escenarios y, por encima de todo, buscando ese chispazo de emoción que solamente habita en las coordenadas de la ceremonia de la música en directo. Y así llegamos hasta la tarde de un viernes denominado Welcome V Aniversario que cumplió a rajatabla con su condición de recibimiento de brazos abiertos, regalando golpes de nostalgia, provocando las primeras danzas primaverales sobre el asfalto y escribiendo un cálido párrafo de transición melódica entre el atardecer y la noche más bulliciosa.
Así, tras entrar en calor con los valencianos Wisemen Project, quienes aprovecharon su breve espacio de tiempo en el escenario para desplegar un firmamento de electrónica tan animada como disfrutable, los miembros de Miss Caffeina se enfrentaron al tremendo reto de inaugurar el festival desde el escenario principal. Una responsabilidad que la banda madrileña aceptó sin problemas, miedos ni inseguridades. Conocen sus cartas, no en vano llevan casi dos décadas jugándolas, y saben los movimientos que requiere cada partida. Por eso, a nadie le sorprende que su concierto se moviera en todo momento dentro de ese pop que, ya sea elevado por la filosofía del sintetizador inoxidable o a través de acabados más guitarreros, ya se puede considerar marca de la casa. Desde la apertura con la reciente 'Para toda la vida' y 'Oh Long Johnson' hasta el cierre con las adictivas 'Mira cómo vuelo' y 'Dancetería (Aquí nadie sabe tu nombre)', pasando por las eficaces 'Venimos', 'Las Vegas', 'Por si' o la sentida 'Reina', el grupo liderado por Alberto Jiménez aportó a este primer envite del festival unas buenas dosis de color, vitalismo y estribillos como fuegos artificiales que se disfrutan desde la sencillez del contagioso tarareo. Fuerte el aplauso. Un logro que se mantuvo durante la posterior sesión de la alicantina Innmir, gozoso paréntesis que llegó incluso a hacerse corto antes de la llegada de Kasabian, el primer plato fuerte de esta quinta edición.
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Natalia Benito
El concierto de la formación británica nos dejó una noticia buena y otra mala. Empecemos por la última de ellas y así nos quitamos lo antes posible el sabor agrio de la memoria. Efectivamente, la polémica salida del vocalista Tom Meighan ha ocasionado una disminución considerable de carisma y energía en el directo de un grupo que era pura llamarada, algo que, por otro lado, no debería sorprendernos ya que hablamos de un frontman que era capaz de hacer creer en la palabra del rock incluso a los más ateos y cuya ausencia ya se notaba en 'The alchemist's euphoria', primer y discreto disco publicado el pasado año con el que se estrenaba el guitarrista Sergio Pizzorno como nuevo jefe. Y, por si había alguna duda, no, los temas nuevos tampoco resucitan en su puesta de largo sobre el escenario, resultando lo más intrascendente y aburrido del espectáculo con amplia diferencia del resto. Una vez señalado el lado vacío del vaso, brindemos por una alegría que rima directamente con otra evidencia: los clásicos del repertorio de Kasabian siguen funcionando con precisión milimétrica, fuerza atemporal, especialmente en lo que tiene que ver con la batería de un pletórico Ian Matthews, y contundencia a prueba de cambios.
Al igual que sucede en la práctica totalidad de su discografía, tan repleta de trallazos incontestables como de olvidable relleno en discos como su debut homónimo, 'Empire', '48:13' o 'West ryder pauper lunatic asylum', el más completo e inspirado de todos ellos, el esperado concierto de los de Leicestershire en el Warm Up 2023 quedó justificado al completo con la entrada en acción de canciones tan brutales como 'L.S.F.' y 'Fire', doblete insuperable para la despedida, 'Ill Ray (The King)', la radiante 'You're in love with a psycho', el rugido salvaje de 'Underdog', 'Empire', otro momento cumbre, o una 'Club Foot' que originó el primer incendio emocional de los muchos previstos para estos días en La Fica. Juegan sin su gran estrella y se nota, de acuerdo, pero cuando tiran de individuales así de fogosas e irresistiblemente pomposas resulta imposible no caer rendido a los pies de Kasabian. Los instantes más logrados de una jornada que pasó del huracán rock al despiporre de carcajadas, incredulidad y surrealismo de Ojete Calor.
Tratar de entender las causas que han llevado al dúo formado por Aníbal Gómez y Carlos Areces, dos enormes cómicos, a convertirse en un fenómeno musical capaz de poner patas arriba cualquier sala de nuestro país y agotar entradas en el mismísimo WiZink Center de Madrid supondría un esfuerzo que, con toda probabilidad, nos llevaría a más interrogantes que respuestas. Por eso, simplemente saboreemos el triunfo de lo petardo y lo imposible, del desvarío constante, de la locura transitoria, del absurdo como excusa predilecta y, sin esta pieza se caería todo el castillo, de la risa y la melodía como dardos definitivos. La objetividad y los prejuicios saltando por la ventana, con razón, y el acelerador del disfrute pisado con firmeza. Ojete Calor no pide más que eso para que te sumes a su fiesta, espacio de liberación subnopop cuya banda sonora incluyó rancheras, un antológico popurrí donde coincidieron referencias a, entre otros, Bertín Osborne, Loquillo, Chanquete y Álex Ubago, casi nada, y auténticos hits como 'Mocatriz', 'Opino de que', 'Morreo' o la hilarante 'Cuidado con el cyborg (Corre, Sarah Connor)', todos y cada uno de ellos coreados hasta la afonía en La Fica. Menuda alegría comprobar la victoria de la carcajada y el disparate entre estribillos dentro de una ardiente bienvenida al Warm Up que convenció y dejó con ganas de más. Por suerte, ya está aquí el sábado para saciar la sed.
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