Recuerdos de otros en 'Runa'

En abril la danza contemporánea ocupa buenos espacios como el de Mu-Danzas en Cartagena o en la decimocuarta edición de 'Danza a Escena' con ... nueve funciones en la Región de Murcia, la primera de las cuales en el TCM no podía haber sido más oportuna al tener programada la actuación de Lali Ayguadé Company y la obra 'Runa'. Los Max 2023 de la SGAE destacaron con dos galardones tanto la coreografía como la mejor intérprete femenina, además de finalista al mejor intérprete masculino. Avalada por una premiada trayectoria, la creadora catalana ofrece acompañada por Lisard Tranis la posibilidad de vivir los recuerdos propios de forma que los demás, los espectadores, compartan la intención de reivindicar lo tangible de la existencia ante la ligereza intrascendental del mundo actual. Escenario abierto, ocupado por viejos enseres. Un sofá, un frigorífico, una lámpara, una mesa, un tocadiscos, una maleta y más cosas. Una pareja protagonista. La coreografía tiene dos partes. Una primera a base de breves flashes con movimientos a modo de viñetas dibujando un comic de historias pasadas. Técnica llamativa. Cuerpos que ruedan por el suelo todo el tiempo con fragilidad y, sin levantarse, aparentemente vuelan a pocos centímetros de la tierra. La repetición de las mismas frases va escribiendo las líneas en el aire. Esta forma de buscar sensaciones no es nuevo. En una segunda parte la danza deja el suelo y la pareja comparte los recuerdos ahora de forma diferente. Muy juntos o muy separados. Aquí la dirección escénica se centra en los viejos objetos a modo de escombros del pasado que los bailarines van a relacionar con cada momento de la danza. Una vieja canción francesa, la ropa que cambia para vestir y desvestir, una tele y una película de la época... todo es válido para el proceso de deconstrucción. Un «todo» de una gran dificultad en los pasos con un contenido global que supone no tener olvidos ni fallos. Esta historia de una pareja es la historia de todos. Y el resultado es bueno.