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Veintisiete años, 6 meses y 29 días. Una auténtica condena para la legión de seguidores que Manolo García (Barcelona, 68 años) tiene en Cartagena y su comarca. Es el tiempo que han tenido que esperar los fans del artista del Poblenou para volver a verlo ... cantar en Cartagena. Será este sábado en el auditorio de El Batel (21.30 horas), en un concierto en el que combinará los grandes éxitos de su carrera en solitario con temas de sus dos últimos álbumes de estudio, 'Mi vida en Marte' y 'Desatinos desplumados', ambos de 2022. Las entradas se agotaron en 35 minutos cuando se pusieron a la venta, en marzo.
Manolo García se quitará una espina en una ciudad que conoce bien gracias a su amigo Antonio Fidel, bajista de El Último de la Fila, la formación que convirtió a García en una estrella en los 80 y 90, junto a Quimi Portet. Fidel, cartagenero que regentó la ya desaparecida librería Athenas, tocaba en 1980 en el metro y en las calles del Barrio Gótico de Barcelona y sobrevivía en la ciudad condal gracias a un matrimonio argentino exiliado que lo acogió en su piso.
Fidel se había ido con unos amigos de Cartagena, entre ellos Paco Martín (después fundador y director de La Mar de Músicas), a crear una comuna en el bosque de Las Fonts de Tarrasa. Pero aquel sueño utópico duró nueve meses. Se acabó el dinero y pasaron hambre. Fidel puso un anuncio para vender unos platillos y la persona que se los compró resultó ser un Manolo García que por entonces tocaba la batería. Estuvieron juntos en la banda del argentino Sergio Makaroff. Fidel y García se hicieron amigos y fueron dando pasos hacia la gloria. Los Rápidos, Los Burros y -finalmente- El Último de la Fila, una de las bandas de pop-rock más influyentes en la historia de la música española.
El 30 de marzo de 1996, ese grupo cerraba en el Puerto de Cartagena una gira de 77 conciertos que un año antes había arrancado en Murcia. En la explanada donde ahora se ubica el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua), en un recinto que se improvisó con contenedores traídos del cercano Muelle de San Pedro, García, Portet, Fidel y compañía se despedían para siempre. Nadie lo sabía en ese momento. Ni ellos mismos. Pero El Último de la Fila no volvió a sacar ningún disco más ni tampoco volvió a dar otro concierto. El 13 de enero de 1998 anunciaron su separación.
Fidel se quedó con Portet, que se ha convertido en un referente de la música popular catalana. García, en solitario, ha edificado una carrera brillante, con un repertorio con temas que se han convertido en verdaderos himnos del pop patrio. Murcia, Lorca, San Pedro del Pinatar, Calasparra y Blanca fueron lugares en los que Manolo García tocó en los últimos 27 años. Nunca lo hizo en Cartagena. Ahora, cuando El Último de la Fila vuelve a sacar un disco de viejos éxitos regrabados (el 1 de diciembre sale 'Desbarajuste piramidal' y no está descartada una gira en el futuro), Manolo García regresa a Cartagena. Nunca es tarde.
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