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Esto es lo primero que nos cuenta el joven Sepik, cuya historia es la de la Humanidad: «Era el día. Llevaba mucho tiempo esperando ... ese momento. Abrir los ojos me supuso un inmenso esfuerzo. Algo dentro de mí se negaba a aceptar lo que iba a suceder. El miedo envolvía mi mente y deseé con todas mis fuerzas que aquello fuera un sueño.
Todos los esfuerzos por manipular la realidad se desvanecieron. Un ligero golpe en mi mejilla consiguió devolverme al presente. Poco a poco fui dejando que la claridad comenzara a abrirse paso. Frente a mí apareció la figura de Madre, con su gesto firme y amable, con esa media sonrisa que me dedicaba cada vez que me miraba.
–'Hijo, debes despertar, te están esperando', me dijo con su tono implacable».
Así comienza 'La Prehistoria en la mochila. Diario de viaje de un neandertal', el relato de divulgación novelada que, con prólogo de Juan Luis Arsuaga e ilustraciones de Pepe Medina, ha publicado, en Aguilar, Ignacio Martín Lerma (Logroño, 1981), arqueólogo, especialista en el Paleolítico, profesor de Prehistoria en la UMU, director de las excavaciones en el yacimiento ciezano de la Cueva del Arco y divulgador científico, por ejemplo, en programas de éxito como 'El condensador de fluzo' de TVE.
El libro arranca, precisamente, en la citada Cueva del Arco, «un yacimiento que además de poseer pinturas rupestres paleolíticas, cuenta con una importante ocupación humana en diferentes momentos de la Prehistoria. Desde nuestros antiguos antepasados los neandertales, hace 50.000 años, hasta los humanos modernos, hace 6.000 años aproximadamente, este lugar fue utilizado por hombres y mujeres de forma permanente».
Cada uno de los capítulos acaba de forma muy divertida con una serie de recomendaciones sobre qué ver, qué comer, qué hacer y dónde alojarse durante la visita, trasladándonos quinientos siglos en el tiempo, a cada una de las cuevas elegidas. Por ejemplo, a propósito de la del Arco, «la cabra, el conejo y los caracoles son la base de la mayoría de los platos que se pueden degustar en este lugar. De manera excepcional podrán saborear carne de ciervo o de caballo». Y en cuanto a dónde alojarse, «en la zona existen muchas cavidades de excelentes condiciones. El alojamiento no suele requerir reserva previa, además sus moradores acostumbran a ser bastante hospitalarios con los visitantes».
Estamos ante «un épico viaje por yacimientos peninsulares de época neandertal» que logra hacer volar la imaginación del lector. A través de un recorrido por catorce yacimientos neandertales, dos de ellos ubicados en la Región de Murcia, cuestiones como «la muerte, la caza, la alimentación o el arte» cobran protagonismo en un ameno relato, capaz de interesar a públicos muy diversos, que «combinando la ficción con la realidad» nos traslada a un pasado emocionante.
«En 'La Prehistoria en la mochila', que pone la ficción al servicio de la divulgación», cuenta Martín Lerma que «se mezclan datos de total rigor científico con otros creados para darle al relato la cohesión y la doble función de divulgar, pero también de hacer pasar un buen rato a quien lo lea». «Los miles de años que nos separan de nuestros antepasados», precisa, «dificultan enormemente que podamos conocer con exactitud sus modos de vida, principalmente aquellos más relacionados con el plano cognitivo, como la comunicación, el lenguaje o la interacción social». «A pesar de ello», dice, «existen numerosos indicios y descubrimientos que nos llevan a realizar ciertas inferencias acerca de estos aspectos y, aunque me he permitido ciertas licencias, he intentado que todas ellas tengan como fin último la mejor comprensión de la naturaleza y costumbres de nuestros queridos neandertales».
Sepik, como ha llamado Martín Lerma al protagonista de esta historia, «pasará por yacimientos que han demostrado ser de gran relevancia y nos han dado mucha información de este periodo». Sepik «sale de su cueva en busca de un nuevo lugar rico en recursos que garantice la continuidad de su grupo». Y su aventura, «escrita en primera persona en forma de cuaderno de viaje» y enriquecida con rigurosos y claros comentarios explicativos del autor e ilustraciones, «nos ofrecerá todo tipo de datos y curiosidades sobre cómo vivieron nuestros antepasados durante el Paleolítico».
El libro comienza con el capítulo titulado 'El despertar' y concluye con el llamado 'El regreso', que tiene como protagonista al yacimiento de la Sima de las Palomas, en Torre Pacheco. «Hablamos de una sima kárstica de veinte metros de profundidad de la que se han recuperado más de trescientos fragmentos de esqueletos incompletos que han sido fechados en 50.000 años de antigüedad», indica el arqueólogo. Curiosamente, actualmente puede visitarse en el Museo Arqueológico de Murcia (MAM) la más que recomendable exposición 'Ancestros. Neandertales', de la que es comisario el propio Martín Lerma, con la colaboración de João Zilhão y de Luis Enrique de Miquel, en la que se lucen e impactan dos 'joyas' encontradas en la Sima de las Palomas: los restos fósiles de dos individuos neandertales, una mujer y un niño, «piezas de valor incalculable y que por primera vez pueden verse en un museo».
Martín Lerma, que dedica el libro a su abuela Cecilia, «cien años de pasión por la lectura. Sé que te encantará leer este libro», y a su hija Alma, «recién llegada a este mundo. Para que nunca olvides que el pasado siempre estará en tu presente y en tu futuro», está satisfecho con el resultado obtenido: «Podía haber hecho un libro en el que yo quedara muy bien como arqueólogo, que no lo entendiera nadie pero que dijera todo el mundo qué bueno es, pero no buscaba eso. Como a mí me encanta contar la vida mediante mis experiencias viajeras, me parecía bonito escribir un diario de viajes a través de los ojos de un neandertal». Y añade: «De una manera accesible y amena, devoras información, basada en la realidad científica, como si estuvieses leyendo una novela. Mucha gente me ha dado las gracias por lo bien que se lo ha pasado aprendiendo».
–¿Qué le ha resultado especialmente interesante a la hora de escribir esta historia?
–Abordar la parte emocional, que a mí siempre me interesa mucho, de los neandertales. Lo que yo denomino arqueología invisible, que engloba emociones, sensaciones, soledades, miedos... Nunca vas a leer en un artículo científico cuándo fue la primera vez que nos reímos o cuándo hubo un cambio de postura sexual...; y todo eso es también importante. Me planteo que la gente reflexione sobre todas esas primeras veces, sobre las que este libro enseña mucho.
Cree Martín Lerma en la necesidad de «no olvidarnos de lo que fuimos, en todos los grados. No hay que olvidar al niño que fuimos, hace no tantos años, pero tampoco al neandertal que también fuimos, porque como seres sociales que somos nos ayuda a entender muchas cosas del presente y del futuro».
«Creo que el 'sapiens', el mono moderno», indica, «no tiene el destino predeterminado. En eso me diferencio un poco de [Yuval Noah] Harari, que piensa que está de alguna manera marcado, porque creo que somos seres sociales que podemos llegar a cambiar muchas cosas, si realmente tuviésemos la voluntad de hacerlo».
–¿No la tenemos?
–No lo suficiente, como increíblemente tampoco tenemos la empatía por los demás que deberíamos tener. Y no tener empatía por el otro es muy peligroso, muy violento, porque es el origen de muchas batallas, de mucha crueldad.
A juicio de Martín Lerma, «estamos en un mundo donde el adorno se ha comido a lo esencial, y, precisamente, ser arqueólogo te recuerda dónde está lo esencial porque te desnuda de muchas tonterías que tenemos en el siglo XXI». «Mirar a la cara a un neandertal», prosigue, «hace que se te quite mucha tontería de la que tenemos. Su máxima preocupación era cuidar de los suyos y de sí mismo, mientras que ahora nos preocupamos de cosas que son ridículas. Ni miramos al prójimo como se merece, ni tampoco a la naturaleza. Me juego el cuello a que los neandertales sí que conocían muy bien la naturaleza, y no como nosotros que la hemos convertido en un escenario en el que echarnos fotos. Ellos tenían que conocer perfectamente su entorno, igual que hoy, formaban parte las personas, los otros animales y los paisajes».
–¿En qué más nos equivocamos?
–En no luchar por nuestros sueños. Es muy triste que la gente tenga sueños pero no luche por ellos; antes de intentarlo, se dicen que no lo van a conseguir nunca. En general, no veo a gente a la que le brillen los ojos. Yo he visto en mi casa cómo a mis padres les brillaban con las cosas que hacían y esa enseñanza me acompaña siempre. Hay mucha gente que sigue sin entender que las pasiones mueven montañas. Valoran las pasiones de los demás, pero se olvidan de sus posibilidades.
A propósito de este 'Diario de viaje de un neandertal', Juan Luis Arsuaga recomienda «ir a los lugares donde sucedió la historia, donde vivieron los neandertales hasta que desaparecieron para siempre. Porque aunque una parte de la Humanidad actual lleve unas gotas de sangre en sus venas, y yo me sienta orgulloso de encontrarme entre sus descendientes, los neandertales se esfumaron y no se volvió a saber de ellos hasta que la ciencia los trajo del pasado al presente en un increíble viaje en el tiempo».
«Es preciso», insiste el autor de obras como 'El primer viaje de nuestra vida', «ir a ver esos lugares donde estuvieron los neandertales, para entender mejor su fabulosa historia. Pero para eso hace falta una guía y un guía, una persona experta que nos lleve de la mano y nos haga entender y sentir esos lugares donde no hay nada y está todo». Y, recomienda, «esa guía y ese guía son este libro y su autor. Viajamos con la imaginación a esos lugares míticos del universo neandertal que los científicos están sacando a la luz. Entre ellos figura destacadamente Ignacio Martín Lerma», quien nos recuerda que «la secuencia del genoma de especies extintas ha mostrado que neandertales y humanos modernos copularon y tuvieron descendencia. Gracias a estos avances sabemos que los eurasiáticos actuales llevamos entre el 1% y el 4% de ADN neandertal en nuestros genes».
'Ancestros. Neandertales en la Región de Murcia', que podrá visitarse, en julio y agosto, de martes a domingo de 10.00 a 14.00 horas, hace retroceder al espectador «50.000 años hasta llegar al periodo en el que los neandertales, nuestros 'ancestros', anduvieron por estas tierras. Esta exposición ofrece un recorrido fascinante y nos trae al presente una muestra de aquello que fuimos».
Audiovisuales, paneles informativos, ilustraciones de artistas, réplicas experimentales, materiales líticos procedentes de los principales yacimientos musterienses de la Región, restos óseos de la fauna que convivió con los neandertales proveniente de los yacimientos de Cueva Negra (Caravaca de la Cruz) y Sima de las Palomas (Torre Pacheco), de la que proceden también los restos fósiles de dos individuos neandertales, conforman una exposición cuyo cartel anunciador, que representa el rostro sereno y familiar de una mujer neandertal, es obra de Ignacio Martín Cuadrado.
Explica Martín Lerma que «el objetivo de la exposición reside en replantear la postura que, a nivel general, se continúa teniendo sobre los neandertales con el fin de desmentir ciertas creencias vigentes actualmente». Y, en ese sentido, se exponen unas piezas «que supusieron una gran revolución en los estudios acerca del simbolismo neandertal». Concretamente, se muestran «las conchas de Cueva de los Aviones (Cartagena) y el 'Pecten' de Cueva Antón (Mula)», cuyos hallazgos dieron la vuelta al mundo. El itinerario concluye visitando una reproducción transitable, realizada por Luis Hens, de una cueva con arte rupestre neandertal.
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