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Cartagena es parada y fonda de las firmas más prestigiosas del momento y este lunes, a las 17.30 horas, en la librería La Montaña ... Mágica, con el poeta y editor Vicente Velasco de regente, Pilar Adón (Madrid, 1971) desnuda un libro de lo más especial: 'De bestias y aves' (Galaxia Gutenberg, 2022). El martes, a partir de las 19.30 horas, podremos escucharla en el Café Mister Witt. Adón puede estar horas observando un reguero de hormigas, el rastro de una babosa o cómo las avispas se meten en los higos y se reproducen. Es como la multiinstrumentista de la orquesta. Escritura, lectura, traducción y edición son mazas malabares que ha combinado a la perfección en su vida laboral. Con la novela 'Viajes inocentes' (2005) ganó el Premio Ojo Crítico al Mejor Libro de Narrativa; por los relatos de 'El mes más cruel' (2010) fue nombrada Nuevo Talento Fnac; el poemario 'Las órdenes' fue Premio Libro del Año 2018 del Gremio de Libreros de Madrid. Fundadora de la editorial Impedimenta, con Enrique Redel y Laura Calvo, está feliz de que Maryse Condé, la escritora de la isla de Guadalupe a la que Impedimenta tiene en un altar, sea investida este viernes doctora honoris causa por la Universidad de Murcia, acto que no quiere perderse por nada del mundo.
-Viene la propia Maryse Condé ('Yo, Tituba, la bruja de Salem', 'La Deseada', 'Corazón que ríe, corazón que llora') a Murcia...
-Sí, sí, estamos muy contentos por ella. Estamos felices, pero no te imaginas cómo está ella, felicísima. Ya tiene una edad, y está tan contenta que viene a recogerlo. Es fabulosa, de verdad.
-Su último libro, 'De bestias y aves', aparece en Galaxia, pero previamente ha publicado con grandes editoriales, como Alianza, Hiperión, Lengua de Trapo, Páginas de Espuma o La Bella Varsovia, además de Impedimenta, su casa. Como pez en el agua...
-Yo empecé a escribir muy jovencita, mi primera novela la publiqué con 27 años. Con 18 años yo ya gané un premio literario con un cuento en Radio Nacional de España. No soy muy consciente metida en la vorágine editorial y de la escritura, pero con 50 años ya, si echas la vista atrás, al final el mundo del libro ha sido mi vida. Desde pequeña. Es importantísimo y esencial en todo, y en el mundo editorial también, perseverar. En muchos creadores hay afán de perfeccionismo, rozando a veces la obsesión, mucho trabajo, y es inevitable, porque es nuestra vida, mi vida. La literatura tira de mí de una manera irresistible.
-¿Cómo era todo antes de consagrarse por entero a la literatura?
-Yo me licencié en Derecho, estaba feliz vinculada con el derecho medioambiental. Me interesaba mucho más salir al campo y lo que hacían mis compañeras biólogas que lo que pudiera hacer yo de aplicaciones de directivas europeas a las normativas españolas. Ahora, precisamente, uno de los temas en mi literatura es la naturaleza. Es muy curioso, porque ha sido de manera bastante involuntaria, que yo hable tanto de naturaleza tanto en mi poesía como en mi prosa. Mi conclusión es que al final terminamos dedicándonos a lo que de verdad nos tira.
El monte y la noche «Si algo no es la naturaleza viva es silenciosa»
Lugar de resurrección «Betania tiene sonoridad, y simbolismo»
-¿'De bestias y aves' es el libro que mejor compendia estas tres décadas de creación literaria? Su interés por la naturaleza y su dominio del oficio de la escritura.
-Sí, aquí se concentran todos los elementos y todas las pasiones que a mí me alimentan. En 'De bestias y aves' están presentes temas como la huida, la necesidad de estar en otra parte, la necesidad de libertad. En esta novela es muy importante la libertad alcanzada mediante el encierro en una casa rodeada de naturaleza. Sí, tienes razón, aquí vienen a aparecer todos los elementos literarios, temáticos y formales, que a mí más me interesan.
-La protagonista, Coro, tiene dotes para ser zoóloga. Ve insectos que no existen, y cuida a las lagartijas... ¿Ya sabía antes de escribirla la diferencia entre una oropéndola y la escolopendra?
-Sí, sí. Intento que en la novela todo sea coherente. La protagonista, la niña, vive en esa casa y nunca ha salido de ella, y confunde las palabras, pero la Pilar escritora no. La manera de estar en otra parte de esta niña es mediante la imaginación, la lectura y las aventuras que ella misma vive en la naturaleza que rodea la casa. A la hora de hablar de las aves, de los árboles, de la naturaleza que rodea a las mujeres de esa casa... lo busco para no confundirme. He hecho mucha investigación sobre todo sobre las aves.
-¿Se ha visto usted alguna vez en la necesidad de pedir ayuda en una noche perdida en algún lugar? ¿Ha llegado hasta ese punto de vivir esa experiencia...?
-Yo sé muy bien lo que es perderse. Porque me pierdo con una facilidad increíble, me oriento muy mal desde pequeña. Una de las cosas que más nos comenta mi madre de cuando vivía mi padre es preguntarse dónde estaba la niña porque me había perdido... Soy miope, muy miope, desde pequeña. Y no sé, son elucubraciones, pero hasta que me pusieron las gafas con 3 años yo me configuré mi mundo a mi manera. Solían decir que me caía mucho, pero era porque veía mal. Yo me pierdo mucho. Y una vez estaba en el mar, no tenía las gafas puestas, me metí muy hacia dentro con un flotador, y no sabía bien hacia dónde dirigirme, y fue un agobio muy importante que yo creo que he plasmado en esta novela. En el monte también, pero no me aventuro a ir sola, como hace Coro en esta novela. La sensación de estar perdida, de no tener el control de nada, y la aspiración a la perfección, en el caso de Coro como pintora y yo como escritora, he querido transmitirla a mi personaje.
-La protagonista tardará un tiempo en llegar a comprender que no hay nada más importante que el agua y generar oxígeno. Usted, ¿qué ha tardado tiempo en comprender que era importante?
-Sucede algo en el agua. Ella arrastra una hermana ahogada, y el agua es muy importante en la novela. En mi novela anterior, 'Las efímeras', hay un hombre obsesionado en meterse en un embalse y aguantar todo lo posible sumergido con la loca idea de que podrá respirar por la piel, igual que los animales de los que venimos. Lo intenta una y otra vez, y nunca lo consigue. En 'De bestias y aves', Coro está obsesionada, arrastra la culpabilidad de haber sobrevivido a su hermana, aunque no tiene la culpa de nada, y de ahí que ella diga lo del oxígeno. Yo me he dado cuenta de que lo que no se hace en el presente no se va a volver a hacer. Este libro está relacionado mucho con mi padre, que estaba totalmente vinculado con la naturaleza. Y mi padre se me fue en septiembre de 2019, y ciertas cosas que no hice con él ya no voy a poder hacerlas.
-Le da un protagonismo especial a los olores y a los sonidos de la naturaleza, algo que es bien particular según la experiencia de cada uno con esas percepciones.
-Cuando se está en la naturaleza hay que estar con todos los sentidos en alerta, porque la naturaleza de la que hablo no está domesticada, no es un jardín, es la naturaleza de un lugar aislado. En un poemario publiqué que el monte parece silencioso, pero no lo es. Si algo no es la naturaleza viva es silenciosa. Los sonidos te dan pistas. Pueden llegar a aterrorizarnos los sonidos del monte, por la noche se engrandecen. Esos sentidos supeditados a la vista, cuando la vista no sirve tanto, son importantes. Es una novela sensorial.
-La casa aislada de la historia está en un lugar llamado Betania, que no es la ciudad bíblica.
-El nombre de Betania me gusta muchísimo. El lenguaje para mí como poeta, la elección de la palabra exacta, es fundamental. Me interesa más cómo me cuentan una historia que lo que me cuentan. Y Betania tiene sonoridad, y simbolismo, porque está relacionado con la resurrección, y aquí en la novela es un símbolo útil. Me han hecho recordar los lectores que Betania es el lugar donde bautizan a Jesús, y en la novela hay agua, y eso es fundamental, y el paso de un estado a otro también se produce en 'De bestias y aves'.
-Con el mundo como está, ¿cómo se imagina la próxima década?
-Es una pregunta muy difícil para mí. Mi padre fue alguien tan importante, y se fue hace tres años, que es imposible ver mi vida a diez años vista. No hago planes.
-¿Cuál es su insecto favorito?
-Me atraen los saltamontes, mi perro se entretiene jugando con ellos. Es un mundo fascinante el de los insectos que no acabo de comprender.
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