![Mikel Lejarza: «No han llegado a matarme, y espero que no lo hagan, pero lo he pagado carísimo»](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202302/19/media/cortadas/Fotos-Fernando-Rueda-kjAG-U190675364185NZE-1248x770@La%20Verdad.jpg)
![Mikel Lejarza: «No han llegado a matarme, y espero que no lo hagan, pero lo he pagado carísimo»](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202302/19/media/cortadas/Fotos-Fernando-Rueda-kjAG-U190675364185NZE-1248x770@La%20Verdad.jpg)
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La conversación se produce a tres bandas. Fernando Rueda telefonea a Mikel Lejarza, y pone el altavoz para que LA VERDAD escuche su testimonio. Es una tarde aparentemente tranquila de febrero. Hace 50 años de la 'Operación Lobo'. Y ambos acaban de publicar en Roca ... Editorial el libro 'Secretos de confesión', continuación del explosivo 'Yo confieso'. El periodista Fernando Rueda y el agente secreto del SECED (Servicio Central de Documentación) Mikel Lejarza son los próximos invitados del Aula de Cultura de LA VERDAD, que tendrá lugar el jueves 23 de febrero, a las 19.30 horas, en el salón de actos de la Fundación Cajamurcia, en la Gran Vía de Murcia. Máxima expectación. Lejarza intervendrá telefónicamente: es el hombre más perseguido de España. «Mikel Lejarza, alias 'Lobo', era un joven barbilampiño cuando fue captado por el servicio secreto para infiltrarse en la banda terrorista ETA. El resultado fue espectacular: más de 200 terroristas fueron detenidos y su infraestructura por toda España desactivada. Operado de cirugía estética para que nunca más nadie le identificara, se infiltró en grupos mafiosos y económicos, sin dejar hasta hoy de luchar contra el terrorismo etarra e internacional». Así lo describe Rueda. Lejarza no existe como ciudadano. No está empadronado en ningún sitio. Y está al otro lado del teléfono para contar a LA VERDAD cómo es su vida.
-Mikel, ¿qué relación ha tenido usted con la Región de Murcia?
-Yo estuve en Murcia viviendo unos meses después de la 'Operación Lobo'. Tenía un piso alquilado en Valencia y otro en El Saler, y me alquilé un piso en Murcia, en una placita que hay en el centro, cerca de la Universidad, y ahí estuve un tiempo, y muy a gusto. La verdad es que he pasado muchas veces por Murcia.
-Claro, quién iba a reconocerle...
-He pasado muchos días allí, porque era el camino que hacíamos a Almería, en una época en que tenía que controlar aquello, porque iba el ministro de Defensa y tal. Y siempre parábamos en Murcia. Nos pasábamos dos o tres días ahí. Una ciudad agradable, tranquila, y la más barata de España encima.
-En la presentación este jueves 23 de febrero en el Aula de Cultura de LA VERDAD, con Fernando Rueda de forma presencial, en conversación con el director del periódico, Alberto Aguirre, Mikel intervendrá vía telefónica.
-Mikel: La pena, Manuel, es que yo no pueda estar en Murcia de forma presencial, ¿verdad?
-Fernando: Mikel es una persona que hace 50 años se infiltró en la banda terrorista cuando casi nada se sabía de ETA ni casi nada se sabía de lo que era una infiltración, y cosechó el mayor éxito, sin ninguna duda, contra ETA. Y desde entonces ETA sacó una declaración en la que le juraban odio eterno, y deseaba que el pueblo nunca olvidara este trabajo tan espectacular que había hecho. De alguna forma el objetivo era matarle, como la 'fatwa' a Salman Rushdie [el escritor condenado a muerte por el régimen iraní por su obra 'Los versos satánicos', atacado en el verano de 2022 en Nueva York; perdió un ojo y parte de su movilidad]. Mikel se convirtió en la persona más clandestina del país. No es la persona más protegida de España, sino la que más se protege.
-M: La más perseguida, diría yo. [escucho a Mikel reír, pero es una risa percibida como angustiosa].
-F: No es que Mikel tenga, como el presidente del Gobierno, diez o doce policías detrás. Desde hace mucho tiempo, él vive en la clandestinidad protegiéndose él solo, y puntualmente cuando ha hecho algún acto en el que ha aparecido, ahí sí el servicio, la policía, ha desplegado todos sus medios para protegerle.
-En 'Secretos de confesión' dice Mikel Lejarza que en una infiltración debes tener un pasado totalmente limpio. En su caso, el pasado era limpísimo, era imposible que la banda ETA descubriera nada que chirriara.
-M: Es muy importante. Porque hablamos de infiltraciones así con mucha facilidad. Y se han hecho otras infiltraciones. Se han hecho muchas. Hoy no estamos viviendo un momento así, quieren sustituirlas con la tecnología. Pero la tecnología no lo suple todo. El factor humano será necesario siempre. Es importante que la persona a infiltrar no tenga un pasado por ejemplo, que haya sido policía, guardia civil o algo que te puedan pillar por eso, por tu pasado. Ha ocurrido que han llegado, han visto la foto de la persona vestida de guardia civil y ha tenido que salir de ahí, de milagro. Tener una hoja limpia es importantísimo. Tener una vida normal y corriente, y que todo el mundo la conozca, ya es un factor grande a tu favor.
Fernando Rueda
Periodista
-F: Esa infiltración perfecta que dice Mikel conlleva algo, un pago, que es el que él ha pagado. Pasarte el resto de tu vida llamándote de otra forma, cambiando continuamente de aspecto, porque Mikel ha tenido la infiltración más exitosa en toda la historia de ETA y de todas las infiltraciones en España, y fue porque se infiltró con su propio nombre y apellido. Porque en ETA sabían del pueblo del que él era, sabía euskera, y una vez que él sale, aquel alias que le pusieron tuvo que ejercitarlo, y tuvo que pasarse el resto de su vida escondiéndose como el lobo, y cambiando de identidad, algo que es sumamente duro.
-M: Eso es lo que conlleva la infiltración real. Porque las infiltraciones que vemos en las películas, de los americanos, las hacen con un nombre supuesto, o resulta que están infiltrados y van a comer y a dormir a su casa con su mujer y sus hijos. Claro, eso no es una infiltración perfecta. Claro, el pago mío es para toda la vida.
-Porque no estamos hablando de un trabajo sino de un sacrificio, de exponer su vida a una causa y de saber que la muerte puede llegar en cualquier instante.
-M: No han llegado a matarme, y espero que no, pero lo pagas carísimo. Porque la vida que te espera después, de verdad, es que no se lo puede imaginar nadie. Solo lo puede saber uno y su familia, porque al final la arrastras.
-Si pudiera nacer de nuevo y vivir otra vida, ¿aceptaría aquella invitación a meterse en este lío?
-M: Yo no me arrepiento de lo que he hecho. Y, probablemente, en las mismas circunstancias, no sé, a lo mejor volvería a hacerlo una vez y cincuenta veces más. Pero con las ideas que yo tenía entonces, con las ideas que me habían inculcado, con lo que yo tenía en mente hacer, que era acabar con el terrorismo y con los asesinatos. El problema es que hoy ya has visto muchas cosas en la vida, y ya lo pensarías de otra manera, lógicamente. Sabiendo lo que sabes, mejor dices 'mejor me voy del abrigo' [vuelve a reír sin complejos].
-Es muy interesante el testimonio que aparece en el libro de Alberto Saiz, exdirector del CNI, que refrenda todo este trabajo de Fernando Rueda de poner en el lugar que corresponde el papel que ha jugado Mikel Lejarza en la lucha contra el terrorismo.
-F: Es que este es un libro que sacamos con motivo del 50 aniversario de la infiltración. En 1973 empiezan los contactos y le captan en 1974, y ahí empieza a relacionarse con el mundo de ETA hasta que termina todo su trabajo. Yo lo planteo desde el principio como un homenaje a Mikel, pero no solo por su infiltración en ETA, porque después estuvo durante 15 años persiguiendo e identificando etarras por toda España, por el norte, el centro y el sur. Y luego estuvo infiltrado en Cataluña en todo el tema del independentismo, ha hecho misiones sobre el tráfico de armas y el yihadismo. Aparte de los espías que hay en 'Secretos de confesión', que son compañeros que nunca habían relatado nada, o su familia, que nunca había hablado para relatar su historia, yo creía que tenía que haber alguien del servicio secreto que fuera ahora su jefe o que lo hubiera sido antes, y que de alguna manera escribiera lo que quisiera en este 50 aniversario. Y tuvimos la suerte de que alguien que había sido durante 5 años director del CNI, y que lo había conocido y que a mí me había contado en algún momento que una de las personas a las que quería conocer era a Mikel. Tenía claro que era un símbolo del servicio y que se la había jugado por defender a nuestro país. Fue una enorme alegría que Alberto Saiz quisiera escribir y reconocer algo que nadie se había atrevido a reconocer hasta ahora: que cuando Mikel se infiltra en Cataluña, porque estaba infiltrado en nombre del CNI, él asume toda la responsabilidad y Alberto Saiz le da las gracias por esa acción.
-Mikel, Fernando Rueda habla mucho de usted en este y en libros anteriores. Pero, ¿qué le parece que alguien como él haya dedicado tiempo a investigar sobre su vida? Además de un amigo, debe ser alguien esencial.
-M: Por supuesto que somos amigos, eso ante todo. Pero Fernando ha luchado por poner mi figura en su sitio, y eso no lo ha hecho nadie. Porque los demás lo que han hecho muchas veces es echar tierra encima. Y basura muchas veces. Y él ha continuado queriendo reflejar de una vez por todas la verdad, que él la sabe. Fernando lo cuenta en el libro, y es verdad que hemos tenido conversaciones muy largas. Hemos estado en cosas familiares, conoce muy bien mi vida. Y se ha enfrascado. Y también lo mismo le ha perjudicado. Porque la figura del 'Lobo' molesta a la mayor parte de la gente. A los políticos les molesta. A los enemigos de España, ya no te digo nada. Pero es que incluso a los amigos de España también molesta. Hemos escrito estos libros, 'Yo confieso' y 'Secretos de confesión', con la idea de que quede ahí la verdad. La auténtica verdad. Pero ves que a la gente parece ser que no le interesan las historias reales y pasadas. Ves que prefieren leer una novela en lugar de conocer una realidad. Asombrosamente he visto que hay jóvenes interesados, a veces mucho más que las personas mayores.
Mikel Lejarza
Agente secreto
-¿Se jubilará alguna vez?
-M: Las personas como yo no se jubilan en la vida. Te jubilas cuando te mueres.
-Cuando se habla de romper la figura del 'Lobo' no solo surge ese interés desde dentro de ETA. Me ha sorprendido lo que señalan sobre el papel de los medios de comunicación en esta historia. El interés en descubrir la identidad de sus familiares, de su entorno. Es una queja que aparece en el libro. ¿Qué creen que dejaron de hacer los medios?
-F: Yo lo hablé con Mikel desde el primer momento. Porque él tardó muchísimo en dar su versión de los hechos, en contar su historia. Y eso es 'Yo confieso'. A partir de ahí él ha relatado, construido, sincerado... ha dicho las cosas buenas y ha aceptado que ha podido cometer errores. Pero había otro relato, otras historias. Para nosotros era importante conocer el testimonio de gente que no había hablado hasta ahora. Por ejemplo, no conocíamos a nadie que hubiera sufrido en relación a un infiltrado. Es decir, para mí hay montones de testimonios, pero un absoluto reto era poder hablar con la familia de Mikel. Porque es una historia distinta, gente que no se ha infiltrado en nada y que ha tenido que vivir toda su vida, 50 años, en una historia que no era la suya, porque ellos no habían participado. Y también había que darles voz a gente que pertenecía al mundo del servicio secreto. Lo que pasa es que dentro de todo esto hay otros papeles. En general, los medios hemos realizado nuestra función de la forma más honesta, aunque no todos lo han hecho.
Fernando Rueda
-M: Pero, Fernando, tú te has preocupado de querer saber qué podía estar viviendo mi familia, mis padres, mis hermanas. Pero nadie se lo había planteado antes. Nadie se había preocupado.
-F: Y lo hice porque creo que ahí hay una señora historia. Y porque hay gente a la que merece la pena darle voz. Hay historias de medios y periodistas que se inventaban historias para intentar desacreditarle, como aquella que dice que Mikel no es Mikel Lejarza, que a Mikel le mataron durante la infiltración y que le torturaron hasta la muerte. Pero es que eso lo hacen siempre, y alguna vez había que decir que eso no se sostiene. Porque hay un exmiembro de ETA que le dice a Mikel que él no es Mikel Lejarza y que para demostrarlo se tiene que hacer la prueba del ADN. Un periodista jamás actúa así. Tenemos el testimonio de sus hermanas y sus padres, y si no fueran ellos habrían salido ya a decir que han asesinado a su hermano y que queremos justicia... Pero sueltan muchas mentiras sin demostrar, que Mikel soporta con estoicismo.
-M: Que 50 años después quieran echar tierra con toda esta basura encima, que estén urdiendo mentiras para ver cómo pueden tapar eso, me parece increíble. Lo cierto es que les ha tenido que hacer un daño tan terrible que ellos me lo están demostrando. En las Fuerzas de Seguridad del Estado no hay nadie que no sepa quién soy.
-Lo cierto es que, como dicen, en la realidad de ETA poco se profundiza. Incluso ahora, que sería más fácil que hace 30 años.
-M: Yo siempre estoy con la idea, aunque me freno mucho, porque las consecuencias serían terribles, de contar la realidad oculta de ETA, que de verdad hay mucha oculta y terrible. Es que desde el principio ETA asesinaba también a los suyos. Y quizás algún día todo eso vea la luz.
-Hay un ejemplo, cuando señalan que ETA odia la droga y al final acaba controlando la entrada de droga en España por los puertos de Bilbao y San Sebastián.
-M: Es que son historias de las que no se ha hablado ni se habla. En esa época, en que yo me infiltré en ETA, los dirigentes de ETA odiaban la droga, y si hubieran pillado a alguno lo hubieran quitado de en medio, bueno, ya quitaron a alguno que otro de en medio. Y no solo eso, también miraban a la gente con tatuajes y pendientes y mira cómo derivaron.
-Hoy ha recuperado la sonrisa, porque hubo un momento en que le dijo a la periodista Gemma Nierga que no se reía ni con las películas de risa. Pero manifiesta un talante de lo más simpático.
-M: Lo que le dije a Gemma Nierga es cierto. A partir de aquello ya con edad temprana me convertí en una persona demasiado seria. Es como si de repente pierdes tu juventud y te conviertes en una persona mayor, en alguien serio. No me reía con las películas, me gusta la soledad. Me hice viejo antes de tiempo.
Mikel Lejarza
-¿Pensó alguna vez que pudieran traicionarle los suyos, los que tenían que encargarse de cuidarle?
-M: En el momento en que Mikel Lejarza muere para los demás ya no eres nadie. Ya tienes que cambiar de personalidad continuamente. Ya te olvidas hasta de quién eres. ¿Me he ido por las ramas, verdad? Al principio sucedieron cosas y estaba en guardia continuamente. Piensas que te abandonan. Pero cuando ellos deciden echar el cierre a la operación, yo estaba en el hotel esperando con las dos pistolas en la mano. Porque no me fiaba. Habían ocurrido tantas cosas, y veía la muerte tan de cerca, que no me fiaba ni de mi sombra. Ha habido episodios, hasta los años casi 90, en los que piensas que te han mandado a la muerte, a sitios de donde no podía salir. Y porque piensas que tienes el cielo contigo. Pero todavía se me pasa por la cabeza que te la pueden jugar.
-Dicen en el libro que en la lucha contra ETA había mucha información, pero poca inteligencia.
-F: Queríamos meter en 'Secretos de confesión' preguntas que no se había atrevido a hacer nunca a Mikel, y creamos un ambiente de intimidad sin que nadie nos molestara, y hablamos muchas horas. Mikel ha sido muy leal siempre a su servicio, pero ha habido etapas en que ha sentido el abandono. No ahora, sino hace muchos años. Una cosa es la información que tú obtienes y traspasas al Estado, y Mikel ha sido un 'agente negro', que es una denominación que nosotros hacemos, que es alguien que trabaja para el servicio secreto pero que no está en la nómina del servicio secreto. Y se ha tenido que buscar la vida sin que le ayuden a hacer las cosas. Mikel daba información al Estado sobre etarras y sobre lo que hacían los independentistas catalanes, y sobre el dinero que tenía Pujol en Andorra, y esa información la tenían los servicios secretos y tú no sabías después lo que hacían con ella.
-M: Yo acabaría esto con una frase: en los servicios secretos, y no solo en el nuestro, si hay 3.500 personas, 500 trabajan para los otros 3.000. Hay mucho hombre de oficina y poco hombre operativo.
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