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El escritor Julio Fajardo Herrero, autor de la novela 'Asamblea ordinaria'.
Julio Fajardo Herrero: «Lamentablemente, en España no se ha salido en absoluto de la crisis»

Julio Fajardo Herrero: «Lamentablemente, en España no se ha salido en absoluto de la crisis»

El autor de 'Asamblea ordinaria', finalista del Premio Mandarache, se encuentra hoy en Cartagena con 600 alumnos de Secundaria

Martes, 20 de febrero 2018, 03:07

«Siempre que se iban de fiesta», cuenta el narrador de la historia, «él casi podía anticiparse al momento en que dejaba de estar animada y contenta y de hablar y divertirse con la gente». Coincidía con que «el cerebro le hacía como un clic y de repente se ponía agresiva y ya solo pensaba en volver a pasar por el baño, o en quién iba a ofrecer su casa para poder seguir la fiesta cuando cerrara el bar, o en cuándo llamar a algún contacto para luego no tener que pasar apuros de última hora». En 'Asamblea ordinaria', Julio Fajardo Herrero (Tenerife, 1979) sigue los pasos de «una pareja que comienza a sufrir las consecuencias del desempleo y la precariedad». Una novela publicada por Libros del Asteroide, sobre el impacto de la crisis económica en la sociedad española actual, que se adhiere sobre la sensibilidad del lector y la zarandea. Fajardo Herrero se encuentra hoy en Cartagena para participar, invitado por la Concejalía de Juventud, en las actividades del Proyecto Mandarache 2018, una decidida apuesta por la lectura entre los jóvenes que incluye la concesión, por votación popular, del Premio Mandarache, del que él es finalista con esta novela. A las 10.30 horas se reunirá con 600 estudiantes de Secundaria en el Paraninfo de la Universidad Politécnica (UPCT), y a las 19.30 horas, en la Fundación Cajamurcia, mantendrá un encuentro abierto al público en general.

  • Quién Julio Fajardo Herrero.

  • Qué El escritor mantendrá un encuentro abierto con el público.

  • Dónde y cuándo: En Cartagena, a las 19.30 horas, en la Fundación Cajamurcia.

  • Organiza Premio Mandarache. Ayuntamiento de Cartagena.

-¿Estamos en España saliendo de la crisis?

-No.

-¿En qué punto estamos?

-La precariedad está superinstalada y arraigada. Los partidos políticos gobernantes pueden decir misa, pero en la calle, y en el día a día de la gente, lo que se ve claramente es que cada vez se vive más en precario y, también, que a lo que se incorporan las nuevas generaciones es a un estado de contratos basura que muchas veces no permiten ni rebasar el umbral de la pobreza. Lamentablemente, en España no se ha salido en absoluto de la crisis.

-¿Qué se está haciendo mal, entonces?

-La gente de a pie hace lo que buenamente puede, pero las legislaciones están hechas cada vez más a espaldas de las necesidades de la población. Aquello que depende de las administraciones públicas, y de quienes legislan y gobiernan, no se está haciendo bien sino todo lo contrario. Se están poniendo todo tipo de obstáculos para mantener la situación de precariedad de la mayor parte de la sociedad española.

«Me parece de una insensatez suprema que la gente siga votando a los partidos que son, en gran medida, responsables de todo lo que ha pasado y sigue ocurriendo»

-¿Qué se supone que deberíamos haber aprendido?

-La lectura fundamental debería ser que está claro que desde los poderes fácticos se toman malas decisiones, o decisiones que solo benefician a unos pocos. Y, a título más personal, le diría que creo que una lectura que debería hacer cualquier persona sensata es la de no seguir dando su apoyo a las organizaciones políticas que, junto con sus amigos de las empresas del IBEX 35, etcétera, han provocado este desastre. Me parece de una insensatez suprema que la gente siga votando a los partidos que son, en gran medida, responsables de todo lo que ha pasado y sigue pasando.

-¿De qué partidos estamos hablando?

-A nivel estatal, de PP y PSOE, aunque no hay que olvidar que, a nivel autonómico, también hay otros partidos que se han encargado de hacer una gestión nefasta y de desmantelar, por ejemplo, sistemas sanitarios que funcionaban bien.

-Como país, ¿se ha producido algún cambio para mejor?

-Quiero creer que ahora somos un país, o una sociedad, un poquito más consciente de las causas que originan según qué fenómenos que hemos padecido. De hecho, en los últimos años la sociedad ha estado mucho más acostumbrada a manifestarse y a reclamar derechos. Hechos como el 15-M, las 'mareas', las defensas multitudinarias de la educación y la sanidad, etcétera, son fruto de reacciones muy esperanzadoras que ha tenido la sociedad española, y que hace diez años no me imaginaba yo que pudiesen surgir. En aquellos momento sí que se podría tener una visión más triste y desesperanzada de la sociedad española. Es verdad que ha habido momentos más ilusionantes y otros menos, pero parece un hecho que esta sociedad de hoy está mejor educada con respecto a cómo se gestiona un país. Es positivo que haya sabido organizarse en muchos casos, para reclamar cambios, de una forma que hace diez o quince años nadie nos imaginábamos.

-¿Y la corrupción?

-Es un drama. Sucede algo preocupante: al haber sido testigos de tantos y tantos casos de corrupción que se van acumulando, y cuyos responsables no parece que vayan a pagar demasiado por ello, se pruduce como un factor anestesiante: el público se va curtiendo, acostumbrándose al mismo tipo de titulares. Lamentablemente, parece que mucha gente ve muy claro que la corrupción es un poco inevitable; y no parece que ésta vaya a tener muchas consecuencias a la hora de decidir a qué partido dar el apoyo, o a la de ser exigentes como las personas que han participado de esa corrupción. Es un hecho que se ha aumentado el nivel de tolerancia de la gente con respecto a la corrupción.

Poderosa literatura

-¿Qué le debe usted a los libros?

-Hay muchos autores que han cambiado mi forma de pensar, de ver el mundo y de sentir las cosas. Los libros son para mí un aprendizaje y una compañía sin los que no me imagino; y eso que, para ser una persona que ha publicado libros de ficción [también es autor de la novela 'Los principios activos'], creo que no leo demasiado. Sin las lecturas que he hecho, creo que sería una persona bastante distinta y que hubiese disfrutado mucho menos a lo largo de mi vida.

-Dígame un par de títulos que le hayan marcado.

-'La broma infinita' [de David Foster Wallace] fue toda una experiencia personal y vital para mí. Y siendo adolescente, 'El guardián entre el centeno' [de J. D. Salinger], fue el primer libro que me hizo ser consciente del poder de la literatura, de hasta qué punto un autor tiene la capacidad de entablar una enriquecedora y provechosa conversación contigo.

-¿Qué les dirá hoy a los jóvenes lectores del Premio Mandarache?

-En primer lugar, ¡gracias! Me siento muy afortunado por poder participar en Cartagena en este estupendo tinglado. Yo tengo muy claro que a la lectura hay que darle prioridad porque es una experiencia que te cambia la vida a mejor.

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