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Lo dice con mucha gracia el personaje al que interpreta la gran actriz cubana Mirtha Ibarra en 'Sobreviviré' (1999), la más conmovedora y elogiada de las películas que Alfonso Albacete (Murcia, 1963) dirigió junto a David Menkes: «¡Lloro porque soy cubana!». Lo suelta así en mitad del drama por el que atraviesa la protagonista de la historia, una estupenda Emma Suárez, y el espectador estalla en una carcajada agridulce. Lo recordamos durante la entrevista con el cineasta y guionista al que se deben otras películas de éxito como 'Más que amor, frenesí' (1996), con Gustavo Salmerón poniendo -literalmente- toda su carne en el asador de un cine que intentaba derribar prejuicios sexuales y barreras sociales, y cuya última obra estrenada, ya en solitario, fue 'Solo química' (2015).
Albacete, que comenzó a dar sus primeros pasos artísticos de la mano de -¡palabras mayores!- Juan Antonio Bardem, y cuya curiosidad y deseo de experimentación le llevaron a crear 'Trepanación, un concierto en cinco movimientos', que formó parte de la muestra 'La imagen sublime' -Museo Nacional de Arte Reina Sofía (MNARS) y Arco en 2010-, acaba de estrenarse como novelista con 'Todo se mueve'. Editada por Penguin Random House, sus protagonistas son Lisa, enganchada a las drogas y que quiere ser prostituta de lujo; Laura, cleptómana; Samia, que tiene un embarazo prematuro; e Hiba, inmigrante y activista por los derechos de la mujer.
La novela, para la que ha creado la portada Óscar Mariné, se presentará en Murcia el próximo viernes, a las 19.30 horas, en el Espacio Ámbito Cultural de El Cortes Inglés. Acompañarán al autor la actriz Eva Torres y José Manuel Jiménez, director de Márketing de 'La Verdad' y escritor. Así comienza 'Todo se mueve', un laberinto muy actual de emociones, anhelos, secretos y un irrenunciable deseo de vivir: «Todos tenemos secretos. Las circunstancias hacen que algunos salgan a la luz y otros permanezcan en el anonimato, ocultos en el pasado, en el desván de nuestra mente, aparcados en nuestros recuerdos, escondidos en los cajones bajo la ropa interior, o ahogados en una continua lucha por salir a flote. No siempre somos conscientes de ellos. Algunos, al resurgir, provocan alivio; otros deberían permanecer inertes bajo la tierra húmeda, sin haber resucitado nunca».
-¿Por qué una novela?
-Tengo muchas historias que contar y la verdad es que, al principio, tardaba uno o dos años en hacer una película; pero, ahora, está todo tan complicado que empleo al menos cinco años en ello. Tengo mucho tiempo para intentar contar historias por otros cauces. Me encanta escribir, y hasta ahora solo había escrito guiones, canciones, relatos cortos y poemas. Lo de escribir una novela me parecía ¡palabras mayores! Entonces, el editor Pablo Álvarez, a quien le gustan mucho mis películas, me empujó para que lo hiciese convencido de que el resultado merecería la pena. Y ha sido un proceso que he disfrutado muchísimo.
-Arranca 'Todo se mueve' con una cita de Marcel Proust: «Algunas veces, lo mismo que Eva nació de la costilla de Adán, una mujer nacía durante mi sueño de una falsa postura de mi muslo». Una novela donde todo el protagonismo lo tienen las mujeres.
-En la mayoría de mis películas también lo han sido. Me encanta el universo femenino, y para escribir esta novela he hecho una especie de proceso de transexualidad para poderme meter en la piel de las protagonistas. Las mujeres, además, están en un momento en el que ellas tienen la palabra, por fin, y pueden gritar y hablar claramente sobre todo lo que sienten y lo que piensan. Me alegro de que la novela coincida, sin haberlo buscado, con todo este momento tan especial.
-¿Cómo son, qué sabe de ellas?
-Sé, primero, que toda persona tiene una parte masculina y otra femenina y que, en mi caso, mi parte femenina es la que me conecta con la música, con el cine, con la literatura..., con todo un mundo que me apasiona. A la hora de hablar de hombres y mujeres, me gusta decir que no veo diferencias entre unos y otras en el sentido de que cada uno de nosotros somos diferentes y únicos. Precisamente, son las diferencias las que nos hacen únicos. Lo que ellas están reivindicando es la igualdad entre hombres y mujeres, no estar por encima de ellos. Y yo las apoyo totalmente. De las mujeres me gusta absolutamente todo, porque me encanta su sensibilidad y también su entrega absoluta; entrega absoluta también como madres, que es algo de lo que habla mi novela porque no se puede apartar del hecho de ser mujer.
-¿España sigue siendo machista?
-Por supuesto que sí. Queda muchísimo por hacer en este sentido. El otro día [con el éxito de la huelga y de las movilizaciones del 8-M] se demostró lo fuertes que son y que están dando pasos hacia adelante, pero ahora mismo existe todavía un machismo enorme en España que se ve en muchísimas actitudes y muchísimos comentarios, y sobre todo en esos asesinatos terribles que se siguen cometiendo. En ese machismo influye mucho toda la carga religiosa que soportamos.
-¿Qué no le gusta de la condición masculina y que sí?
-Es cierto que, normalmente, los hombres vamos bastante de frente y decimos las cosas en alto aunque estemos equivocados, y eso está bien. Pero no me gusta nada esa idea de superioridad masculina por el solo hecho de ser hombres. Y toda esa chulería que esto implica. Yo mismo, en el colegio, sufrí el mismo maltrato que mis compañeras por parte de ciertos compañeros; el mismo maltrato, la misma chulería.
-¿Qué se propone transmitir con las historias que cuenta?
-Me gusta pensar que, tanto en mis películas como ahora en 'Todo se mueve', siempre he querido dar un mensaje de tolerancia, un mensaje a favor de la diversidad y de la igualdad. Desde el principio he tratado temas difíciles y comprometidos, y me gustaría que esta novela, además de ofrecer un panorama interesante de lo que sucede en esta España de ahora, sirviera para que, al meternos en las cabezas de estas chicas y de sus secretos, al tiempo que ahondamos en sus emociones, comprendiésemos que las diferencias, como comentábamos antes, son las que nos hacen únicos. Estamos en un país que ha dado un paso enorme destinado a entender la importancia de la diversidad, aunque todavía nos queda mucho por recorrer. El otro día, fue muy emocionante asistir a la presentación de 'The best day of my life', el documental de Fernando González Molina que cuenta la historia de seis jóvenes del colectivo LGTB y su encuentro en la celebración del World Pride de Madrid en 2017. Lo presentó Manuela Carmena en un Cine Callao abarrotado, y la gente lloró cuando se recordó al gran Pedro Zerolo, que tanto hizo por conseguir el matrimonio homosexual en España. Con el matrimonio homosexual dimos al mundo una gran lección como país, y con este 8-M, con esta enorme fiesta violeta de las mujeres, también; y vamos a seguir dándolas.
-Con respecto a la cultura, ¿qué tenemos en contra?
-Yo quiero muchísimo a España, pero es verdad que, y no lo entiendo, nos gusta derrotar o ver derrotados a los que han triunfado fuera, que son unos increíbles embajadores de nuestra cultura a los que deberíamos estarles agradecidos. Tenemos una cultura fantástica; una nómina maravillosa, desde hace siglos, de pintores, escritores, músicos y, por supuesto, de cineastas. Lo peor de nuestro país es no darle ese valor a la cultura que tendríamos que darle. La que se merece.
-¿Tiene la impresión de que la libertad de expresión y otras libertades están ahora mismo amenazadas en nuestro país?
-Sí, totalmente amenazadas. En comparación con la libertad que se respiraba en los años 80 y en los años 90, hemos retrocedido.
-¿Cómo vivió usted los momentos históricos del 15-M?
-Yo fui de los que tuvo que irse de España porque la crisis me afectó de un modo muy fuerte; en vez de quedarme aquí, encerrado sin ver ninguna salida, decidí respirar, salir fuera y mirar las cosas desde la distancia intentando ser analítico y buscando soluciones. Estuve en Francia y en Argentina, y me di cuenta de lo que quería a mi país, de lo que deseaba volver y seguir haciendo cosas aquí. El movimiento del 15-M me pilló fuera y lo seguí como un fenómeno apasionante y esperanzador.
-¿Cómo es su relación con Murcia, su lugar de nacimiento?
-En Murcia viví hasta los tres años, pero toda mi familia sigue hoy allí y yo voy todas las veces que puedo. Murcia es mi refugio, el sitio en el que me siento bien y al que me gusta regresar cuando estoy feliz para celebrarlo con mi gente. Siempre que termino un rodaje, por ejemplo, vuelvo para hacer una fiesta. Murcia es el sitio donde yo me siento bien, y del que tengo recuerdos maravillosos de los veranos con mi abuela Nieves y con todos mis primos, a los que quiero muchísimo. Yo, cuando más feliz estoy es rodeado de gente querida y de amigos.
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