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La catedrática de Lengua y Literatura Española y doctora en Filología Hispánica Ana Cárceles Alemán ha dedicado un tiempo importante de su trayectoria profesional como ... investigadora y profesora de institutos al estudio de obras de autores de la Región de Murcia, desde Francisco Sánchez Bautista –al que consideró para su tesis doctoral– a Dionisia García, María Cegarra, María Teresa Cervantes, Pura Azorín, Marisa López Soria, Teresa Arróniz, Purificación Pérez Gayá, Eladia Bautista Patier... En su último libro, 'Dionisia García. Poética para la vida', publicado por Renacimiento en la colección 'Iluminaciones', Cárceles aborda «con pasión y conocimiento profundo» la obra de Dionisia García, según el catedrático emérito de la Universidad de Murcia Francisco Javier Díez de Revenga, ofreciendo «una visión completa del mundo literario de la escritora en un lúcido ensayo».
En efecto, anota Marisa López Soria, estamos ante un trabajo que «nos atrapa por la agudeza en el análisis y la poética propia, entregándonos uno de los mejores y más perdurables trabajos en torno a la obra de la poeta manchega. El resultado creativo es esclarecedor, sensitivo, profesional y muy hermoso». «Los poetas escriben de la vida», insiste Dionisia García (Fuente-Álamo, Albacete, 1929), la más moderna de las poetas españolas, a sus 96 años, refugiada en Murcia y merecedora de las más altas distinciones. Es Hija Adoptiva de Murcia, Premio de la Crítica y Premio Los Mejores de LA VERDAD 2023.
Ana Cárceles está convencida, después de indagar en su obra, que está a la altura de cualquier Premio Cervantes. Los poetas como Dionisia son parte de este mundo, tienen memoria de personas y lugares, miran en lo común, inventan nuevas realidades, escuchan la música del universo; nombran, acompañan, arriesgan, dudan, tiemblan... ¡Cuántas cosas nos enseñan poetas como Dionisia! La vida, con su humana verdad, nos busca y nos encuentra decidida a continuar más allá del último verso.
Género. Ensayo.
Editorial. Renacimiento.
Autor. Ana Cárceles Alemán.
–En la obra literaria de Dionisia García, que abarca no solo la poesía, sino la novela, el aforismo, el cuento, la entrevista, el ensayo y la crítica, el epistolario, los prólogos para decenas de autores, el diario... parece que nada desentona. Esto puede llamar bastante la atención.
–Estamos ante una obra de una hondura muy elevada, y ningún género queda descuidado. Todos están a ese nivel de exigencia personal y de resultado literario brillante. Dionisia ha hecho cosas valientes, con ese punto de ingenio. Solo un detalle, en 'Dionisia García. Poética para la vida' no se ha incluido su última obra, 'Ecos', porque la edición de mi ensayo ya estaba en curso, pero 'Ecos' me parece un libro de cabecera, que sobrepasa lo que es el mero diario para ir a cuestiones filosóficas, poéticas, humanas... En un aforismo Dionisia se plantea que si por cuidar la obra tuviera que renunciar a los afectos, ganarían los afectos, porque a los afectos no puede renunciar. Me parece importante que deje incluso eso por escrito.
–¿Está valorada suficientemente la aportación original de Dionisia García a la literatura española? Lo pregunto pues a veces se percibe cierta resistencia a nivel nacional a reconocerla como una de las grandes voces de la poesía más actual.
–Pienso que en un futuro tendrá esa repercusión de carácter nacional y universal, pero no habría que esperar al futuro para reconocerlo, habría que hacerlo ya. Dionisia García debe estar en antologías de repercusión muy amplia, debe estar reconocida, y en programas culturales, en 'Imprescindibles', debería estar como una voz, y no sólo poética, sino de escritora total, en un momento en que es muy importante decir lo que ella dice, que es preocuparse por el presente, por la condición humana, por los problemas humanos, por la trascendencia, por la duda... los temas son innumerables porque los toca todos, desde la naturaleza a la labor de escritura, los escritores malogrados, la guerra, la cultura, la pintura, la edad, el viaje, la labor del poema, el trabajo bien hecho... Todo está ahí, y es una escritora que debería estar absolutamente referenciada en los momentos en que se habla de literatura, de poesía. Yo no quiero pensar que el hecho de vivir en Murcia suponga que los escritores y artistas que han decidido vivir aquí y difundir desde aquí su obra van a quedar marginados. No creo que haya motivos para pensar eso. Y es legítimo que un artista se quede en su tierra y desde aquí pida legítimamente la difusión de su obra.
–¿Por qué para Dionisia García es tan importante la carta como documento? Conocemos su epistolario con Jorge Guillén, el subtitulado 'Historia de una amistad', que editó la Universidad de Murcia.
–Cuánto nos dice el epistolario del alma de un autor... pienso en Pedro Salinas, en Miguel Espinosa... Dionisia García es una escritora que tiene su obra en marcha, y podrían aparecer más epistolarios, más diarios... porque los tiene. Aunque ella es muy reservada con su obra inédita, porque ella la revisa continuamente. Mirando su descomunal biblioteca, que la tiene muy ordenada, ya te puedes hacer una idea de su interés. Para ella las cartas son importantísimas, porque se ha escrito con muchos escritores y escritoras, tiene amistad con ellos, y son cartas a las que dedica tiempo e interés, y ha restado incluso tiempo a la labor de escritura de creación para hacer esas cartas. Por eso no me extraña que tenga inéditos que ella está revisando y pueden aparecer. La carta es una escritura improvisada, pero cuidada y espiritual, porque se escribe con grandes autores, como Clara Janés, Juana Castro, Alfonso Levy... La carta tiene algo personal que no tiene el correo electrónico ni el Whatsapp. La carta es un documento, tiene un punto de diario, y algo de confesión, de cuidado anímico. En el epistolario con Jorge Guillén tenemos, en efecto, una historia de una amistad, porque ahí hay elementos que no están en otras formas de comunicación. Yo admiro la obra de Carmen Martín Gaite, y en sus novelas siempre hay cartas como elemento narrativo, como elemento estructural también, y como elemento espiritual también, parece que ahí el autor fluye más.
–¿Cuándo comenzó a conocer más en profundidad la obra y la vida de la poeta Dionisia García?
–Para mí escribir este libro ha sido un tiempo muy gustoso, que he disfrutado mucho, y el tiempo que yo he invertido ha sido estupendo y espléndido, muy vital. Me gustaría que se notara esa emoción en el texto, y por eso he querido alejarme del lenguaje y del tono de la tesis, e ir a un tono más cordial y más cercano para ese lector que pueda descubrir a Dionisia. Mi pretensión no es que se queden en mi texto, sino que vayan a los textos originales de Dionisia. Yo la conozco desde 1984, cuando tuve que estudiar a Dionisia, junto a otras autoras, para un libro que editó en 1985 la Real Academia Alfonso X, 'Escritoras murcianas', al alimón con Juan Barceló. Yo debía tener 28 o 29 años, y Dionisia solo había escrito cuatro libros, y a mí me costó introducirme en el lenguaje de esos primeros libros. El profesor Barceló me descubrió un mundo que no estaba trabajado, fue muy intuitivo porque muchas de esas poetas ya tenían una trayectoria larga, pero no estaban recogidas ni estudiadas. Yo ahí tuve el primer contacto con su poesía, y luego tuve ocasión de visitarla en su casa. Desde entonces Dionisia ha cuidado nuestra amistad, porque luego me llamó para presentar 'Interludio de las palabras y los días' en Cartagena, y a partir de ahí nos hemos visto más, hemos conversado mucho, le he presentado algunos libros, he escrito algún ensayo sobre su narrativa... es una amistad que ha cuidado, sobre todo, ella porque si no se hubiera preocupado ella yo habría seguido leyéndola, aunque quién sabe si hubiera descubierto esa relación que a mí me llena mucho.
–Con el tiempo ha llegado a averiguar por qué le costó tanto entrar en esos primeros libros...
–Yo tenía menos lecturas, pero Dionisia me impresionó muchísimo. Hubo un deslumbramiento. Trabajé otras poetas interesantes, como Carmen Conde, María Cegarra, María Pilar López, Aurora Saura... pero Dionisia me deslumbró por un lenguaje de una altura, de unas imágenes poéticas muy selectas, de un lenguaje de una armonía que a mí me pareció clásico. Pensé que tenía que leer más 27 y más Juan Ramón para llegar a ella mejor. Seguir su obra me ha permitido volver a sus libros y que me lleguen de otra manera.
–Usted remarca que la obra de Dionisia García es una especie de asidero contra el desaliento.
–Siempre te deja una esperanza... Cuando está escribiendo un poema que resulta reflexivo y te lleva hacia ese punto de nostalgia, del tiempo que se acaba, de pronto hace una inflexión y te lleva a la esperanza. Yo he tenido sus libros de aforismos de libro de cabecera, está pendiente de la vida, no se le escapa nada. Es realista. Pero te lleva a la necesidad de calma, de serenidad, de aceptación... Su escritura está planteada con premias serias que mantiene, y, en paralelo, la vida, que se convierte en trama y tejido de escritura. Y ambas con coherencia.
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