
Feliz Día de las Bibliotecas
La cultura no nos libera de la fiera que duerme en nuestra entraña, pero no conocemos otra manera mejor de liberación
Juan José Lara
Director de la Biblioteca Regional
Jueves, 24 de octubre 2024, 00:44
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Juan José Lara
Director de la Biblioteca Regional
Jueves, 24 de octubre 2024, 00:44
Cada 24 de octubre se celebra, desde hace ya unas décadas, el Día de las Bibliotecas, en recuerdo de aquel día de 1992 en que ... las milicias serbias redujeron a cenizas y cascotes la Biblioteca Nacional de Sarajevo. Fue bombardeada durante una madrugada de agosto, no de octubre, pero eso es lo de menos. Lo más curioso es que quien ordenó atacar la Biblioteca era un destacado usuario, profesor universitario de literatura y experto en Shakespeare. Nikola Koljevic tenía buena reputación entre el alumnado y no había dado muestras de recelo alguno ante sus muchos alumnos musulmanes. Ni ante los católicos. Causó sorpresa su entrada en política en el partido ultranacionalista serbio, el grupo de quienes pensaban que esos musulmanes y esos católicos no cabían en el país. «Amaba la literatura», dijo de él alguien que lo conoció, «pero amaba aún más la idealización de la Gran Serbia». Los libros no nos salvan del fanatismo. La cultura no nos inmuniza de la barbarie.
Se cuenta a menudo que los soldados del Ejército Rojo, en su avance al final de la Segunda Guerra, perpetraban violaciones y pillaje a discreción. Eran ciudadanos de un país de imponente cultura. Pero esa cultura no corría por las venas de esos soldados. Sándor Marái narra en '¡Tierra, tierra!' que mencionaba a Tolstoi y Dostoievski para constatar el nivel cultural, en lo literario al menos, de los soldados bolcheviques que se le colaban en casa en aquella Hungría de final de la guerra. El resultado: apenas los conocían.
Y se suele recordar que el holocausto fue obra del país con la mejor formación en la Europa de entonces. Es cierto. Los responsables de los campos de concentración pertenecían a la burguesía culta, alemanes que traducían a los clásicos en el instituto. Y, de nuevo, el nacionalismo resentido pudo más que el humanismo cosmopolita. Ahora bien, como cuenta Katrin Himmler, sobrina nieta del infausto Heinrich Himmler, ese humanismo en que se formó la generación más culta en la historia de Alemania, estaba ya atravesado de militarismo y tradicionalismo.
No, la cultura no nos libera de la fiera que duerme en nuestra entraña. Pero no conocemos otra manera mejor –no conocemos otra manera– de liberación. Por decirlo con un punto de dramatismo: estamos en sus manos. Y qué mejor día que este, recordando aquella trágica madrugada de Sarajevo, para celebrarla, para agradecerle los servicios prestados: ¡Feliz Día de las Bibliotecas!
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