![La ciencia de La Oración en el Huerto](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/04/07/179210841-kUCG--1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Es posible que usted esté leyendo este artículo mientras espera en cualquier rincón de las calles de Murcia el paso de la Procesión de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, más conocida como la Procesión de los Salzillos. Si es ... así, pónganse las gafas de científico cuando pase ante usted la imagen de La Oración en el Huerto realizada en 1754 por el inmortal escultor murciano Francisco Salzillo y descubrirá que en ella hay más disciplinas científicas que en el mejor de los laboratorios.
Si usted es amante de la biología fíjese en la madera que utilizó Salzillo para esculpir las imágenes. Procede de cipreses (Cupressus), un género de árboles de hoja perenne como la gran mayoría de las coníferas, el grupo más importante de gimnospermas. La madera de ciprés es fácil de tallar, de textura fina no resinosa y muy resistente a las termitas. El murciano también empleó un insecto hemíptero parásito, la cochinilla (Dactylopius coccus), para obtener pigmentos tonos rojos intensos como los que se observan en la sangre que hay en el rostro de Jesús.
El conocimiento anatómico que tenía Salzillo del cuerpo humano queda demostrado en La Oración en el Huerto en la perfección de cada músculo, hueso, vena o tendón. Pero lo que más me impresiona de este genio es su dominio de la biomecánica, la rama de la ciencia que estudia cómo se comportan los músculos y huesos cuando se les aplica una fuerza y se mueven. La cara, ojos y manos de un Jesucristo arrodillado reflejan una gran tensión muscular. El cuerpo del ángel es atlético y musculoso y Pedro muestra un rostro expresivo, un brazo anatómicamente perfecto y unos magníficos pliegues del pie.
¿Se han preguntado alguna vez cómo logró Salzillo que sus figuras sean tan estables? La clave la encontramos en la ingeniería –la estructura de los armazones de madera y hierro permitían su fijación y el uso de ensamblajes cohesionaba diferentes partes de la escultura– y en la física –Salzillo colocaba el centro de masas de cada figura en un lugar que aseguraba la estabilidad y el equilibrio de la imagen–. En La Oración en el Huerto el centro de masas de la imagen de Jesús se encuentra en el abdomen y el de la imagen del ángel cerca del pecho.
La óptica es clave en La Oración en el Huerto para transmitir dramatismo. Las caras de Jesús y del ángel en el huerto de Getsemaní están más iluminadas que las de Pedro, Juan y Santiago. Con este efecto claro-oscuro consigue un efecto de sombras y luces que aumenta la sensación de profundidad y tridimensionalidad de la obra.
Si le gusta la geología debería saber que Salzillo extrajo de muchos minerales los pigmentos ocres, marrones, dorados, rojos y azules que usó en esta obra policromada. El ocre amarillo se obtiene de la limonita, el ocre rojo de la hematita, la tierra sombra de la magnetita y la tierra verde de la glauconita y la celadonita. Por otra parte, la tierra de Siena la obtenía de la arcilla de dicha región italiana y el abrillante azul de ultramar del lapislázuli, una piedra semipreciosa compuesta por minerales como la lazurita, la calcita y la pirita.
La química de los materiales tiene mucho que decir en La Oración en el Huerto. Todas las figuras fueron esculpidas en arcilla –una roca sedimentaria descompuesta constituida por agregados de silicatos de aluminio hidratados– y luego se utilizaron moldes de yeso –sulfato cálcico hidratado–. También usó láminas muy finas de oro para desarrollar su famosa técnica escultórica del estofado. Además, para unir las piezas empleaba moléculas adhesivas de naturaleza química procedentes de la cola de conejo o de pescado. Finalmente, colores como el rojo de bermellón o el amarillo de plomo los obtuvo del sulfuro de mercurio o el carbonato de plomo, respectivamente.
Las matemáticas no son ajenas a la obra de Salzillo. El escultor murciano empleó principios geométricos para distribuir las imágenes y objetos en sus composiciones. Además, para crear moldes de brazos y piernas con gran precisión y proporcionalidad tuvo que calcular la longitud y el diámetro de las extremidades, así como la curvatura y la inclinación de las articulaciones. En La Oración en el Huerto toda la composición tiene una estructura piramidal irregular, con líneas convergentes en la cabeza del ángel y la escultura de Jesús situada en una posición simétrica y central.
Estimados lectores de LA VERDAD, siempre he defendido que el conocimiento científico no solo ayuda entender y mejorar el mundo que nos rodea, sino que también proporciona placer. Espero que tras leer este artículo la sensación que tengan cada vez que vean los Salzillos procesionando por las calles de Murcia sea aún más placentera... si es que eso es posible.
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