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EFE
Murcia
Martes, 9 de julio 2019, 17:38
José Carlos Martínez, director artístico de la Compañía Nacional de Danza de España, regresa con el ballet 'Carmen' a París, la ciudad que le vio nacer como bailarín hace treinta años, por lo que sirve para cerrar de forma ideal una etapa de ocho años al frente de la institución española.
«Es como un ciclo que se cierra. Yo terminé mi carrera de bailarín aquí hace ocho años y ahora vuelvo a terminar mi etapa de director de la compañía nacional, donde se va a poder ver el trabajo que he hecho durante estos años», señala Martínez (Cartagena, 1969). La adaptación de 'Carmen', con la coreografía de Johan Inger, muestra la evolución de su trabajo, recordado en la capital francesa con especial cariño y admiración por su paso por el Ballet de la Ópera de París. Se podrá disfrutar hasta el 17 de julio en el Teatro Mogador de París.
En París, Martínez dio vida a la madrastra de la Cenicienta, a Iván el Terrible o al vampiro Nosferatu, y se codeó con bailarines como Pina Bausch, Mats Ek o el mítico Rudolf Nureyev, por entonces director del Ballet de la Ópera y parte del tribunal que aceptó a Martínez en el cuerpo de bailarines. «Vi sobre todo cómo trabajaba con los solistas cuando yo era un joven bailarín y estaba ahí mirando para ver todo lo que podía aprender. No hubo una relación directa pero sí que conocí al mito», rememora el coreógrafo sobre Nureyev, recientemente protagonista de la película biográfica 'El Bailarín'.
Su carrera de ensueño comenzó en 1988 y terminó en 2011, cuando fue nombrado director de la CND, sin tiempo apenas para respirar. «Todo lo que aprendí en la ópera y las relaciones con los diferentes coreógrafos me han formado y me han dado el bagaje que luego he traído a la compañía para darle la identidad que tiene hoy día», explica Martínez.
El director artístico de la CND aprendió, sobre todo, que para un bailarín la variedad de estilos dominados es imprescindible. Es este el valor que trató de implantar en la Compañía Nacional de Danza, que en el período de su predecesor Nacho Duato destacaba particularmente por el estilo contemporáneo. Martínez quiso impulsar de nuevo el ballet clásico y reforzar así las dos ramas de la compañía, de la que se despide en septiembre tras celebrar el 40 aniversario de su creación.
«Con 40 años es una compañía jovencísima comparada con el ballet de París, que tiene más de 350 años. Creo que está en muy buen momento, ha vivido su adolescencia y ahora está en el principio de su edad adulta», consideró. A poco más de un mes de ceder el testigo a Joaquín de Luz, otro destacado bailarín que desarrolló sus 23 años de carrera en el extranjero, el coreógrafo reconoce algunas espinas, por ejemplo, que la compañía no tenga un teatro donde estabilizarse y recibir a su público.
Antes de lanzarse a la carrera como coreógrafo independiente (ya le han encargado crear su propia versión de 'El Corsario' para la Ópera de Roma y la de 'Giselle' en Zagreb), también lamenta que en España sigan faltando compañías en las que crecer. «A nivel de formación España es muy buena. Pero terminan de formarse y tienen que irse fuera. Es verdad que ahora la CND tiene un repertorio variado (85 espectáculos programados en 2019, más del doble que a su llegada), pero faltaría que cada comunidad autónoma tuviera una compañía para que más bailarines pudieran trabajar en nuestro país», planteó José Carlos Martínez.
La CND es reclamada anualmente en China o Dubái, y muy a menudo en Francia, donde los programadores reconocen un «interesante repertorio», aunque son los clásicos como 'Carmen' y 'Don Quijote' los que siguen entre los más solicitados. En la obra 'Carmen', que visitó Colombia, Corea del Sur y Estados Unidos, la coreografía habla de una mujer que quiere ser libre y vivir su vida sin tener que obedecer a nadie.
«Por el vocabulario que se emplea, pero también por la escenografía y el vestuario, no es una obra anecdótica de una fecha concretas podría pasar hoy mismo como hace 50 años, y creo que en eso también se identifica el público; se habla de violencia de género. Esta obra tiene incluso una cierta función social», comentó el director artístico de la CND.
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