
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«Me paso la vida con la maleta de un lado a otro, como las folclóricas», bromea Jordi Tresserras (Barcelona, 1967), presidente del Consejo de ... Monumentos y Sitios de España (Icomos), ONG asociada a la Unesco y a la FAO y dedicada a la promoción de la conservación, protección y puesta en valor del patrimonio. Lo dice tras estar en la Región de Murcia, en el Valle de Ricote y en Cartagena, para ayudar a impulsar las candidaturas a Sistema Importante para el Patrimonio Agrícola Mundial (Sipam) de la FAO, el primero, y a ciudad Patrimonio Mundial de la Unesco, la segunda. Esta semana está en Córdoba.
-¿Qué hace en la Región?
-Desde Icomos-España estamos trabajando con el Valle de Ricote para presentarlo como Sipam; hay siete en España, que quiere liderar los procesos en la política agraria y está apoyando especialmente los Sipam. El año pasado impulsamos el de Montañas de León, con la Diputación de León, 97 ayuntamientos y el Consejo Comarcal del Bierzo. Y en 2022, la del Valle de Ricote, con seis municipios y que promueve la Dirección General de Patrimonio Cultural, con Turismo y Agricultura. Desde la Comunidad nos pidieron ayuda para el Sipam y para reconducir la candidatura de Cartagena. Por eso hice doblete.
-Y, ¿cómo va Cartagena?
-Lleva muchos años en ciernes. Primero, arsenales militares, junto a Cádiz, Ferrol y La Habana; después, se reenfocó en relación a las fortificaciones; y, ahora, se ha reformulado como enclave histórico de las rutas comerciales fenicio-púnicas, con Cartago (Túnez) y Tiro y Biblos (Líbano); y se va a sumar Malta.
-¿Qué ventajas tendrá para la ciudad, su patrimonio y sus vecinos?
-Ventajas e inconvenientes. Por un lado, pones los elementos que propongas en el máximo nivel de protección. Pero hay que asegurar que existe un plan de gestión para mantener ese valor universal excepcional que se transmite a través de los bienes. Has de asegurar que implementas un programa de conservación y gestión. Además, la Unesco obliga a ello; tiene que ser un plan participativo, inclusivo y que considere la diversidad cultural; tienen que participar en su redacción todos los agentes del territorio, sobre todo los vecinos de los barrios.
-Y, ¿en el Valle de Ricote?
-Lo mismo. Hubo una reunión con los políticos para que lo integren en las políticas públicas y en los planes de desarrollo de sus municipios; y, por la tarde, con los agentes: comunidad de regantes, asociaciones de agricultores... Todos los que intervienen.
-Si es obligatorio el plan de gestión, ¿por qué en el arte rupestre, que en 2023 cumple 25 años, no se percibe un avance?
-Este es un ejemplo claro. Se inscribieron casi 800 sitios en esta lista y tiene un problema grave: no tiene plan de gestión. Ahora se ha financiado, está en fase de redacción y se presentará en breve. Por eso, la Unesco tomó la decisión de exigirlo a los nuevos sitios. Y, para el arte rupestre, tampoco hay un acompañamiento a los titulares de los bienes inscritos. Es un tema bien complejo.
-¿Qué supone eso?
-Pues, este año, por ejemplo, el Ministerio sacó una convocatoria para municipios con Patrimonio Mundial, con 600.000 euros. Solo se presentaron proyectos por 480.000; perdimos 120.000 euros. De los 800 sitios de arte rupestre, solo cinco municipios presentaron proyectos. Es un claro ejemplo de que la España rural y despoblada no tiene herramientas ni conocimiento para preparar un proyecto y presentarlo. Este es un caso de lo necesario que es un plan de gestión y una coordinación. Así que lo importante no es solo la declaración, sino incorporar el Patrimonio Mundial a los planes de desarrollo.
-¿Cómo protege la Unesco bienes como el Monte Arabí?
-Este es uno de los ejemplos. No hay orientaciones a los municipios. Desde Icomos se han constituido grupos de trabajo. Hay tres patatas calientes: las energías renovables, que se fomentan pero es muy complejo integrarlas en un casco histórico y también en las zonas rurales, con normativa bastante laxa; las granjas porcinas, sobre las que se está elaborando la guía a petición de la Región de Murcia y que coordina el murciano Juan Carlos Molina; y el abandono de conventos y monasterios, tanto en zonas urbanas como rurales. Los municipios no saben que los sitios con arte prehistórico tienen que hacer, antes de una intervención, un estudio de impacto patrimonial. Por eso se están elaborando guías con orientaciones claras de cómo actuar.
-Pero, ¿hay casos concretos en los que Unesco actúa de oficio?
-Claro, claro. Se ha presentado una denuncia por el caso del Monte Arabí de Yecla. Pero, fíjate, aquí la autorización llega por Castilla-La Mancha. El 23 de septiembre estaré con la viceconsejera de Cultura de Castilla-La Mancha para tratar el tema de las granjas porcinas y otros sobre Cuenca y Toledo. Ese es el trabajo que hacemos. Cuando hay una afectación a un bien, se tiene que formular una denuncia al centro de Patrimonio Mundial; y, en este caso, se ha hecho y está en trámite.
-Y, ¿tiene poder efectivo?
-Sí, sí. El Ayuntamiento puede dar el permiso, pero si Unesco dice que no es posible, pone la maquinaria en marcha. El problema es que la afectación de un sitio de una lista en serie perjudica a toda la inscripción. Por eso, un experto de Icomos Internacional evalúa la situación y propone no hacer la obra o modificarla. Ha pasado en Cuenca, con un proyecto para instalar ascensores y escaleras mecánicas que no cumplía las recomendaciones de Unesco; y se ha reorientado para cambiar el proyecto.
-Y, ante hechos consumados, ¿la Unesco obliga a revertir?
-Sí, sí, sí. Un ejemplo es Cartagena de Indias (Colombia), donde construyeron un edificio y, ahora, se tiene que demoler. La Unesco lo ha hecho más veces, porque, si no, entra en la lista de Patrimonio en Peligro, como le ha ocurrido a Viena; o como el caso de Liverpool, que salió el año pasado de la lista. No queda en el aire.
-¿Hay algún otro caso cercano?
-En Madrid, se aprobó en 2021 el Paseo del Prado y el Buen Retiro, y la Comunidad ha proyectado un parking de más de 3.000 plazas en el hospital del Niño Jesús, que afecta al bien. La Unesco pidió un estudio de impacto, y las obras empiezan el 3 de octubre y Unesco aún no tiene el informe. Es un tema complejo, estamos en el tira y afloja, pero hay evidencias de que se revierten las acciones, aunque sepa mal por las inversiones y los empleos. Pero es que se pueden hacer bien las cosas, ¿no?
-El Sipam del Valle de Ricote, ¿cuándo se va a presentar?
-El expediente ya está casi armado, así que será este año, para noviembre. Además, ha habido mucha participación de las organizaciones del Valle. Lo bueno es que colaboran ayuntamientos de distinto signo político. Y, con la propuesta de aprobación por Pleno, hemos constatado que a todos les interesa sumar. Eso es una garantía y es clave, porque hay propuestas que, para que funcionen, tienen que salir de la gente del Valle. Es interesante; hay iniciativas de la recuperación de la gastronomía, con un recetario valricotí, a la valorización de sus productos a través de una marca.
-¿Cuál es su principal valor?
-El sistema de regadío tradicional es su singularidad, con sus fuentes, manantiales, acequias, azudes y norias; pero también englobar en la marca productos como el aceite, la miel... y desarrollar otros nuevos.
-¿En qué más incidirá el Sipam?
-En el Valle, con un turismo muy poco desarrollado, se va a trabajar en un programa de turismo sostenible, con la promoción de los 'souvenir' y una red de comercialización fuera del Valle.
-¿Qué retos se plantean aquí?
-Por un lado, incrementar la participación femenina, lo que ha despertado a un grupo de mujeres agricultoras para organizarse. Otro asunto es el relevo intergeneracional, porque hay un gran envejecimiento de la población agrícola, y vamos a visibilizar a los jóvenes interesados. También conseguir que los productos del Valle se revaloricen y tengan un canal de promoción y comercialización clara.
Patrimonio nacional «Hay que hacerlo bien, porque ponerlos en el mapa también es ponerlos en riesgo»
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-Como experto en turismo, ¿la Región tiene los ingredientes para triunfar turísticamente?
-Hay lugares con un gran potencial, pero se han trabajado descoordinadamente e incluso como si fueran competencia, cuando existen todos los ingredientes para impulsar una estrategia conjunta.
-¿Qué le falta entonces al sector?
-El problema de la Región de Murcia es que no hay un plan de turismo cultural. Le falta esa articulación para impulsar un plan de turismo cultural basado en el patrimonio, las artes y las industrias culturales y creativas. Tampoco hay un criterio gastronómico, aunque hay un potencial de 'souvenirs' y comidas que se podrían comercializar y no se hace. Son elementos que la gente no aprecia porque los tiene y pueden ser objetivo de activación turística, pero bien, en especial, en el caso del Valle de Ricote, muy sensible. Si no te pasa como en Barcelona con el Mercado de la Boquería, que se ha turistificado totalmente y prolifera un mal sucedáneo.
-Eso, ¿se contempla en los planes de acción de los Sipam?
-Sí, desde Icomos nos interesa desarrollar en el Valle un plan que pueda ser un referente. Incluso, si nos tenemos que sentar con Airbnb, nos sentamos, como hacemos en México para evitar que aumente la turistificación incontrolada, porque no hacer nada también es una política; es dejar hacer.
-¿Cómo se soluciona este problema generalizado?
-Por un lado, planes de participación reales; apoyar y visibilizar a los emprendedores; poner límites a la capacidad; crear plataformas de comercialización de turismo patrimonial y cultural... Porque se puede revertir, pero es muy costoso y tiene que haber implicación del destino. Muchas veces pasa por reducir el número de visitantes y la gente se enfada mucho, pero no hay otro remedio. Al final, tienes que tomar medidas porque se turistifica todo y pierde la esencia, el sentido. Ahora, no es sencillo porque se desmadra todo muy fácil. En el caso del Valle de Ricote, tienen ahora la oportunidad de hacer esto de una forma organizada, porque, si no lo hacen bien, les explota el tema. Ponerlos en el mapa también es ponerlos en riesgo.
El potencial de Cartagena es enorme y su declaración como ciudad Patrimonio Mundial, en marcha, es clave para su despegue turístico definitivo.
-¿Cuál es la estrategia de trabajo?
-La idea es optar por una línea que se pueda coordinar bien. Hay dos velocidades. Por un lado, la acción global, con los socios: el Ministerio de Cultura de Líbano, el Instituto Nacional de Patrimonio de Túnez y el Ministerio de Cultura de Malta; y la Comunidad y el Ayuntamiento. El segundo nivel, en Cartagena, tiene que sumar a otros organismos: la Armada, Arqua, la Fundación Sierra Minera,... Hay que encontrar los elementos que se integran. Y, luego, las polémicas que hay en la ciudad. Obviamente, hay que solucionar el tema del Molinete, que está sobre la mesa.
-¿Por qué una candidatura internacional que lidera Líbano?
-Una lista de bienes en serie tiene más posibilidades porque España tiene ya 49 sitios inscritos y el Consejo de Patrimonio Histórico decidió presentar una candidatura al año. Y, si Cartagena fuera sola, tardaría de 10 a 15 años en llegar. A veces es importante que los procesos sean largos, porque no se trata de un premio, sino de repensar tu ciudad, de incorporar el Patrimonio Mundial a su plan de desarrollo. Aquí se toma la ciudad histórica con base fenicio-púnica, pero se integrará el efecto final: la romanización; el Puerto de Cartagena (espectacular); la evolución del sistema de fortificaciones militares; la Sierra Minera, vinculada a la fundación de Carthagonova y que financió las campañas carthaginesas; los salazones y la almadraba... Desde Icomos vamos a acompañarlos.
-¿Cual es la clave?
-A la alcaldesa le dijimos que era clave que haya un consenso político, para que no se utilice el Patrimonio Mundial como elemento de confrontación política. Porque las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina e interesa tener una propuesta de trabajo, de desarrollo. Hay muchos temas por solucionar, pero el plan de gestión no puede fallar.
-¿Cuándo se presentaría?
-Podría estar en 2026, según lo rápido que se elabore el expediente.
-Estarían incluidas las fiestas de Carthagineses y Romanos.
-Sería una aportación a la participación e implicación ciudadana. Es algo bien vivo, de hecho, sorprende la ilusión y es fantástico, porque se conoce y activa una parte de la historia que no lo estaba.
Icomos-España espera poder presentar el Sipam del Valle de Ricote a la FAO en noviembre de este año. El expediente, casi armado, cuenta con una amplia participación ciudadana y el consenso de todos los ayuntamientos, que lo aprobarán en Pleno. Desarrollar un programa de turismo sostenible es clave para salvaguardar este paisaje cultural, «muy sensible», y «no ponerlo en riesgo».
Es Patrimonio Mundial (1998), y uno de los más extensos, con casi 800 sitios, pero no tiene plan de gestión (ahora en redacción) ni de acompañamiento a titulares de bienes. La Unesco tiene pendiente de resolución una denuncia por la reiterada amenaza de las granjas porcinas al Monte Arabí.
Patrimonio Cutural Inmaterial desde 2009, tiene su plan de salvaguarda pero este patrimonio vivo está asociado a la amenazada huerta de Murcia. «El reto es que tenga una estrategia de conservación y valorización».
Podría aprobarse en 2026, pero es clave el consenso político, un plan de gestión muy participativo y un plan de desarrollo de la ciudad que garantice la conservación de los bienes. Se presentaría con Tiro y Biblos (Líbano), cabeza de candidatura, Cartago (Túnez) y, seguramente, Malta. Su declaración está vinculada a enclaves históricos de las rutas fenicio púnicas.
Está encallada muchísimo tiempo en la lista indicativa de España a Patrimonio Mundial como Paisaje Industrial. La idea, ahora, es incluirla en los bienes asociados a la declaración de Cartagena, ya que financió las campañas fenicio púnicas.
El Ministerio está trabajando en el expediente de la artesanía del Belén como Patrimonio Cultural Inmaterial. La Región jugaría un papel crucial por la importancia que esta tradición artística y artesanal tiene aquí.
Encabezada por Aragón, esta candidatura aglutina la práctica totalidad de las autonomías, también la Región de Murcia, una suma que ha reforzado su valor.
En fase de elaboración de su expediente. La industria y la cultura del esparto en la Región la hace parte importante y beneficiaria de esta declaración.
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