Inauguración vibrante del ciclo Intermezzo en Los Alcázares

La velada se inició con la delicadeza melódica de las 'Goyescas' de Enrique Granados, continuando con la evocadora 'Asturias' de la célebre 'Suite española' de Isaac Albéniz, adaptada para cuarteto de cuerda. Los sucesivos arreglos de Pau Chafer y Xavier Piquer, basados en la zarzuela más tradicional, convirtieron el concierto en un auténtico homenaje a la música española: desde la fantasía sobre 'La leyenda del beso' de Reveriano Soutullo y Juan Vert hasta 'El molinero de Subiza', de Cristóbal Oudrid, pasando por la emblemática 'La verbena de la Paloma', de Tomás Bretón, y el sentido recuerdo a Ruperto Chapí. El ciclo prosiguió con 'Alma de Dios', de José Serrano y desembocó en la festiva 'La boda de Luis Alonso' de Gerónimo Giménez, cuyas alegres melodías hicieron vibrar al auditorio haciéndolo tararear en diversas ocasiones.

La participación de Casanova al clarinete resultó fulgurante: su articulación precisa y la energía desplegada en los pasajes más briosos se amalgamaron de manera ideal con la delicadeza de sus pianos, alcanzando un sonido dulce y envolvente. Por su parte, el Sine Tempore Ensemble brilló con particular intensidad. Llamó la atención el timbre incisivo del primer violín de Darlin Dyle, que reforzaba el protagonismo de su línea. Este, preso de la pasión musical, marcó el ritmo con puntuales golpes de pie que contribuyeron a la calidez escénica. En contraste, el segundo violín de Cristina Carp cautivó con un sonido aterciopelado que aportó equilibrio y suavidad. El violonchelo de Bernat Tortosa lució un sonido precioso, aunque en ocasiones el arreglo exigía pasajes que rayaban en lo inverosímil para dicho instrumento. La viola de Lesster Mejías completó el conjunto con un canto sereno y firme, ofreciendo un sustento armónico idóneo.

Tras los aplausos, los intérpretes ofrecieron dos bises: el primero, un popurrí de 'Carceleras' y 'La revoltosa', colmó la sala del jolgorio característico de la zarzuela, mientras el segundo bis, la jota 'Te quiero morena' de 'El trust de los tenorios', selló el concierto con un toque igualmente animado y cercano. Acto seguido, en un ambiente distendido, músicos y asistentes entonaron el 'Cumpleaños feliz' para festejar a una espectadora, reforzando así la atmósfera cercana y festiva de la velada. Antes de despedirse, Dyle y Casanova agradecieron con calidez la presencia del público, dejando a todos con el grato recuerdo de una noche memorable.

De este modo concluyó el concierto de apertura. La expectación queda puesta en la próxima cita, programada para el 23 de marzo, que estará dedicada a la figura de Giacomo Puccini.