«Investigo para alargar la vida de los pacientes con cáncer que no responden a otras terapias»

Potenciar la actividad de las células NK (del inglés 'natural killers', o asesinas) como un tratamiento anti-tumoral efectivo. Este es el objetivo de la investigación que está llevando a cabo la científica Inmaculada Ruiz Lorente (Extremadura, 1998) en el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB-Arrixaca), gracias a una de las cuatro ayudas predoctorales que le ha concedido la Asociación Española Contra el Cáncer en la Región de Murcia en la convocatoria 2021. «Estoy muy contenta y agradecida», confiesa la joven, al tiempo que reconoce con satisfacción y prudencia que los resultados de su proyecto «parecen ser interesantes». Con el objetivo de impulsar la investigación oncológica, la Asociación acaba de cerrar otra edición para conceder nuevas ayudas predoctorales en la Comunidad a principios de 2022.

–¿En qué consiste de forma ilustrativa su proyecto de investigación 'Nueva estrategia en la selección de donantes de células NK para optimizar la inmunoterapia contra el cáncer'?

–En este proyecto se investiga cómo mejorar la selección de donantes de médula ósea para potenciar la respuesta de las células del sistema inmunitario (entre ellas las células NK) que aporta el donante al enfermo de cáncer contra el tumor. Para ello, nos basamos en resultados previos de nuestro grupo que nos indican qué determinados genotipos del sistema inmunitario se asocian a supervivencia muy largas en pacientes con cáncer. Por lo que pensamos que donantes de médula con este 'súper-genotipo' podrían ofrecer una segunda oportunidad a pacientes con tumores que no responden a otras terapias y, por tanto, ayudar a los pacientes con cáncer.

–¿Qué tienen de especial las células NK para hacer frente a los tumores?

–Las células NK o asesinas naturales (del inglés 'Natural Killer') son un tipo de células citotóxicas que contribuyen a la defensa del organismo por parte del sistema inmunitario frente a procesos infecciosos o tumorales. Debido a su capacidad para detectar y eliminar células tumorales, las células NK se han estudiado a nivel experimental como una herramienta útil en la inmunoterapia frente al cáncer.

–¿En qué tipos de cáncer podría tener este tratamiento utilidad?

–Actualmente se está aplicando de manera habitual en cáncer hematológico (mieloma, leucemia y linfoma), aunque existen evidencias que podrían ser igualmente de utilidad en cáncer sólido (cáncer de vejiga, ovario y melanoma).

–Aunque aún es pronto, ¿cómo describiría que está siendo esta investigación?

–Todavía es pronto, pero los resultados que estamos obteniendo parecen ser interesantes, aunque se necesita aumentar el número de pacientes estudiados para poder obtener conclusiones significativas. Esperamos en unos meses obtener resultados que serán sometidos a evaluación por la comunidad científica internacional publicándolos en revistas científicas.

–Cerca de 3.000 personas participaron en la tradicional 'Murcia en Marcha Contra el Cáncer', cuya recaudación se ha destinado a su investigación. ¿Cómo vivió la alta implicación del público por esta buena causa abarrotando las calles de la capital?

–Me ha sorprendido gratamente la implicación de la sociedad en 'Murcia en Marcha Contra el Cáncer', ya que esto significa que están a favor de apoyar la investigación en cáncer. No obstante, la sociedad murciana es de las más generosas en cuanto a donación de sangre y órganos para trasplante, por lo que en cierta medida no me ha sorprendido tanto.

–La inmunoterapia se estudia desde el siglo XVIII, y hasta ha sido distinguida en varias ocasiones por los premios Nobel. ¿Se considera que es la gran esperanza de la lucha contra el cáncer?

–La inmunoterapia es un tipo de tratamiento biológico que utiliza las defensas naturales de nuestro cuerpo (sistema inmunitario) para combatir el cáncer. Quizá todavía es pronto, pero es cierto que la inmunoterapia se está convirtiendo en un tratamiento revolucionario y esperanzador en la lucha contra el cáncer, ya que tiene menos efectos secundarios y está demostrando una mayor efectividad y mejora en el perfil de tolerancia y bienestar del paciente.

–¿Cómo se podrían despertar las vocaciones científicas entre los niños y adolescentes?

–Fomentar la cultura científica en la sociedad y aumentar las vocaciones científicas entre los más jóvenes es crucial para mejorar el nivel de ciencia en España. Creo que se debería de impartir más talleres científicos en los colegios e institutos en los que se haga entender la ciencia como lo que es. En cualquier caso, un mayor apoyo de las instituciones para consolidar la carrera de los investigadores también tendría un efecto positivo para que cada vez más gente se anime a continuar en esta dura carrera.

–¿Cuándo se dio cuenta de que quería ser científica?

–Pues este es un tema que siempre me ha tocado muy de cerca. Tenía una hermana a la que se le diagnosticó una enfermedad rara y, por desgracia, falleció muy joven. Y es por eso que siempre he tenido la espina clavada de que por falta de investigación no se pudo aumentar su esperanza de vida. Siempre he sido una niña muy curiosa, de hecho, cada vez que tocaba su revisión, me gustaba ir con ella y mis padres y prestaba mucha atención a los facultativos y a las nuevas investigaciones y resultados que se obtenían, y ahí fue cuando supe que quería dedicarme a la investigación y contribuir a la sociedad.

–¿Qué significa para usted ser una de las investigadoras seleccionadas con las ayudas predoctorales en la Región de Murcia que concede la Asociación Española Contra el Cáncer?

–Sinceramente, estoy muy contenta y agradecida. Creo que hay mucha competencia y muchos solicitantes para las pocas ayudas que existen, y el hecho de haber sido la beneficiaria me resulta muy gratificante y reconfortante.

–¿A qué aspira o cuál es su sueño como investigadora?

–Mi principal objetivo es aportar mi granito de arena con mis investigaciones. No obstante, me encantaría dedicarme profesionalmente a investigar el cáncer y poder formar mi grupo de investigación.