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José Ibarrola
Espectadores

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Mesa para cinco ·

Hoy una inteligencia artificial es más libre y creativa que una humana, tienen menos ataduras, menos presión, menos inclinación social, menos apego a la corrección política...

Domingo, 13 de junio 2021, 09:19

Entonces, ¿qué somos? Dices mientras clavas tu pupila en mi pupila azul. Yo llevaba toda la tarde haciendo una disertación, Youtube en mano, sobre Inteligencia Artificial Creativa. Ya no existe distopía, es una realidad, los ordenadores crean arte. Arte propio, arte original. Arte sin derechos ... de autor, que ese es otro temazo (como diría la ministra) que un día tendremos que abordar. Pero arte al fin y al cabo, y música, y textos, y ropa. No son amalgamas de búsquedas de Google, no son recortes de periódicos que utilizan a modo de collage. Son creaciones. No puedo ponerles otro nombre. Han aprendido, les hemos enseñado, a formar imágenes que nunca antes han estado en el cerebro de nadie, melodías de las que solo ellos son responsables, sin una dirección humana, textos, predictivos o de nuevo cuño, que nos están gritando a la cara que la creación, y por lo tanto el arte y el entretenimiento, están en las puertas de la mayor revolución desde la era de la reproducción mecánica. Vale, pero entonces, ¿qué somos nosotros? Por ahora amigos, si no sigues cortando mi discurso, le dije. Nos quedan unos años de guía, es cierto. Todavía las máquinas necesitan nuestras órdenes, aunque solo sea la de «crea», y casi todos los proyectos actuales exigen todavía una supervisión, una frase, un primer input. Y por supuesto no son infalibles. Aún. Pero solo hay que acercarse a algunos de estos proyectos, o investigadores, para ver que la música, la pintura, la escritura, la moda y el cine, tal y como los conocemos, están bastante cerca de implosionar con la llegada de las IA. Por lo tanto, si no hacemos falta, qué somos nosotros. Pesadito estás, oye. Pues resulta que somos público. Es nuestro destino. Sé que parece exagerado decir que vamos a preferir una película hecha enteramente por máquinas: guion escrito por GPT-3, vestuario y escenarios diseñados por Dall-E o VQGAN+CLIP, y actores creados por Fxguide, pero es que no vamos a ser capaces de distinguirlas de las hechas por humanos en unos pocos años. Nada. Ni el guion, ni las escenografías, ni los actores ni sus interpretaciones, nos van a parecer menos o más humanos. Serán indistinguibles. Es más, si existe algún tipo de distinción, posiblemente prefiramos las hechas por AI, acostumbrados como estamos ya a sus texturas y estéticas. Los últimos humanos que hagan arte querrán parecerse al moderno e interesantísimo arte de las máquinas. Y esto es igual para todas las artes. He hablado del cine porque entiendo que engloba todas las anteriores, incluida la música. Esto ya lleva pasando tiempo. Los músicos crean con herramientas como Amper o Splice o Sony CSL, que se transforman de antiguas librerías de sonido a auténticos catálogos de creaciones, espacios, ritmos y melodías de los que simplemente escogen y modelan para crear canciones. Nuestro trabajo creativo empieza a ser más una selección de posibilidades que una idea original. Actualmente una inteligencia artificial es más libre y creativa que una inteligencia humana, tienen menos ataduras, menos presión, menos inclinación social, menos apego a la corrección política, no tiene que vender discos ni llenar estadios, ni conseguir horas de suscripción a Netflix, ni firmar mucho en su caseta de la feria del libro. El arte más libre, ahora mismo, está en posesión de esas maquinitas que lleváis en los bolsillos y que os contestan a todo lo que le preguntáis. ¿¡Y entonces qué nos queda!? No saltes por la ventana aún, vale. Nos queda adaptarnos a nuestra nueva situación. Bueno, será más bien la de nuestros hijos, pero vamos a vivir grandes cambios, y lo mejor que podemos hacer es ser el mejor público posible. Realmente es la única diferencia que nos queda, nosotros podemos sentir. Nos superan en creación, pero no pueden todavía disfrutar, emocionarse, ser felices contemplando una obra. Insisto, todavía, eso también llegará, por supuesto. Así que nosotros, mientras, dediquémonos a leer lo que nos interese, disfrutar, elegir las películas para sentirnos felices y visitar los museos con delectación y sin premura. Porque la Inteligencia Artificial Creativa, la tecnificación del trabajo, y la renta básica universal, es a grandes rasgos, lo que se nos viene encima, nos quieren espectadores, público, oyentes, y aunque aún no sé si es bueno o malo o simplemente irreversible, estamos más cerca del patio de butacas que del escenario, así que será cuestión de ir pillando buen sitio, algo para picar, y una banquetita cómoda para tener los pies en alto. Relájate, suelta esa pistola, y disfruta.

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