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M.Saura
'Y Dios creó a la mujer (Ucronía)'

'Y Dios creó a la mujer (Ucronía)'

Febarsal (pseudónimo)

Lunes, 30 de abril 2018, 00:14

Y Dios creó a la mujer y la llamó Eva, y como no es bueno que la mujer esté sola, pensó, (aunque con bastantes dudas) que debía darle un compañero con el que poder procrear para multiplicar la especie, y después de dar muchas vueltas al modelo de varón a crear, decidió hacerle parecido a ella, con algunas formas geométricas distintas para que se pudieran distinguir. Y para ello (qué mejor) formarle con un ovario de Eva. Pero tarde se dio cuenta el Señor que, con esa materia prima, había dado lugar a crear un nuevo ser, algo ambiguo y que con el paso de los siglos le llamaron Gay, pero de momento le llamó Adán.

Y para ello, creo el Paraíso Y les dijo:

-Vivid en este Valle que he creado para que lo pobléis y seáis felices eternamente, pero con una condición.

-¿Qué condición, Señor? Preguntó Eva.

-Qué no comáis del fruto prohibido. (El árbol que daba los mejores limones)

-¿Si nos has hecho libres, porqué nos pones esa condición? Preguntó Adán.

-Por el Demonio.

-¿Quién es el Demonio? ¿Tú sabes quién es? Le dijo Eva a Adán.

-Pues no lo sé. Pero vamos a preguntárselo al Señor.

-Pregúntaselo tú. Qué a mí ese nombre me da como repelús.

-No os preocupéis, dijo El Señor con voz circunspecta pero conciliadora. El Demonio es el mal. Si seguís mis mandamientos nada os pasará; pero si coméis del árbol prohibido, ¡sí! Conoceréis los placeres del cuerpo, pero os arrojaré de este vergel y os enviaré con el Demonio a su infierno. Y vuestra cacoquimia será eterna.

-¿Qué es el infierno? Pregunto Eva, temiendo que no sería nada bueno.

-Es el fuego eterno.

-¿Y qué es el fuego? Preguntó Adán con bastante mosqueo.

-Ahora lo conocerás. Dios sopló a unas hojarascas secas, y de súbito surgieron unas llamas que desprendían mucho calor.

-Pon un dedo Eva, solo un dedo.

Eva puso un dedo en aquellas zarzas secas, y dijo mientras se lo chupaba.

- ¡Hostias! Qué esto quema. (Y aquí se inventó la primera palabrota, la que aprovechó el Señor para dar nombre a sus Sagradas Formas).

-Ya sabéis lo que os pasará si coméis del árbol prohibido. Y ahora os dejo para que recapituléis mis mandatos.

-Pero Señor -preguntó Eva mientras seguía chupándose el dedo-, ¿es que el Demonio tiene tanto poder como tú?

-Sí Eva, el Demonio tiene tanto poder o más que yo, ya que él representa el placer, los vicios, y el pecado, y yo la eutrapelia, y dado a escoger, dudo cuál escogería el hombre que he creado de ti, por eso os pongo esta prueba. Y ahora te dejo, que me espera la Virgen para arreglar unos asuntos pendientes.

Eva sin cesar de chuparse el dedo le dijo a Adán, pero que muy seriamente.

-Ya sabes, a las diez en casa y cuidadito por donde andas, que este Paraíso invita al pecado.

-Pero mujer... Si estamos solos los dos.

-Y ese árbol, que le echas unas miradas…que no sé yo… si tú… ¡no sé, no sé!

-¿Pero quema mucho el dedo? Dijo Adán como queriendo congraciarse con Eva.

-¿Qué si quema? Como se te ocurra comer de ese árbol, soy yo la que te voy a quemar a ti, pero no el dedo.

-Pero has visto Eva, los frutos tan hermosos que tiene.

-Sí los he visto sí, pero te cuidarás mucho de catarlos.

-Qué cobarde eres, Adán.

Una voz surgió de repente, y una horrible figura con cuernos y toda roja se les apareció a escasos metros.

-¿Quién eres? Preguntó Adán, muy asustado. ¿Y qué quieres?

-Soy el Demonio, y vengo a decirte que eres 'un pusilánime'. ¿Para qué crees que Dios os ha prohibido coger esos limones?

-La verdad que no lo sé.

-Pero que panoli eres, Adán, os lo ha prohibido porque solo los quiere para él.

Adán pensó...

-¡Coño! Pues es lógico. Será egoísta.

Y una tarde del mes de julio, con un calor insoportable, Adán, sesteando en la sombra que daba el frondoso árbol, al ver aquellos limones tan amarillos, le entraron unas terribles ganas de hacer una limonada fresquita con el agua transparente y cristalina que transcurría por el arroyuelo que serpenteaba entre los limoneros, y apagar la sed que tenía debido a las tres cazuelas de michirones que se había metido entre pecho y espalda. Miró en todas direcciones para ver que Eva no le vigilaba, y se dispuso a exprimir un par de aquel oro y apagar su sed.

Y Adán sin poderlo resistir, comió de aquellos frutos tan apetitosos del árbol prohibido, y se hizo una limonada que le calmó la sed. Pero de pronto se le apareció el Señor y le dijo.

-Adán... cacho ca… (El Señor se reprimió) ¡Qué has hecho!

-Hacer caso al Demonio, que me parece que tú nos vacilas.

-¡Ah sí! Pues ya os podéis ir a hacer puñetas de aquí. Y con una vara de fresno los echó del Paraíso. Que según dice la Historia se encontraba en la Región de Murcia a orillas del Río Segura

Pero antes le dijo a Eva: No te vayas que quiero antes hablar contigo, a solas.

-Dime Señor. Ya ves que yo sí he cumplido tus mandamientos.

-Lo sé Eva. Lo sé. Por eso te voy a encomendar una labor en la Tierra donde viviréis a partir de ahora.

-¿A mí Señor? ¿Qué es lo que yo puedo hacer?

-Ser la salvación del Mundo.

-¡Yo Señor! ¡Pero cómo delegas en mí tanta responsabilidad!

-Porque no me fio de los hombres, ya ves lo que ha tardado Adán en pecar contra mí. Pensaba mandar a mi hijo a que se diera una vuelta por allí, dentro de unos siglos, pero como te digo, no me fio mucho de Él; es un gran hombre, es todo amor, pero le veo muy blando para asumir tan delicada misión. Hace falta una mujer como tú, para que aquello funcione.

-Gracias Señor. Haré lo que me pidas sin vacilar, y seré la salvación del Mundo.

Y gracias a Eva que observó la Ley de Dios, la especie humana creció y creció y la Tierra fue un vergel en donde la paz y el amor eran la razón de la existencia del ser humano.

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