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Fin de curso
Mesa para cinco ·
Cuatrimestres, primeros parciales, segundos parciales, finales, créditos superpuestos, actas... ¿y el encuentro emocional con el alumnado dónde lo coloco?Secciones
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Cuatrimestres, primeros parciales, segundos parciales, finales, créditos superpuestos, actas... ¿y el encuentro emocional con el alumnado dónde lo coloco?Este ha sido un curso extraño, y me atrevo a decir que no se ha debido a los últimos coletazos de la pandemia sino más ... bien a la configuración académica que acota cada vez más los hitos, convirtiendo el recorrido curricular en una especie de vorágine por la obtención de resultados a corto plazo. Cuatrimestres, primeros parciales, segundos parciales, finales, créditos superpuestos, actas... ¿Y el encuentro emocional con el alumnado dónde lo coloco? ¿Cuándo ocurre si vamos todos corriendo detrás de los resultados 'oficiales'?
Pues como este año tengo la sensación de no haber llegado a tocar ese cielo ni de cerca, me van a permitir que aproveche este espacio para mantener aquí una de esas 'conversaciones' con aquellos alumnos que te miran con ojos llenos de curiosidad, de drama, de esperanza o incluso con la sensación de encontrarse atrapados en un callejón sin salida; con aquellas personas a las que te gustaría transmitir muchas más cosas de las que caben en el temario. Y de paso, hablamos de arquitectura desde un punto de vista global e integrador, más allá de las formas particulares de ejercerla. Así que estas líneas también son un intento de transmitir la idea de que la arquitectura y el urbanismo pueden ser mucho más que construir edificios y trazar calles en un plano.
Por supuesto, hay que empezar por la obviedad de que estamos capacitados para comprender el espacio y las relaciones funcionales y sensoriales que mantenemos con él. Y esto poca cosa no es teniendo en cuenta que vivimos, por ahora, anclados al espacio tridimensional y hasta lo virtual acude a conceptos espaciales para situar objetos y sujetos. Pero, además, esta disciplina aporta otras competencias de gran potencial. A mí me gusta decir en clase que estamos aprendiendo a resolver problemas complejos de forma creativa y con espíritu crítico, un enfoque al que a partir de ahora voy a añadir un complemento que el pasado fin de semana, en una interesante conversación, mencionaba Andrés García. Él, que desde su pequeño hotel de El Berro se ha convertido en una pieza fundamental en el proceso de construcción de un territorio integral, sostenible y comprometido en Sierra Espuña, nos recordaba que la arquitectura ofrece profesionales con capacidad planificadora y técnicas operativas tremendamente valiosas en muchos contextos. Sus palabras fueron además muy inspiradoras, él dijo algo así como «sois capaces de engendrar una idea y visualizar su futuro».
Lo que me gustaría es mostrar un horizonte esperanzador en el que, de alguna forma podemos retomar aquella ilusión vanguardista cuyo eslogan era 'Diseñar de la cuchara a la ciudad'. Es cierto que aquel programa pecaba de pretencioso al adjudicar al diseño, la arquitectura y en última instancia al arte, una racionalidad propia capaz de abordar todas las escalas en la relación entre forma, función y técnica. Pero, una vez permeabilizado y atravesado el tamiz de las diversidades, los saberes complementarios y la humildad, tiene algo que sigue siendo muy válido para ubicar al alumnado al que le brillan los ojos ante la posibilidad de intervenir en la realidad para construir un mundo mejor.
Si quieren ver una muestra de lo que estoy hablando no tienen más que acercarse al blog coordinado por la periodista Anatxu Zabalbeascoa para El País y cuyo nombre se inspira precisamente en aquel eslogan postbélico, 'Del tirador a la ciudad'. Allí, desde hace más o menos una década, se va recopilando un fabuloso muestrario de prácticas que van desde la experimentación artesanal hasta la reflexión y la participación en políticas urbanas y territoriales conscientes y comprometidas con el bienestar y la sostenibilidad.
Así que mi mensaje de final de curso es precisamente que entre la escala de lo más próximo y cotidiano hasta la más amplia y global se necesitan espíritus comprometidos y capaces de sobrellevar los envites de las dinámicas egoístas, cortoplacistas y tremendamente desilusionantes que operan en torno a este recurso finito y político que es el espacio. Así que, queridos alumnos y alumnas, os necesitamos.
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