'El sastre de la mafia', un traje a medida del cine negro

Ahora que todos usamos Chanel Número 5 olemos de maravilla, y es que hay que ver lo deprisa que algunos han cambiado de opinión. No hay como vencer para convencer. Debe ser que ese dulce aroma ha llegado a nuestras salas, porque hay un par de novedades que huelen muy bien.

El Primero de ellos es 'El sastre de la mafia', un film con hechuras de calidad, pero que no llega a lo que podría por no sacar todo el partido a un actorazo como es Mark Rylance (el hombre que más puede decir con menos), ni al buen guion, ni a la fuerza teatral del evento. Os cuento. Rylance es un sastre inglés que se asienta en el Chicago de los gánster de la década de los cincuenta del siglo pasado, que se convierten en sus clientes y él, más por indolencia que por maldad, llega a formar parte de su engranaje criminal.

El secuestro de los protagonistas, el enfrentamiento entre bandas rivales, el escenario único, el estilo de cine negro, los diálogos brillantes, los silencios reveladores, todo, nos recuerda a clásicos de altura como son 'El bosque petrificado' (1936) o 'Cayo Largo' (1948). Una trama que prácticamente sucede en una noche y que va adquiriendo cada vez más complejidad. Muy recomendable.

La siguiente podría buscar el prestigio de la anterior pero como suele sucederle a su director, John Madden, prefiere esbozar una buena historia para luego perderse en florituras que gusten al espectador, sin redondear la película. Eso ya le pasaba en otras obras suyas como 'Shakespeare in love' (1998), 'El exótico Hotel Marigold' (2011) o 'La deuda' (2010).

Nos narra en 'El arma del engaño' una historia de espías en la Segunda Guerra Mundial, basado en una operación para darle gato por liebre (ahora diríamos tuit por noticia) a los nazis para desinformarles sobre el desembarco aliado en Sicilia. Colin Firth encabeza un sólido reparto británico para una trama convencional. Lo dicho, una película entretenida, aséptica y pulcra, de las que no dejan huella y con cierto olor a alcanfor.

Otra de la Segunda Guerra Mundial. 'La conferencia' es una película alemana que refiere los hechos sucedidos en la localidad germana de Wannsse en enero de 1942. Allí, una serie de sesudos funcionarios nazis decidieron la aplicación de la llamada solución final para los judíos (los eufemismos no son nada nuevo).

Una película necesaria, teatral, que intenta ser extremadamente fiel a la historia. Es el perfecto reflejo del concepto que Hannah Arendt esculpió en su libro sobre el juicio a Eichmann, que estuvo en esa conferencia, sobre la banalidad del mal cuando se disfraza de burocracia. Si no le vale con mirarse al espejo, Putin podría verla para que identificara a los auténticos nazis.

Malena Alterio, Santi Millán, Natalia de Molina y Carlos Areces son algunos de los actores que sólo al leerlos ya sabéis el registro de la película de la que os voy a hablar. 'Espejo, espejo' es una comedia amarga española en la que cuatro empleados de la misma empresa se enfrentan a su reflejo, literalmente. La película trata de mostrar que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos (por si alguien no lo sabía).

Hacemos bien teniendo confianza en esos buenos intérpretes, que siempre nos hacen reír, pero no en el ritmo ni en el irregular desarrollo de la historia. Su única virtud es que se trata de uno de los últimos trabajos de la malograda Verónica Forqué., pero yo no me dejaría una regata para ir a verla.

Por lo general cuando Gerard Butler sale en una película todo lo que puede salir mal, sale mal. Es como mi detestado Nicolas Cage, que nunca falla en fallar en sus elecciones artísticas, hombre brújula que siempre marca el sur. Con esos antecedentes no os extrañará que os diga que 'Juegos de asesinos' es, con diferencia, lo peor de hoy. Pura acción para que no pensemos, donde la caza de un hombre, que esta prisionero en una pequeña comisaria por parte de distintos asesinos a sueldo, se convierte en una ensalada de tiros sin sentido.

Lo más destacable de la semana el fin de la heroica resistencia en Mariupol, que seguro que en breve tendrá su versión cinematográfica. Aunque no ha sido 'El Álamo' (1960) de los ucranianos, ni nuestro 'Los últimos de Filipinas' (1945), sí que ha resultado su 'Salvar al soldado Ryan' (1998).

Que tengáis una semana de cine.

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