'El infierno' triunfa en el festival de cine de Cartagena

Efectivamente, este es el sábado que cada año por estas fechas os vais a la cama con la clausura de un nuevo FICC, en esta edición con triunfo de 'El infierno', que se llevó el primero premio de 3.000 euros y la Carabela de Plata. Es una tradición tan bonita como las uvas, aunque falte el vestido de la Pedroche.

La gala transcurrió por donde debía, porque los del FICC son gente de orden (a pesar de no comprar micrófonos que se bajan cuando se alargan los discursos). Lo bueno es que si un parlamento se hace eterno, puedes recordar alguna proyección del festival, como la multipremiada 'Monos'. Aquí hacen igual que en las bodas bíblicas, que se deja el vino bueno para el final, y por eso han sacado un gran reserva para el viernes. Cosa que no puedo decir de 'Ema', también de esa jornada, con un discurso pro-reguetón que no comparto, y cuyas brillantes realizaciones de baile y fotografía no compensan el 'porno soft' emocional de la historia.

Volviendo a la gala, del palmarés que podéis leer al lado, destaco el de mejor actriz para Yolanda Ramos (cómica desaprovechada) por el corto 'Benidorm 2017'. También el corto ganador al mejor director, 'The christmas gift': no se puede crear más tensión con menos. Por último, el del Jurado Joven, compuesto por alumnos de la UPCT, que ha ido a parar a la argelina 'Papicha', que fue de lo que más me gustó en esta 48 edición. #MeToo islámico.

Las películas concienciadas y concienciadoras han abundado estos días; de hecho, la que vimos en la gala, titulada 'Especiales', nos habla de la situación de los autistas a través de dos amigos unidos en el propósito de ayudarles. Un drama blando con Vicent Cassel (hay que ver qué mal envejecemos los guapos), y de los autores de 'Intocable'.

Me alegro del Premio FICC (si te dan en España un premio a toda tu carrera, vete urgentemente a hacer una revisión médica) al murciano Alfonso Albacete. Un director que se hizo un hueco en la cinematografía nacional, pasando del casi underground 'Más que amor frenesí' a la comedia romántica 'Sobreviviré', su mejor trabajo. Y no puedo dejar de mencionar el galardón a la difusión cinematográfica otorgado a LA VERDAD. Evidentemente merecidísimo (dicho desde el desinterés más absoluto). Acaba una semana de buen cine y disfrute máximo, a pesar de la falta de sueño, las carreras para llegar a las sesiones y las premuras para cumplir con la redacción del periódico. Para mí quedará la durísima 'Una gran mujer', la original 'La llorona', la desconcertante 'A White, White day' y la evocadora 'Las buenas intenciones'.

También los trozos de empanadas de la cafetería (devorados con prisas), las camisetas del FICC, las butacas rojas, el escribir apuntes con las luces apagadas de la sala, la ilusión de los participantes en Murcine, el vídeo de John Malkovich, mi credencial siempre perdida en el último bolsillo, la perversión talentosa de David Lynch y la pésima climatización de El Batel. Tras la entrega de premios y película vino el tercer tiempo, pero eso es para la crónica rosa. Ahora se apagan los proyectores, se atenúan los focos, se retira el photocall y se guarda la alfombra roja, no dará tiempo a que se apolille. Nos vemos en el FICC 49.