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J. L. Nocito
Fallece Basilio Martín Patino, un cineasta innovador para unos tiempos difíciles

Fallece Basilio Martín Patino, un cineasta innovador para unos tiempos difíciles

El director de 'Nueve cartas a Berta' o 'Canciones para después de una guerra' muere en Madrid a consecuencia de una larga enfermedad

J. L. ÁLVAREZ

MADRID

Lunes, 14 de agosto 2017, 10:00

El cineasta Basilio Martín Patino, un innovador que tuvo que lidiar contra la censura, falleció ayer a los 86 años en Madrid, tras un larga enfermedad degenerativa. Creador de un cine minoritario y maestro del documental, no dudó, pese a ser vigilado por el régimen, en rodar películas comprometidas, muchas de las cuales solo vieron la luz una vez muerto Franco.

Nació en la localidad salmantina de Lumbrales, el 29 octubre 1930, en el seno de una familia de maestros de corte católico-conservador, que en 1940 se trasladaron a Salamanca. Allí, durante su etapa universitaria, fue miembro del cuadro artístico del Teatro Español Universitario, pero es en 1957 cuando inició su compromiso con el cine como fundador y director del Cineclub Universitario y de la revista 'Cinema Universitario'. De manera paralela alumbró su primer documental junto a Luciano G. Egido y Manuel Bermejo 'Imágenes sobre un retablo' y escribió la novela 'Calle de Toro, antes Generalísimo', finalista en el premio Biblioteca Breve.

La afición por el celuloide lleva a Martín Patino a matricularse en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. Dedicado al cortometraje, realizó varios trabajos entre los que estaba 'El Noveno' (1960), cinta que fue masacrada por la censura al abordar el tema de la dependencia nobiliaria.

Su debut como realizador en el cine tuvo lugar con 'Nueve cartas a Berta', que recibió la Concha de Plata a la mejor ópera prima en el Festival de Cine de San Sebastián de 1966. Esta película, que concentró decenas de galardones, se convirtió en el símbolo de la juventud española y referencia clave en el denominado nuevo cine español.

En 1967 es llamado por la joven TVE para rodar 'Rinconete y Cortadillo'. Sin embargo, tal como recoge la fundación que lleva el nombre del cineasta, por orden del Ministerio de Información y Turismo de Manuel Fraga la víspera de terminar se interrumpe el rodaje y se requisa y hace desaparecer el material filmado, que nunca ha sido hallado en los archivos oficiales. Es en esta época cuando Martín Patino salta a la realización de anuncios publicitarios.

Vuelve al cine, pero la censura se ceba con su obra. Nada menos que cuarenta cortes realizó el régimen a la película 'Del amor y otras soledades' (1968), con la que concurrió a la sección oficial de la Mostra de Venecia con gran éxito. Los problemas con la censura hacen en aquellos momentos que Martín Patino prescinda de los circuitos oficiales de producción y organice sus proyectos desde posiciones de independencia.

El régimen de Franco llegaba a su etapa final cuando, en 1970, el realizador junto al productor Julio Pérez-Tabernero, preparan 'Canciones para después de una guerra', película que fue prohibida. Su estreno tuvo lugar en agosto de 1976, muerto ya el dictador. Esta presión política llevó a Basilio Martín Patino a rodar en la clandestinidad títulos como 'Queridísimos verdugos' (1973), estrenada en 1977, y 'Caudillo' (1974), reportaje sobre el dictador con materiales inéditos en España, que también se estrena en 1977.

Cine inteligente

Con la llegada del vídeo en los 80, Martín Patino y José Luis García Sánchez realizan producciones como 'Hombre y ciudad. Una aproximación al urbanismo' (1981), 'Inquisición y libertad' (1982) -primera obra audiovisual producida por La Linterna Mágica (Patino, J. L. García Sánchez, Pablo Martín Pascual)-, o 'El cocherito leré' (1984). Al año siguiente ve la luz 'Los paraísos perdidos', primera producción de envergadura de La Linterna Mágica.

En 1986, Martín Patino formó parte de los firmantes del acta fundacional de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. De esta década también es la película 'Madrid' (1987). Su último largometraje es 'Octavia' (2002), con el que vio cumplido uno de sus sueños: trabajar con la actriz lorquina Margarita Lozano. Desde entonces, el documental fue el medio con el que el veterano director dio rienda suelta a su oficio con títulos como 'Homenaje a Madrid', tras los atentados del 11-M, o 'Libre te quiero' (2011), el trabajo que el director realizó en solitario sobre las protestas del 15-M en la Puerta del Sol de Madrid.

Pese a no ser miembro de la entidad, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España le entregó en 2005 la Medalla de Oro por «una obra que representa los valores imperecederos de la apuesta por un cine inteligente, complejo e inmerso en la realidad».

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