'Balada de pájaros cantores y serpientes', una precuela para reiniciar los juegos del hambre

Una de las grandes sagas cinematográficas de los últimos años ha sido la de 'Los juegos del hambre'. Hoy llega una precuela que tratará de resucitar la serie, 'Balada de pájaros cantores y serpientes'. Discurre en la distopica Panem más de cincuenta años antes que las otras películas y en ella se explica el origen de ese mundo a través de la historia de amor de un joven Snow, el villano de las otras, el emulo del senador Palpatine de 'Star Wars' (Eva Braun sabe que los malos también tienen quien les quiera).

Si eres un incondicional de Sinsajo y añoras los doce (trece) distritos, esta película te pondrá mucho, porque además irás falto. Por suerte no es como la olvidable, vergonzosa, cancelable, abyecta y oprobiosa precuela 'La amenaza fantasma' (1999), aunque tampoco es la espléndida, salvaje, iconoclasta, sorprendente e impecable 'Mad Max. Furia en la carretera' (2015). Al final, si no eres un fan, uno se queda con la sensación de haber comprado un coche de segunda mano.

Hay intérpretes que son buenísimos pero permanecen a la espera (a veces eterna) de tener un papel que les permita mostrar todo su potencial. No hace falta ni siquiera que sea en grandes películas, recordemos a Ernest Borgnine en 'Marty' (1955). Eso le pasa a Malena Alterio, que borda su mejor actuación (tiene a quien salir) en el thriller costumbrista 'Que nadie duerma'.

La protagonista es una informática que tiene que elegir entre que la lleven a un punto limpio o reiniciar su vida como taxista. De serie ella ya tiene sus cosillas mentales, como el taxista que hacía Mel Gibson en 'Conspiración' (1997) o el de Robert De Niro de 1977 en 'Taxi Driver'(será cosa del abuso del ambientador del coche). El sobrevalorado Juan José Millás sufrirá con la adaptación de su novela, pues la película se ha quedado a medio hornear. La realización es pobre, confundiendo verismo con realismo. Os recordará a las más afortunadas aventuras de otro taxista en la simpática 'Noche en la tierra' (1991) de Jim Jarmusch.

Una de miedo, protagonizada por una Belén Rueda haciendo de falsa médium vestida como una autentica madame, es 'La ermita'. Esa vidente debe ayudar a una niña que quiere volver a hablar con su madre. El director de la estremecedora 'Cerdita', Carlos Pereda, no está en esta a la altura de aquella, y la cosa se queda entre la aventura y el fantástico.

'Solo queda la danza' es un drama neerlandés sobre dos bailarinas que tratan de triunfar en el duro mundo del ballet clásico. Una de ellas lo consigue pero, como diría San Pablo, conquista el mundo perdiendo su alma. 'Cisne negro' (2015) es su evidente referente en este relato de los juguetes rotos que deja la fama.

Las guerras cristeras mexicanas, la persecución contra los católicos que se desató desde el Estado Mexicano en los años veinte del pasado siglo, es uno de los episodios más horribles de su historia y por eso mismo de los más ocultos (apenas recuerdo una película sobre el tema, del año 1961, 'El poder y la gloria'). En 'Mirando al cielo' se trata de dar un poco de luz a través de la vida de un adolescente que luchó por su fe y fue torturado y asesinado. La película tiene más voluntad que acierto.

Director´s Cut. Pocas veces la mejor película de la semana figura en este apartado, pero hoy es uno de esos días. 'Dejad paso al mañana' (1937) estaba considerada por su director Leo McCarey como su mejor obra. Una historia dolorosamente actual, con unos actores perfectos, unos diálogos contenidos, unos planos sugerentes. Todo al servicio de reflejar el contraste terrible entre el egoísmo de los hijos y la bondad de los padres. Si Filmin no existiera habría que inventarlo, gracias a ella la he descubierto.

Que tengáis una semana de cine.