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SUSANA FERNÁNDEZ
Murcia
Jueves, 19 de noviembre 2020
De la basura de las playas del Mar Menor al llavero de tu casa. Esa es la economía circular por la que apuesta Menor Plastic, un proyecto a orillas de San Pedro del Pinatar de una de esas parejas concienciadas con el medio ambiente que hay en el mundo y que afortunadamente tienen ideas para contribuir en su entorno. Saben que el planeta sufre una invasión: la del plástico. Cada año llega a los mares y océanos el equivalente en basura a 1.200 veces el peso de la Torre Eiffel. En España, solo el 30% de los plásticos se recicla, según los datos de Greenpeace. Son cifras alarmantes, que empeoran con el aumento constante de su producción.
Los plásticos han tomado la Tierra, y no tenemos que salir de la Región para verlo. Rubén García y Sandra Fernández, creadores de Menor Plastic, lo advierten en el Mar Menor y se han puesto manos a la obra: «Recolectamos residuos plásticos de nuestros mares y playas, utilizándolos para crear nuevos productos 100% sostenibles que vendemos, como llaveros, cuencos, peines... Las posibilidades son infinitas».
El primer diseño fue un llavero solidario con forma de caballito de mar, creado con tapones y botellas de plástico. No debe ser casualidad que ese animal sea el mismo que buscaba Sandra cuando se bañaba en la laguna de pequeña. «De ahí viene mi pasión por la naturaleza». Ahora es casi imposible encontrarlos en la albufera salada.
Detrás de todo el proceso de transformación del plástico están ellos: se lava, se tritura, se calienta en una de las máquinas y se inyecta en un molde para darle la forma deseada. «Desde la recogida en las playas, que nosotros organizamos, hasta que el producto llega a las casas, estamos los dos involucrados», afirma Rubén. La pareja tiene sus productos a la venta en su página web menorplastic.com y, como miembros del Gremio de Artesanos de la Región, también viajan por la Región para participar en mercadillos y organizar charlas y talleres de concienciación.
Empezaron los experimentos en 2019 «de forma muy rudimentaria en casa», recuerda Rubén. «Quisimos probar cuando vimos un vídeo en Facebook de Precious Plastic», un proyecto de software abierto, que permite crear una empresa de reciclaje en miniatura. Con las primeras máquinas, se abrían numerosas posibilidades y empezaron las salidas a las playas de San Pedro para recoger plásticos que no estuviesen demasiado deteriorados. Con el tiempo se inventaron un transporte: el 'Plastic Movil', un carro hecho con materiales reciclados enganchado a una bici, con el que recolectan residuos «de una manera mucho más sensible con el medio ambiente en lugares donde un camión de limpieza no puede llegar», detalla Rubén. Además, encontraron negocios que les donaban residuos plásticos, porque ellos pueden reciclar «cosas que no sirven en el sistema de Ecoembes, como perchas, rotuladores o juguetes. Nosotros podemos darles una segunda vida más duradera».
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