
'Cría cuerdos' y a ver si tienes suerte
Crítica de teatro ·
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Crítica de teatro ·
Ovación para la murciana Cía. Deconné en el estreno en el TCM de su nueva obraEstamos de enhorabuena: la murciana Cía. Deconné nos regala un nuevo montaje, en esta ocasión con una implicación mayor de la actriz y dramaturga Rocío ... Bernal, que firma la dramaturgia de 'Cría cuerdos' y, además, contribuye a su éxito con una gran actuación, tan brillante como divertida. Ella es una de los cuatro intérpretes, con y sin discapacidad, que han hecho posible esta función que transcurre entre carcajadas, y un fondo de reflexión, y que, igualmente, recorre entusiasta tripas y corazón.
Todo comienza, en un escenario vacío, a excepción de cuatro espejos-cama-trineos que ha diseñado Jesús Palazón, también responsable de la imponente iluminación del espectáculo, con todo el poderío técnico del Teatro Circo Murcia (TCM) puesto a su servicio, cuando se escucha –otro trabajo sobresaliente el del Javier Almela, creador del espacio sonoro– la siguiente noticia: «Alerta nacional nivel 5. Son las 09.00 horas de la mañana y no ha amanecido. La salida del sol se debería haber producido a las 08.00 horas peninsular, y no ha sido así. Estamos viviendo en la 'noche permanente'», mensaje que se repite en inglés, francés e italiano. Pues bien, esta subversión del mundo, donde ya nada volverá a ser igual, conduce a los cuatro seres protagonistas a ingresar en una clínica para someterse al denominado 'Programa de reestructuración y readaptación a los nuevos ciclos vitales'. Un cachondeo. Y la denuncia de una sociedad que enloquece, y el retrato de individuos que buscan consuelo y salvación, a día de hoy, ya en cualquier cosa, pasando por todo tipo de pseudoterapias y pseudomagias supuestamente sanadoras de cuerpo y alma.
Los 'pacientes' son Joaquín Balverde [con b] –¡bravo para Javier Ruano! –, Escarlata García –¡bravo, María Jesús Baeza!–, María Bellido –siempre un placer el reencuentro con Susi Espín–, y Carmen López, el personaje que defiende Bernal.
Obra: 'Cría cuerdos'.
Compañía: Cía. Deconné.
Representación: Teatro Circo Murcia (TCM), 15 de febrero de 2024.
Calificación: Muy buena.
Seres como todos: un tanto perdidos, asustados. Buena gente; con sus miedos, claro, intentando salir adelante como van pudiendo. Los cuatro personajes te ganan por su humanidad. Y los cuatro, con el fin de que «en un futuro» puedan desarrollar sus vidas de forma «plena y feliz», empiezan por participar en un tontísimo 'Taller de transformación e integración biorgánicapsicocorporal en 3, 2, 1', que, supuestamente a partir «de movimientos con base biológica, antropológica e ilógica», busca «abrir las puertas a nuestro centro de poder». Lógico, lógico, ¡eh!, dado que es «un sistema potenciador endogénico, biocéntrico y homeostático que acelera procesos integrativos a nivel metabólico, molecular, celular y atómico». Así de claro.
Diversión garantizada, dirección escénica de Pepe Galera y Javier Mateo de un esmero que se agradece, y una sorpresa tras otra, como la de ese 'Taller de comunicación y expresión emocional' en el que se escucha, a modo de crítica, por supuesto, esta gilipollez que tan habitualmente hoy está de moda: «En la vida no existen las dificultades, son un espejismo. Nosotros somos generadores activos de nuestra realidad. Por lo tanto, tenemos el poder de convertir un problema u obstáculo en un excitante reto a superar».
Cuatro actores-personajes con mil matices, naturales, precisos en cada gesto, cómplices entre ellos, pasando también por una terapia de 'Relajación e inducción al sueño', que requerirá, cómo no, de la ayuda de borregas y que convierte al patio de butacas en un auténtico jolgorio, al que seguirá el pasmo que llegará con la aparición en la historia de la 'excelsa, magnánima, eximia, sublime y laureada doña Ji-Hye', responsable del 'Taller de asertividad y confrontación constructiva'.
Rocío Bernal ha escrito un texto ambicioso, donde la excelencia de lo humorístico y la crítica inteligente quedan por encima de los momentos poéticos y de otros en exceso 'filosóficos' que también contiene.
Espectáculo de altos vuelos, con alguna caída de ritmo solucionable, que se convierte en un espejo que nos refleja a todos, también a quienes cuyas opiniones «son las de otros», porque las aprenden y repiten «como un papanatas para aparentar que tienen voz»; y a quienes se regalan a sí mismos «la inmensa libertad» de equivocarse y les parece «maravilloso mantener relación, incluso querer» a personas con las que «no están de acuerdo». Personajes vulnerables –al mejor estilo de los creados por Anja Hilling–, que dejan huella, en esta ocasión vestidos por María Alemán. ¡Bravo!
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