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Rezaron todo lo que sabían y, aunque sus súplicas no tuvieron el efecto deseado porque finalmente la lluvia hizo acto de presencia, los carnavaleros de Cabezo de Torres pudieron celebrar su día grande. Una expresión artística popular con más de 140 años de historia sin la que no se entendería el pulso de la vida de los vecinos de esta pedanía murciana, que cada año se posiciona en el mapa por su pasión por la fiesta pagana.
Los integrantes del grupo La Polla fueron los encargados de abrir el espectáculo del Martes de Carnaval con motivo del 50 aniversario de su fundación. Una ocasión especial en la que estos hombres, que cada año tiran de grandes dosis de sátira e ingenio, fueron disfrazados de Cantinflas y acompañados de una banda de música, haciendo un guiño a sus primeras veces en la fiesta.
La primera fantasía del cortejo llegó de la mano de Las Criticonas, convertidas en llamativas leonas blancas de Timbavati, originales de Sudáfrica. Optaron por perlas e imponentes tocados como principales elementos de un vestuario lleno de luz con el que se ganaron al público, además de poner el toque salvaje al desfile, en el que participaron una treintena de grupos, con un total de 1.700 participantes, según la Asociación de Carnaval de Cabezo de Torres.
Tampoco faltaron las plumas, que llegaron de la mano de Las de Pata Negra, unas carnavaleras que volvieron a demostrar su implicación en la fiesta con unas espectaculares espalderas color aguamarina que se tuvieron que quitar nada más arrancar el cortejo que partió de la avenida de Murcia para evitar que la lluvia estropeara las 10.000 plumas de pavo real que lucieron sumando las creaciones de todas las integrantes.
El punto más castizo del desfile lo aportaron los componentes de La vamos a armar, que eligieron un traje de torero muy particular, que invitaba a la reflexión al lucir una espaldera repleta de banderillas con la que mezclaron los roles de animal y matador. También caló el mensaje de la temática de Arabeskas, convertidas en damas del póker, haciendo referencia a la importancia del papel de la mujer, tanto en la baraja como en la vida.
En el caso del grupo Sementales, invitaron al público a hacer un viaje en el tiempo a través de su puesta en escena, convertidos en auténticos soldados de Persia. Con Chilums a manta llegó uno de los montajes más divertidos y coloridos del desfile, cuya inspiración fue la de la lucha mexicana. Combates llenos de humor que escenificaron en el cuadrilátero en el que convirtieron su carroza, donde no faltaron los típicos mariachis con sus guitarras entonando 'El Rey', una ranchera con la que cautivaron al público, demostrando que, como el Carnaval, hay canciones que jamás pasarán de moda.
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