Derroche de ritmo y color en Cabezo de Torres

Cabezo de Torres sacó este martes su artillería pesada a la calle para celebrar por todo lo alto uno de los días señalados a fuego en el calendario de la pedanía murciana: el Martes de Carnaval.

Una fecha especial, que en la localidad es sinónimo de fiesta, diversión y espectáculo, marcada este año por una temperatura más típica de una tarde de primavera que de pleno mes de febrero. El buen tiempo sirvió de estímulo para cientos de vecinos y visitantes que no quisieron perderse la gran cita cabezotorrense con el jolgorio y el desenfreno.

Los encargados de contagiar al público la alegría carnavalera fueron los 1.300 participantes en el gran desfile de la fiesta, que salieron repartidos en una treintena de grupos dispuestos a llenar de ritmo y color las calles de la localidad desde primera hora de la tarde. Y lo consiguieron.

Los asistentes al día grande del Carnaval de Cabezo de Torres fueron testigos de la materialización de la dedicación que hay detrás de cada diseño y coreografía, ya que los festeros invierten muchas horas de trabajo en el diseño de los trajes y disfraces, así como a cuidar la puesta en escena en el caso de los grupos de baile.

«Es el resultado de meses de trabajo. Los grupos se esfuerzan mucho para superarse cada año y seguir contribuyendo a que nuestra fiesta, que ya tiene más de 140 años de historia, no pare de superarse», puso de manifiesto el presidente de la Asociación de Carnaval de Cabezo de Torres, Pablo Belmonte, que definió el desfile de este martes como «un espectáculo apoteósico».

Las Criticonas fueron las primeras en llenar de ritmo la avenida de Murcia de la localidad. Lo hicieron con un vestuario inspirado en una fantasía del mar que bautizaron como 'traje de la Reina Kailani', adornado con plumas azules y blancas. Un estilismo en el que destacaba un gran collar hecho a base de caracolas y otros motivos marinos. Creación que confeccionaron para la ocasión las propias integrantes de este grupo, que surgió hace 56 años y es el más longevo de la fiesta pagana de Cabezo de Torres. Para animar al público, optaron por una coreografía en la que sonaba un 'remix' de salsa.

El cachondeo no tardó en llegar y fue de la mano de La Polla, una formación que siempre destaca por su sentido del humor. Ayer lucían un divertido disfraz compuesto únicamente por un bodi de leopardo y largas pelucas. Demostraron que menos es más cuando hay muchas dosis del espíritu cómico del Carnaval.

Las Marabukas también optaron por la sencillez e hicieron un homenaje a las profesionales del corte y la confección que elaboran los trajes de los desfiles. Para ello, se disfrazaron de modistas tirando de ingenio y de elementos característicos del oficio, como lo son la cinta métrica, el alfiletero y las tijeras. En el caso de Arabeskas, que celebran su treinta aniversario, apostaron por un espectáculo que llamaron 'Sueños del Mar Egeo', para el que lucieron un mono de color carne repleto de pedrería.

Con Karraskalejas llegó una de las puestas en escena más atrevidas del desfile. Recrearon con mucho acierto un espectáculo del club madrileño Medias Puri, vestidas con espectaculares diseños color rojo pasión en cuatro versiones distintas. Innovaron y llamaron mucho la atención, consiguiendo dejar al público con la boca abierta con faldas en movimiento que simulaban estar vivas.

El desfile, que duró más de cuatro horas, alcanzó el ecuador con la aparición de la carroza en la que iban los representantes de la fiesta. La Musa, María Dolores Cano (Sálvese quien pueda) y el Muso, Bryan Agudelo (Los Trastornaos) no podían contener su emoción y lucieron radiantes en un día que pasará a su historia vital. Ambos derrocharon la pasión que sienten todos los carnavaleros cuando llega su gran día.

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