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Germán Abril
Róterdam
Sábado, 8 de febrero 2025, 23:49
Carlitos Alcaraz va decidido en busca de su primer título en pista dura y de interior. Lo quiere con todas sus fuerzas y está luchando hasta la última gota para hacerse con él. Así lo demuestra su semifinal de ayer ante el polaco Hubert Hurkacz. ... Primer set bipolar, toda una montaña rusa de emociones, de inicio positivas para Hurkacz, pero quien acabó sonriendo fue Carlos Alcaraz. Después, golpe en el tie-break del segundo y ejercicio de tranquilidad en la manga definitivo. La solidez del tenista murciano apareció cuando más lo necesitaba para resolver los problemas que le proponía un bravo Hurkacz de arranque. Se lo cree ya el palmareño en una superficie que nunca le ha dado alegrías. Solo está a un paso de meterse en el bolsillo el primer título en esta superficie.
Comenzó torcida la semifinal para el pupilo de Juan Carlos Ferrero. A los cinco minutos de saltar a la pista se encontraba 'break' abajo y con un punto ganado de los ocho primeros disputados. Dañino Hurkacz con los golpes planos desde el fondo, le costó encontrar la altura correcta al tenista murciano para poder comprometer a su rival. No aparecían en el repertorio de golpes de Alcaraz los primeros servicios, lo que otorgaba ventaja a un ágil Hurkacz a la hora de restar.
Movía y movía Alcaraz al polaco, pero no hallaba la grieta por la que penetrar. No lucía Hurkacz como el tallo de 1,96 metros que es en sus desplazamientos laterales. Aparentemente más fino el tenista de Breslavia, ahora guiado por el extenista chileno Nicolás Massú. Ejercicio de supervivencia para un Carlitos Alcaraz que trataba de devolver cañonazos en lo que apuntaba a ser una masacre deportiva emocionante.
Tres bolas de rotura salvó el tenista de El Palmar que le comprometían enormemente en el primer set y que habría supuesto el 1-5 para Hurkacz. Acto seguido, juego extraordinario al resto del murciano para empatar el primer parcial. Ya llovía bastante menos. Las dudas se habían convertido en certezas y, tras cuatro juegos consecutivos, era Alcaraz quien sacaba para intentar ganar la primera manga. De 1-4 a 6-4. Parcial sonrojante del murciano, que consiguió invertir la dirección del viento a tiempo y abrochó un primer set con madera de campeón, lo que quiere ser hoy.
Abarrotadas las gradas de la central del Rotterdam Ahoy, era el murciano quien recibía más cariño del público. Constantes los gritos de «Viva Murcia» dirigidos al niño prodigio de El Palmar. Mientras tanto, él ojeaba las estadísticas del primer set que mostraban desde el videomarcador. Exigente consigo mismo como el que más, Alcaraz era consciente de que debía incrementar su nivel al servicio para no volver a pasar apuros.
El de ayer era el cuarto episodio entre Alcaraz y Hurkacz. Los tres anteriores se saldaron con triunfos del murciano, todos ellos cosechados en torneos Masters 1000 sobre pista rápida. Así que Carlitos Alcaraz conocía cúal era la receta de la pócima para frenar al polaco en una superficie propicia para un excelente sacador como él. Venía Hurkacz de clavar 17 saques directos en su duelo de cuartos de final ante Rublev. Rozando la perfección el servicio, el ex número seis del mundo llegaba a esta batalla crecido en su confianza después de una mal apertura de año. No logró superar la segunda ronda en el Abierto de Australia, donde cedió ante Kecmanovic, pero el Hurkacz de esta semana en Róterdam poco o nada tiene que ver con aquel. Era mejor tenista y tenía la motivación por las nubes por la posibilidad de volver a morder metal.
Los duelos previos entre Alcaraz y Hurkacz habían estado marcados por la igualdad. En dos de los tres precedentes le tocó remontar al de El Palmar y de los ocho sets disputados entre ellos, cinco se resolvieron en el 'tie-break'. Dentro del equilibrio, siempre había encontrado Carlitos Alcaraz la manera de despejar la ecuación cuando el zapato más apretaba.
También sucedió ayer, con el primer set como gran exponente. En el momento de los campeones, ahí apareció el gen que le ha llevado a levantar grandes títulos para hallar las respuestas a lo que proponía Hurkacz desde el otro lado de la red. Fue mucho más parejo el segundo set, con los dos tenistas manteniendo su saque sin pasar apuros. Como en los tres duelos previos, no podía faltar un 'tie-break' en este partido. Fue más certero Hurkacz para forzar el tercer set, pese a verse por debajo en el desempate.
No le pesó el desenlace del segundo set a Alcaraz, cuyo inicio en la manga definitiva le otorgaría una ventaja diferencial. La mantuvo con un tenis magistral y hoy jugará la primera final en pista dura y en superficio de interior en su carrera.
El tenista australiano con raíces alicantinas Álex de Miñaur será el rival de Alcaraz en la final de hoy (no antes de las 15.30 horas) en el ATP 500 de Róterdam. Se deshizo de manera cómoda en semifinales del italiano Matías Bellucci (6-1 y 6-2), sensación del torneo, que había sido capaz de eliminar al ruso Medvedev y al griego Tsitsipas esta semana. De Miñaur alcanza de esta manera su segunda final consecutiva en el Rotterdam Ahoy. El año pasado cayó ante Jannik Sinner en la pelea por el título.
Hueso duro para el murciano, que tras caer en cuartos de final del Abierto de Australia ante el germano Zverev tiene ahora la oportunidad de volver a ganar. La ocasión de volver a levantar untrofeo al cielo, algo que no hace desde que se proclamó campeón en otro ATP 500, en este caso en Pekín, en octubre de 2024.
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