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Final feliz para Carlos Alcaraz en Barcelona. El murciano se impuso a su compañero y amigo Pablo Carreño en la final del trofeo Conde de Godó, conservó su imbatibilidad en torneos de categoría ATP 500 en este 2022 (10 victorias en 10 partidos) y comenzó un dominio sobre la tierra batida barcelonesa que puede ser similar al protagonizado durante los tres últimos lustros por Rafa Nadal, vencedor 12 veces en la ciudad condal.
En ausencia del mito balear, cogiendo tono en Manacor para Roland Garros tras la lesión que sufrió en las costillas en Indian Wells, el joven tenista de El Palmar era el favorito. Y se sobrepuso a todas las adversidades para no fallar en el Godó. Casi se queda por el camino. Pero no.
De hecho, la final fue lo más fácil para el pupilo de Juan Carlos Ferrero. Tumbó a Carreño con aplomo, calma, serenidad y una mentalidad de campeón que impresiona a sus 18 años (6-3 y 6-2 en solo 65 minutos). Ya lo sabemos: este murciano es un marciano. Hace cosas que no le corresponden a un recién llegado. Está en edad de becario y es el jefe. Los puntos más importantes son los que mejor juega el murciano. Cuando todos tiemblan, él se mantiene firme. Y no hay error que le perturbe. Es una roca al resto y ha mejorado una barbaridad en el saque.
Carreño, con quien Alcaraz se pasó todo el confinamiento encerrado en la academia Equelite de Villena entrenando como si no hubiera un mañana y haciendo un puzzle gigante en sus ratos libres, no tuvo ni la más mínima opción en el encuentro por el título. No le concedió nada Carlitos, un hermano pequeño para el gijonés, bronce olímpico en Tokio y quien a sus 30 años disputó este domingo su primera final en Barcelona.
No notó el cansancio el jugador de El Palmar, quien se dio una paliza por la mañana, en las semifinales ante el australiano Álex de Miñaur. El número 11 del mundo (que mañana ya será el 9 tras adelantar a Auger-Aliassime y Norrie) necesitó de 3 horas y 40 minutos para eliminar a su rival, 25º en la ATP, después de dos sets decididos en el 'tie-break' y, sobre todo, levantando dos bolas de partido de una manera increíble.
Toda la historia que le faltó a la final la tuvo la semifinal, donde Alcaraz cayó en la trampa de Álex de Miñaur y tuvo el partido prácticamente perdido. En un primer parcial en el que ninguno logró romper el servicio del otro, Alcaraz tuvo que salvar una bola de set con el 6-5 para llevar el primer parcial al desempate. Allí, de nuevo tuvo que remar por detrás de De Miñaur, que dominaba por 4-1. Una fácil volea de derecha que el murciano envió a la red, hubiera significado el 5-5 pero el 'tie-break' finalmente cayó del lado de su rival por 7-4.
Alcaraz se excedió con el recurso de los dejadas en la segunda manga y De Miñaur, con mejores piernas que que Tsitsipas, Munar y Kwon, llegaba a casi todas. El australiano lograba el primer 'break' del partido en el noveno juego del segundo set para adelantarse por 5-4, pero Alcaraz se lo devolvía en el juego siguiente.
El de Sydney respondía con otro 'break' y, con 6-5 y saque, incluso dispuso de dos bolas de partido. Pero se vio tan cerca de la victoria que le entró miedo. Entró en pánico De Miñaur al verse finalista y Alcaraz se dio cuenta. Salvó las dos bolas de partido (la primera de ellas de una manera increíble) y las dudas del 'aussie' permitieron a Carlos Alcaraz llevar la segunda manga a otro desempate y hacer que cayera de su lado (7-4) esta vez para forzar el tercer set.
El murciano necesitó hasta cuatro bolas de rotura para empezar mandando en la manga definitiva en un primer juego eterno y lograr el 2-0 a continuación. Parecía que el partido por fin había cambiado y por primera vez era él quien mandaba en el marcador. Pero De Miñaur se encargaría de alargar un poco más la agonía dándole de nuevo la vuelta y, con 3-1 abajo, se hacía con tres juegos consecutivos -dos de ellos en blanco- para colocarse 4-3 arriba.
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Francisco J. Moya E. G.
Pero la respuesta de Alcaraz fue tremenda, al sumar otros tres juegos consecutivos -el último en blanco- con su mejor tenis de todo el torneo, para adjudicarse el tercer parcial por 6-4 y sellar su pase a la final. Allí le esperaba desde hacía dos horas Carreño, quien había despachado por la vía rápida al argentino Schwartzman en la otra semifinal (6-3 y 6-4). Dio igual. Alcaraz ya estaba lanzando y por la tarde siempre pareció que el que se había pegado una paliza por la mañana era Carreño, y no Carlitos.
No hubo emoción en la final porque Alcaraz no lo permitió. Fue mejor desde el primer instante y Carreño, que lo conoce como pocos, sacó la bandera blanca tras entregar el primer set. Así, Alcaraz gana su primer Godó sobreponiéndose a todo, a la lluvia, a la presión y a una semana que comenzó con susto frente al surcoreano Kwon, que continuó con un viernes muy movido en el que dejó en la cuneta a Munar y Tsitisipas en dos partidazos y que remató este domingo, con otras dos victorias que le encumbran por vez primera en España.
Barcelona, lógicamente, se ha enamorado esta semana de un tenista que es ya una estrella del deporte mundial. Hace un año era el 120 del circuito. Empezó 2022 en el 32º puesto. Ya es noveno tras un balance de 23 victorias y 3 derrotas en lo que va de año.
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