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Germán Abril
Sábado, 22 de marzo 2025, 08:19
Los comienzos nunca son sencillos. Menos aún si eres el cabeza de serie número dos. Las primeras rondas siempre aparecen ante ti cargadas de veneno. ... Tu rival tiene poco que perder y mucho que ganar, al contrario que el favorito. Lidiar con esa presión es el principal ejercicio a controlar para los mejores tenistas. Que le pregunten a Daniil Medvedev, inclinado el viernes ante un excelso Jaume Munar. Para Carlos Alcaraz, el estreno en Miami significaba una nueva oportunidad para cargar el tanque de confianza tras perder la corona en Indian Wells la semana pasada.
En el menú del murciano en Miami aparecía David Goffin como primer plato. Tenista con el que, sorprendentemente, Alcaraz tenía igualado el cara a cara. El belga de 34 años fue capaz de ganar el primer partido del palmareño como número 1 del mundo y buscaba repetir hazaña en la fría noche en el Hard Rock Stadium. Rebelde de inicio, Goffin, buscando igualar el golpe a golpe desde el fondo de pista de un Alcaraz que comenzó el duelo con alguna duda en su servicio.
Precisamente, tras un mal juego al saque de Alcaraz llegó la primera ventaja del partido para un bravo Goffin. Atenazado el número tres del mundo a la hora de ejecutar sus servicios, con un porcentaje bajo en los primeros saques. Demasiadas concesiones para un Goffin que, aún lejos de su mejor versión, es un gran especialista en condiciones de pista rápida y apretó de lo lindo en cada intercambio.
La respuesta a la rotura fue inmediata. Alcaraz, enrabietado, sacó su mejor repertorio de golpes para equilibrar el set. Nada peor que pinchar al prodigio de El Palmar. Se recompuso Alcaraz a tiempo para igualar y después sentenciar la manga tras el picotazo de Goffin: parcial de 4-1 de Alcaraz para meterse el primer parcial en el bolsillo con un saque cada vez más preciso.
Perdió fuego el partido en la segunda manga. Se empapó de la atmósfera del estadio, tan grande como frío. Tampoco ayudó el público, del lado de Alcaraz, pero mucho más calmado que en otros partidos de la estrella murciana, campeón en Miami en 2022. Bajaron los decibelios del Hard Rock Stadium y también en el tenis de Alcaraz, más preocupado de cerrar el partido que de seguir engordando su listado de mejores jugadas.
Avanzó el segundo set sin oportunidades de rotura. Prácticamente sin que ninguno de los dos tenistas hiciera cosquillas al servicio de su rival. Desapareció la chispa de la pista, el partido se volvió soso y nadie sabía cómo sacarlo de esa espiral de monotonía. Hasta que Goffin encontró la escapatoria en un mal turno de saque de Alcaraz. Se llevó la segunda manga el tenista de Lieja para añadir más dramatismo a un partido raro y se marchó de la misma Alcaraz sin opciones de rotura a su favor.
Se agigantó Goffin con el paso de los minutos. Totalmente convencido el belga de que podía dar la sorpresa eliminando al segundo favorito al título en Miami. Sus golpes eran más profundos y dañinos que los de un Alcaraz al que le costó encontrar la pista en el arranque del tercer set. Se apoyaba Goffin en los tiros poderosos de Alcaraz para darle velocidad a su contraataque. Cuanto más corría la bola, más cómodo se sentía. Como consecuencia llegaría una nueva rotura sencilla al saque de Alcaraz. Contra las cuerdas el murciano, delante de un público que tan pronto ponía cara de circunstancias como se levantaba para hacer la ola en el graderío. Así de loco estaba el partido. Le gusta el espectáculo al espectador norteamericano y, si este no llega desde la pista, hay que inventarlo en la tribuna.
El colofón a la desgracia para Alcaraz llegaría de nuevo en forma de rotura. En este caso para finiquitar el partido. Se imponía Goffin para dar la gran sorpresa de la segunda ronda eliminando a un Alcaraz que no tuvo ninguna opción desde que se llevara la primera manga, totalmente superado por el ritmo de pelota del belga.
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