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En la pista más grande del mundo, la descomunal Arthur Ashe neoyorquina, y ante un público completamente enloquecido, Carlos Alcaraz derritió al número 3 del mundo, un Stefanos Tsitsipas que terminó resignado. «Nunca antes había visto a alguien golpear la pelota con tanta fuerza», confesó el heleno tras ser torturado durante más de cuatro horas por el joven jugador de El Palmar. Unas horas después de que el huracán Ida barriera Manhattan, el murciano, de solo 18 años, dio el golpe definitivo, el que llevaba meses cocinando a fuego lento junto a Juan Carlos Ferrero en la academia que el exnúmero uno mundial dirige en Villena.
Salió el sol, desapareció el agua y casi se llenó la pista central de Flushing Meadows. Sin mascarillas ni distancia social. En el US Open se ha pasado de las pistas desiertas de 2020 a la vieja normalidad de 2021. Venía avisando Alcaraz, quien apretó las tuercas al ruso Daniil Medvedev en Wimbledon durante un rato y ganó a finales de julio el torneo de Umag con la solvencia de un veterano. Pero lo de este viernes en la Gran Manzana fue otra cosa. De un nivel superior. «Hacía años que no disfrutaba tanto con un partido de tenis», aseguró Álex Corretja, exnúmero 2 de la ATP y comentarista de Eurosport.
'Carlitos', como lo llaman sus amigos y familiares, logró ante Tsitsipas algo histórico: vencer a un 'Top 5' en un Grand Slam con 18 años y cuatro meses, algo que ni Nadal ni Djokovic ni Federer consiguieron tan jóvenes como él. «Esta multitud te adora», le dijo la entrevistadora de la pista al murciano nada más ganar el encuentro. Y así era. La gente, que ya había apoyado mucho a Alcaraz en las dos rondas anteriores contra el británico Norrie y el francés Rinderknech, lo llevó en volandas. Nueva York, completamente rendida ante el campeón español que viene.
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Francisco J. Moya Sergio Navarro
Por momentos, parecía un partido de la antigua Copa Davis. Era como si el murciano fuera estadounidense y jugara en casa un punto decisivo de una eliminatoria para su país. «No habría ganado sin el apoyo del público. Sin ellos no lo habría logrado», contestó Alcaraz cuando la entrevistadora le habló del aliento de la gente durante todo el encuentro. «Let's go, Carlos» (Vamos, Carlos). Ese cántico lo escuchó el murciano desde el primer set. En la cuarta manga, en la que encajó un rosco y acusó problemas musculares, parecía muerto. Y ahí fue donde el público neoyorquino más le animó. Alcaraz se levantó como un veterano y se puso sólido como una roca, acortó los puntos para no sufrir más y alcanzó un desempate final que jamás olvidará. Fue el primer gran triunfo de su carrera.
«No tengo palabras para explicar esto, no sé qué ha ocurrido en la pista. Es un sueño hecho realidad», confirmó Alcaraz en la sala de prensa. Habló de su mentor. «Juan Carlos [Ferrero] siempre me dice que tengo que pasármelo bien en la pista y creo que con una sonrisa en la cara, da igual el momento del partido, juego mejor», comentó. «Aunque parezca que no, me lo he pasado muy bien durante todo el partido y he disfrutado como un crío pequeño. Esto es un sueño hecho realidad», repitió.
Alcaraz devora las marcas de precocidad de Federer, Nadal y Djokovic. Ya se ha metido virtualmente entre los 50 mejores de la ATP, su propósito a comienzos de este 2021. Y desde ayer forma parte de un reducido grupo de tenistas que han logrado batir a uno de los tres mejores del mundo con menos de 19 años. Ahí brillan los nombres de los mismísimos Borg o Nadal, e ilustres de la categoría de Wilander, Becker, Chang, Ivanisevic o Medvedev .
«Yo no copio a ningún jugador, simplemente hago mi tenis. No quiero compararme con nadie. Solo busco hacer mi camino. Pero si tengo que decir uno, yo diría que Federer porque trato de ser agresivo todo el tiempo, tanto con la derecha como con el revés», respondió Alcaraz en Nueva York cuando volvieron a preguntarle por sus referentes. Tiene el chico, no obstante, los pies en el suelo. «Debo mejorar mucho mi saque. Todavía no está al nivel de los mejores», reconoció Alcaraz, el jugador más joven en alcanzar la cuarta ronda en un Grand Slam desde el año 1989.
Alcaraz ya está en octavos de final del US Open y quiere más. Su siguiente escollo en Nueva York es el desconocido alemán Peter Gojowczyk, quien ha conseguido explorar sus límites esta semana en las pistas de Flushing Meadows. Tiene 32 años y actualmente está situado en la posición 141 del ranking ATP. Eso sí, llega al partido de hoy (horario por determinar) repleto de confianza tras haber superado una complicada fase previa, en la que venció a Lukas Rosol, Robin Haase y Francisco Cerundolo, para después ganar en dos encuentros de cinco mangas, contra Ugo Humbert y Dusan Lajovic, antes de imponerse en la tercera ronda del torneo a Henri Laaksonen.
Gojowczyk jamás había logrado pasar de la segunda ronda en un torneo de Grand Slam, aunque lo cierto es que se trata de un tenista competitivo. Solo tiene un título en su palmarés, el ATP 250 Metz de 2017. Y llegó a dos finales en 2018, en los torneos de Ginebra y Delray Beach. Alcaraz, pese al subidón que ha supuesto el triunfo frente a Tsitsipas, sabe que si se despista se llevará un buen disgusto ante este desconocido jugador germano.
La de Alcaraz fue la única buena noticia para los españoles en el cuadro masculino, ya que el castellonense Roberto Bautista perdió contra Felix Augger-Aliassime en otro emocionante pulso que se resolvió de manera apurada: 6-3, 6-4, 4-6, 3-6 y 6-3. Y también se despidió de Nueva York otro español, Pablo Andújar, batido por Daniil Medvedev, uno de los favoritos al triunfo final: 6-0, 6-4 y 6-3. Así, solo sobreviven Alcaraz y Muguruza.
«Estamos muy emocionados, disfrutando mucho del juego de Carlos y contentos por ver cómo está creciendo como jugador». Son palabras de Carlos Alcaraz González, padre de Carlos Alcaraz. «Se merece lo que le está pasando y todo el esfuerzo que ha hecho desde niño está teniendo su recompensa. Él está muy emocionado por lo que vivió ante Tsitsipas en la pista más grande del mundo. Hablamos con él a través de una vídeollamada al poco de terminar el partido y estaba muy feliz». Toda la familia de Alcaraz vio el encuentro en casa de una tía del tenista, «en la terraza, con un proyector y pasando muchos nervios», contó el padre de Alcaraz a LA VERDAD.
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