Prioridades y dependencia

El abono de esta última vivió demoras crecientes a lo largo del año, que se volvieron especialmente reseñables a partir del verano. El punto culminante llegó en octubre, cuando los afectados pasaron cerca de 20 días esperando la llegada del dinero. Algunos de ellos, poco organizados y poco acostumbrados a alzar la voz -porque ya bastantes batallas libran a diario en sus casas-, lanzaron entonces una llamada de auxilio y organizaron una concentración en Murcia.

El retraso sirvió para visibilizar la precaria situación que la atención a la dependencia atraviesa en la Región de Murcia, que se sitúa como la tercera autonomía con mayores demoras entre la solicitud y la resolución de la prestación y la segunda con mayor porcentaje de solicitantes a la espera de acceder al sistema. Tras el ruido, los cobros parecen haber vuelto a la normalidad, aunque los dependientes siguen poniéndose en alerta cada vez que comienza un mes, y el sistema sigue requiriendo cambios urgentes y de calado.

La mejora de los indicadores de la dependencia es, junto a la lucha contra la pobreza -donde se han visto progresos este año-, la gran asignatura pendiente de la Región en materia de Política Social.

Hacerlo requiere compromiso y más financiación, tanto regional como estatal. Y en esto tendrán que ser los próximos presupuestos los que hablen. Mientras tanto, es importante que se sitúe en el plano adecuado: la dependencia no puede volver a compartir lista de retrasos con otras ayudas. Su destino y su función reclaman una atención y sensibilidad distintas.